MIRA: Chorrillos: atacan a balazos bus de la empresa ETUL4SA horas antes del paro de transportistas
Pese al estado de emergencia que rige en Lima y el Callao desde el 21 de octubre, delincuentes no dudaron en disparar cinco veces contra un bus de la empresa ETUSA, que cubre la línea 52-T, el sábado y dos noches después se registró un ataque de similares características esta vez contra una unidad de la empresa ETUL4SA, mejor conocida como la E.
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Ambos ataques se produjeron cuando las unidades transportaban pasajeros. El primer atentado tuvo lugar en el cruce de la Av. Los Pinos y el Jr. San Felipe, mientras que el segundo ocurrió a la altura de la cuadra tres de la Av. Guardia Civil Sur.
En el primer ataque se registró un herido y el segundo solo dejó daños materiales; sin embargo, ambos demostraron nuevamente que el flagelo de la extorsión sigue operando inalterable pese a las medidas implementadas por las autoridades.
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Según el Observatorio Nacional de Prospectiva, del 2019 al 2025 se ha registrado un aumento del 700% en los casos de extorsiones en el país. En el distrito de Chorrillos, el 13° con más denuncias de este tipo en Lima Metropolitana, la tasa de extorsiones por cada mil habitantes ha pasado de 0.03 a 0.86 en dicho periodo de tiempo según cifras del Observatorio del Ministerio del Interior.
En un recorrido realizado por El Comercio por dicho distrito pudimos conocer que existe una suerte de corredor en el que se encuadra la mayor cantidad de amenazas a unidades de servicio público vinculadas a la extorsión.
La Municipalidad de Chorrillos informó a este Diario que en el marco del estado de emergencia se han organizado operativos disuasivos diarios en conjunto entre el Serenazgo, la Policía y el Ejército. Estos patrullajes se realizan en dos turnos y priorizan cuatro focos específicos.

– Focos de la extorsión en Chorrillos –
La mañana del martes en la comisaría de Villa, ubicada en la Av. Los Defensores del Morro, mientras un grupo de policías se preparaba para salir a patrullar, El Comercio pudo conocer que tres de esos cuatro focos delictivos se encuentran en cruces con la avenida Alameda San Marcos.
El primero de ellos se ubica en la intersección entre San Marcos y la avenida Santa Anita, una zona desolada y en la que, además de múltiples fábricas y almacenes, solo se puede encontrar un colegio privado y una iglesia cristiana. En mayo de este año, un bus de la empresa ETUSA fue atacado ahí.
Un mototaxista de la zona contó a El Comercio que este tipo de incidentes suceden con frecuencia. “Siempre pasa, todas las semanas. Aprovechan que los buses bajan la velocidad para doblar por esa curva, llega una moto y les disparan. A nosotros afortunadamente no nos extorsionan, pero igual vivimos con miedo”, confiesa el joven que prefiere mantener el anonimato ante el temor de que los delincuentes lo identifiquen.
A pocas cuadras de ahí, en la intersección de San Marcos con Alameda Sur, se encuentra otro punto caliente. En junio de este año un delincuente disparó contra un conductor de la empresa Machu Picchu, dejándolo con heridas de gravedad.
Resulta alarmante cómo la amabilidad con la que atienden los comerciantes del mercado ubicado en dicha intersección es rápidamente reemplazada por hermetismo y evasión al ser consultados sobre la extorsión. “Prefiero no hablar de eso, joven. Discúlpeme”, nos dice un vendedor.
Una respuesta que se repite en torno a todo el mercado.
Un guardia, sin embargo, teorizó que la zona habría caído en la mira de los delincuentes debido a que concentra una gran cantidad de comercios y es punto de tránsito para varias líneas de transporte. Resultó llamativo, también, observar una caseta de monitoreo de serenazgo que lucía abandonada.
“A veces se usa, dependiendo de cuántos agentes haya. Cada vez hay menos serenazgos también”, asegura una vecina de la zona.
A solo un kilómetro de distancia se encuentra la intersección entre San Marcos y la alameda Los Horizontes, el tercer punto caliente identificado por las autoridades. En este sector se ubican tanto el paradero final como el estacionamiento de dos líneas de transporte urbano.
– Pagar para vivir –
“El tema es reservado, nosotros no hacemos los arreglos con los extorsionadores sino los mismos dirigentes lo hacen. Eso lo manejan los directivos, aunque las consecuencias van contra nosotros por estar expuestos en la ruta cada día”, narró a El Comercio un conductor de la empresa de transportes Machu Picchu.
“Cada unidad cumple con su pago por extorsión. Antes de salir pagamos la cuota diaria, siempre. Es algo de 15 soles por vehículo, todos los días que sales. No te puedo dar una cifra exacta pero al día uno puede sacar 500 soles, de ahí hay que descontarle tu administración, tu despacho, tu petróleo y ahora la cuota de extorsión”, detalla.
“Sales de casa esperando regresar vivo, que no te maten en la ruta. No puedes pensar lo peor, sino que Dios guíe tu camino, que te vaya bien y regreses sano y salvo. La familia todos los días te da su bendición, reza por ti. Esto ya tiene casi un año, el último año ha crecido mucho más”, agrega el conductor, quien insiste en no revelar ningún detalle sobre su identidad o sería la próxima víctima.
El cuarto foco delictivo identificado por las autoridades se ubica a solo 200 metros de la comisaría de Villa, en los cruces de las avenidas Guardia Civil Sur y Los Gorriones. La peligrosidad de este punto responde a la facilidad que tendrían los delincuentes para huir hacia diferentes zonas: pueden dirigirse hacia la Costa Verde, hacia la Panamericana Sur o hacia San Juan de Miraflores.
Fuentes policiales detallaron a El Comercio que la mayor incidencia de delitos vinculados a las extorsiones al transporte público se registra entre las 6 de la tarde y las 11:30 de la noche, por lo que han aumentado la presencia de patrullas conjuntas en paraderos de buses y mototaxis, además de controles de identidad, en dicho horario.
– Sin recursos contra el crimen –
Sin embargo, este Diario también pudo conocer las carencias logísticas con las que cuenta esta dependencia policial. La de Villa es una comisaría tipo B, lo que según el Ministerio del Interior implicaría que cuenta con capacidad para entre 61 y 120 efectivos que deben cubrir una población de entre 40.001 a 80 mil habitantes.
“En Villa solo hay 20 efectivos por día, al menos tres veces menos de lo que debería. En esta coyuntura la Policía es la primera a la que se le pega, pero qué pueden hacer si no tienen suficiente gente. La mayoría de jóvenes que salen de la escuela se van a unidades especiales, yo reconozco el trabajo que hacen, pero en las comisarías también se necesitan manos. En Villa, por ejemplo, hemos visto un aumento de casos de violencia familiar y extorsiones en el último año”, señala una fuente cercana al tema que mantiene el anonimato por no contar con autorización para declarar.
Según la Dirección de Recursos Humanos de la PNP, la DIRREHUM, en Chorrillos hay 1935 efectivos, de los cuales 1659 pertenecen a unidades especiales y apenas 276 a comisarías básicas.




