sábado, diciembre 6

Los precios de los combustibles han dejado de ser un problema para los consumidores. Y es que, de un tiempo a esta parte, no solamente no suben, sino que continúan bajando. De allí que esté pasando desapercibido para la ciudadanía un evento que, en otras circunstancias, suscitaría gran preocupación: la virtual desarticulación del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles o FEPC debido al retiro de sus principales integrantes.

Nos referimos a Petro-Perú, Repsol y Pluspetrol, empresas que detentan un poco más del 65% del mercado local de combustibles.

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Petro-Perú

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Se trata de un evento ‘sui generis’, que “no ha ocurrido jamás desde que el FEPC se creó hace veintiún años”, apunta Erick García, ex director general de hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem).

De hecho, el acta de la última reunión de la Comisión Consultiva del fondo, celebrada el pasado 27 de octubre, registra la inasistencia de las tres empresas.

Es más, el documento pone de manifiesto la preocupación de las compañías que aún siguen participando en el FEPC: Mobil Petroleum, Valero y Marathon, todas ellos, importadores de hidrocarburos.

En esa línea, Gustavo Alayza, representante de Mobil, expresó su inquietud sobre “el desarrollo del fondo sin la participación de los productores”, una circunstancia, expresó, que “ha desvirtuado la finalidad” del mismo.

La última reunión de la Comisión Consultiva del FEPC muestra y confirma la desafiliación de Petro-Perú, Repsol y Pluspetrol.

En respuesta, el representante del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), Javier Gonzales, manifestó que el cambio de gobierno ha limitado tomar una decisión sobre el destino del fondo.

Ocurre, sin embargo, que no se trata de un evento reciente. Según información de Osinergmin, la desafiliación de Petro-Perú y Repsol tuvo lugar en mayo y junio del 2025, respectivamente.

En cuanto a Pluspetrol, su salida se formalizó en setiembre.

Puestas así las cosas, el mecanismo viene siendo sostenido, únicamente, por los importadores internacionales de combustibles, “los cuales están pagando los platos rotos”, apunta Erick García.

Y es que esta triple desafiliación ocurre en una coyuntura en la cual precios de los hidrocarburos se encuentran debajo de la banda del FEPC, lo cual significa que sus integrantes deben aportar a éste a fin de compensar los recursos que recibieron cuando los precios de los combustibles eran elevados.

En su defensa, los productores de combustibles manifiestan que su desafiliación del FEPC obedece a que este mecanismo ha dejado de cumplir su propósito original de mitigar la volatilidad internacional de los precios de los hidrocarburos.

LOS MOTIVOS DE LAS EMPRESAS

De acuerdo a Pluspetrol, esto viene generando distorsiones y demoras en las compensaciones (devolución de aportes) que afectan la sostenibilidad y competitividad de su operación (Camisea).

Esto, en un contexto donde “diversos agentes del mercado también han optado por retirarse del FEPC”.

Es el caso de Petro-Perú, cuya decisión de desafiliarse del fondo, gatilló la salida de Repsol y de Pluspetrol.

De hecho, este Diario supo que Petro-Perú solicitó al Minem su salida del FEPC en mayo pasado bajo el alegato de que este le adeuda S/145 millones y que necesita ‘hacer caja’ para sostener su alicaída operación.

En parecido sentido se pronunció Repsol, quien señaló que “es potestad de cada participante permanecer o no en el fondo” y que “Refinería La Pampilla, como productor nacional, considera que se ha desvirtuado su uso”.

En esencia, la empresa detalló que su retira del FEPC obedece a dos motivos. El primero es el retraso en los montos que adeuda a las empresas, pues “no existe un programa de cancelación definido, ni un reconocimiento del costo financiero de la deuda en el tiempo”.

Y el segundo es que el mecanismo ocasiona distorsiones en el mercadoen favor de los importadores de combustibles y en detrimento de los productores locales y del propio fondo”.

Por tanto, dijo, “esperamos que este instrumento, que ha demostrado ser útil en periodos pasados, corrija estos desequilibrios y distorsiones para valorar una continuidad”.

Este Diario se comunicó con Osinerming y el MEF para conocer cuál será el destino del FEPC. Sin embargo, ambas entidades se excusaron de responder, señalando que esa responsabilidad recae en el Ministerio de Energía y Minas (Minem) en su calidad de administrador del mecanismo. Al cierre de este artículo, este ministerio no nos dio ninguna respuesta.

¿EL FIN DEL FEPC?

Especialistas consultados por El Comercio indicaron que la desafiliación de Petro-Perú, Repsol y Pluspetrol abre la oportunidad de replantear este mecanismo y decidir si se continuará con él o no.

Esto, aprovechando que el precio del petróleo y sus derivados se encuentran en un nivel muy bajo y no hay, al menos por el momento, riesgos de volatilidad o encarecimiento.

La salida de las tres empresas ocurrió en el gobierno pasado (de Dina Boluarte) cuando el Minem permitió que las empresas se salieran. Por tanto, el reto de las nuevas autoridades y del presidente José Jerí es implementar un mejor esquema”, apunta García.

En opinión de Felipe Cantuarias, presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH), esto debe ir acompañado de una decisión urgente por parte del Gobierno para “reactivar la inversión en exploración y la puesta en operación de los lotes de petróleo que tienen reservas”, con el fin de aprovechar la nueva Refinería de Talara y generar un círculo virtuoso en la economía.

De esta manera, detalla, el Perú podría reducir la importación anual de combustibles que contabiliza la nada desdeñable suma de US$5.000 millones anuales, “lo cual genera un impacto muy fuerte en la caja fiscal”.

Y, del mismo modo, evitaría que el Estado siga subsidiando al FEPC.

De acuerdo al Instituto Peruano de Economía (IPE), el fondo ha demandado hasta treinta aportes del (MEF) por más de S/17 mil millones para poder cumplir con sus obligaciones. En la práctica, sin embargo, solo ha generado saldos anuales positivos en cinco de sus 21 años de existencia

Esto no solo convierte al FEPC, en la práctica, en un mecanismo de subsidio permanente a los combustibles, sino que también genera serios cuestionamientos sobre su sostenibilidad, dado que no logra financiarse con sus propios recursos”, indicó.

Actualmente, el FEPC estabiliza los precios de dos combustibles: diésel vehicular, el energético más consumido por el sector transporte en el país, y el petróleo industrial N°6 para generación eléctrica.

OPORTUNIDAD PARA EL GAS NATURAL

Hoy por hoy, reconoce García, la desarticulación del FEPC no originaría un gran impacto en la economía, dado el bajo precio del petróleo. ¿Pero qué tal si, por vicisitudes internacionales, el precio sube?

En esa eventualidad los principales afectados serían los transportistas, intensivos en uso del diésel. Por ello recomienda “meter un impulso más fuerte al uso del gas natural, como sustituto de este energético en el transporte de carga y de buses”.

Esto, debido a que ya se ha demostrado técnicamente que el Gas Natural Licuado (GNL) rinde tanto como el diésel, pero con la ventaja de que es más barato.

Ahora que hay más grifos de GNV y GNL entrando con fuerza en el país, el Estado debería ponerle fuerza a este energético”, manifiesta.

Así también lo considera Cantuarias, quien urge aprovechar la crisis del FEPC para “cambiar nuestra matriz de transporte público, dependiente de diésel y las gasolinas, al gas natural, que es lo que producimos al 100%”.

De esta manera, apunta, el sector transporte lograría un ahorro del 70% en el costo en las emisiones, de 30% en los fletes de transporte público y de 30% en los pasajes interprovinciales.

“¿Qué se necesita? Decisión política, y creo que esta determinación de Petro-Perú y de Repsol de retirarse del FEPC genera la oportunidad de tomar dicha decisión, que se cae de madura”, anota.

Los expertos en energía consultados para este informe advierten que, si la decisión del Gobierno es continuar con el FEPC, debería implementar reglas claras para evitar la salida e ingreso de sus miembros a discreción. Este Diario se comunicó con Petro-Perú para obtener sus descargos, pero no obtuvo respuesta.

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