
Alemania ha aprobado una reforma constitucional para llevar adelante un histórico aumento del gasto en defensa para rearmar el país. Ello ante el creciente distanciamiento de Estados Unidos con Europa en la era de Donald Trump, la incertidumbre sobre el futuro de la OTAN y la persistente amenaza de Rusia. Por lo pronto, algunos ambiciosos planes que reflejan estos nuevos tiempos ya se están esbozando, como la posibilidad de convertir una planta de la empresa Volkswagen en fábrica de tanques.
Con 517 votos a favor y 207 en contra de un total de 720 escaños, el Parlamento alemán aprobó la semana pasada eximir el gasto militar de las estrictas normas federales sobre la deuda nacional plasmadas en la Ley Fundamental vigente desde 1949.
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En adelante, el gasto en defensa ya no estará sometido al llamado “freno de la deuda”, una disposición constitucional que limita estrictamente el endeudamiento del gobierno federal a sólo el 0,35% del PBI.
Así, todo gasto militar que supere el 1 % del PBI, unos 43.000 millones de euros, quedará excluido del límite de endeudamiento.
El canciller saliente, Olaf Scholz, dijo que el país necesitaba una nueva política de defensa y seguridad, y que la Bundeswehr (las Fuerzas Armadas) necesitaba una atención especial.
Antes de la reforma, el futuro canciller Friedrich Merz ya había hecho públicos sus planes en materia de defensa.
Merz dijo que planea gastar al menos 100.000 millones de euros anuales (casi 107.000 millones de dólares) en defensa. Este dinero se usará para comprar nuevos equipos y reforzar las capacidades militares del país.
En este punto, cabe precisar que en el 2024 Alemania destinó 90.590 millones de euros a su presupuesto de defensa, lo que representó alrededor del 2,12% del PBI. Este aumento significativo le permitió alcanzar el objetivo de gasto del 2% del PBI establecido por la OTAN. De todos modos, está lejos del 5% exigido por Trump a los países de Europa que forman parte de la Alianza Atlántica.

Para tener una idea de la dimensión del gasto que planea Alemania, vale mencionar que Estados Unidos, la mayor potencia bélica del mundo, destinó 886.000 millones de dólares en defensa en el 2024. Mientras que Rusia destinó 462.000 millones de dólares ese mismo año.
Merz también anunció que iba a proponer un fondo especial de 500.000 millones de euros para modernizar las anticuadas infraestructuras alemanas y ayudar a terminar con dos años de recesión.
Rusia podría atacar de acá al 2030

El analista internacional Francisco Belaunde Matossian explicó a El Comercio que Alemania tiene serios problemas con su ejército debido a la falta de mantenimiento de sus equipos y falta de armas, pues no se hicieron las inversiones que se requerían para estar al nivel de la mayores potencias.
“Alemania se apoyó demasiado en Estados Unidos. Por eso ahora tiene que invertir más en defensa. Toda Europa está en la misma situación, salvo Polonia, que ya hace un tiempo empezó su rearme y gasta el 4% de su PBI, y los países Bálticos, que están más cercanos a Rusia”, precisó Belaunde.
Con respecto a la dependencia armamentística de Estados Unidos, Alemania tiene pendiente la entrega de 35 aviones de combate F-35 estadounidenses. ¿Podría caerse ese negocio dadas las circunstancias actuales?
Belaunde explicó que en Europa existe el temor de que Estados Unidos mantenga cierto control sobre aviones, tanques y otras armas, y que, eventualmente, los desconecte para que dejen de funcionar.
“Pero más realista podría ser que si hay una discrepancia fuerte con Europa, Donald Trump ordene que no se actualicen los software de los aviones, o que no se entreguen los respuestos”, sostuvo Belaunde.
Pero también remarcó que si Alemania decide dejar de lado los F-35, le va a ser difícil conseguir un equivalente que este esté disponible en el mercado para el corto plazo, pues usualmente la entrega de de ese tipo de armas demora varios años.
En cuanto a la mayor amenaza para Alemania, Belaunde dijo que los líderes europeos temen que Rusia ataque Europa, específicamente a los países fronterizos, y que todos tengan que unirse en la defensa del agregido.
“Si Donald Trump retira a Estados Unidos de la OTAN, eso podría llevar a Rusia a atacar para testear la capacidad de respuesta de Europa sin el respaldo de Washington. Hay informes de inteligencia que dicen que Rusia en los próximos 3 a 5 años podría lanzar un ataque a sus vecinos europeos, por eso Europa se ha propuesto el 2030 como meta para su rearme”, remarcó Belaunde.
Sobre el futuro de la OTAN, explicó que los europeos están dispuestos a asumir el 60% del presupuesto de la Alianza, como una manera de compensar lo que destina Estados Unidos.
“El destino de la OTAN es incierto, como todo con Donald Trump, pues él es prorruso y está rodeado de prorrusos”, indicó.
Una planta de Volkswagen para fabricar tanques
En sintonía con los tiempos que actuales, la empresa alemana Rheinmetall, el mayor fabricante de municiones de Europa, superó en valor de mercado a la mayor automotriz del continente, Volkswagen.
El 13 de marzo, la capitalización bursátil de Rheinmetall se situó en los 56,600 millones de euros (61,500 millones de dólares), frente a los 55,400 millones de euros de Volkswagen.
Rheinmetall también ha triplicado su valor de mercado desde la elección de Trump, impulsada por la expectativa de un aumento en el gasto militar de Europa.
No solo eso, ahora Volkswagen y Rheinmetall están negociando un acuerdo para la venta de la planta de automóviles Osnabrück para que se convierta en una fábrica de tanques.
El director general de Rheinmetall, Armin Papperger, ha dicho que la planta de Volkswagen en Osnabrück podría ser “adecuada” para la producción de vehículos militares.
Además, Rheinmetall está en proceso de reconvertir otras dos plantas automotrices de Alemania para la producción de equipamiento militar.