Domingo, Noviembre 17

Por Patricia Castro Obando *

¿Por qué la cultura es tan importante para entender a la China de Xi Jinping? Desde que arribó por “el puerto de Chancay” al Perú, el mandatario chino ha hecho de la cultura un elemento primordial de todos sus discursos. Las referencias a la antiguas civilizaciones milenarias de China y el Perú que se han cristalizado en el documental “De la Gran Muralla a Machu Picchu”, y en la exposición museográfica “Grandes civilizaciones antiguas, China y el Tawantinsuyo en el Perú”, además de una clara intención de señalar coincidencias, sinergias y puntos de encuentro entre ambas culturas, es parte de un proyecto mucho mayor que impulsa Xi Jinping desde China.

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Todo esto funciona en el marco de la “Iniciativa de la Franja y la Ruta”, un proyecto de desarrollo global para mejorar la conectividad con un fuerte componente geopolítico que desde hace una década está cubriendo el planeta. En la narrativa de Xi, el puerto de Chancay encaja como un “corredor marítimo de la nueva era” y además es punto de conexión que promueve la construcción del “Gran Camino Inca para la nueva era”. Esta “nueva era” a la que se refiere Xi está marcada por el rol de China en el escenario global bajo su dirección. En su camino ascendente a potencia, China quiere proyectar una imagen de cooperación y desarrollo pacífico para forjar “una comunidad de futuro compartido por la humanidad”.

La nueva era de Xi Jinping también ha desencadenado un cambio cada vez más profundo al interior del pensamiento político chino. En el 2017, se presentó el sexto pilar de la ideología del líder titulado “Pensamiento de Xi Jinping sobre la cultura” que podría ser determinante para entender la nueva era. Este sexto pilar abarca un conjunto de ideas que interpretan y posicionan la tradición cultural de China. En la doctrina del partido se vincula a la adaptación del marxismo a China, en dos etapas. La primera fue adaptar el marxismo a la realidad china, en la década de los ochenta. Esta segunda combinación que propone Xi, implica combinar el marxismo con la cultura tradicional china. Para Xi, la cultura tiene un rol crucial en el desarrollo y la modernización de su país.

En China, esta revitalización cultural impulsada por Xi incluye a las antiguas civilizaciones y la vuelta de Confucio a la escena política local. En el 2023, el periódico chino “Global Times” lanzó una serie de reportajes en inglés titulada “Xivilization” para destacar las ideas del líder chino sobre diversidad cultural y antiguas civilizaciones. Ese mismo año, Hunan TV emitió la serie de televisión titulada “Cuando Marx conoció a Confucio” que daba a conocer las similitudes y diferencias del marxismo y el confucianismo a la audiencia local. Marx y Confucio encarnan la ideología oficial del partido y la tradición cultural china.

Desde entonces, los analistas han lanzado una abanico de interpretaciones en esta nueva era. Según Deng Yumen, con las figuras de Marx y Confucio, Xi está buscando obtener mayor aceptación de la ideología del partido entre la población, defenderse de los valores occidentales, cortando su influencia en el país, y aumentar la voz de China a nivel mundial. Para Daniel A. Bell, el marxismo ya no puede servir como “único ideal político” de la China actual. Así, el aporte de los valores confucianos a la ideología de Xi es una fuente de legitimidad para un partido que se asume como portador de una larga tradición. Es el nuevo contrato social que propone Xi al pueblo chino, mientras que la comunidad internacional se pregunta, ¿cuánto del marxismo queda aún en China?

En tiempos de Mao Zedong, la legitimidad del Partido Comunista Chino se sostuvo en la lucha de clases para liberar al proletariado y los campesinos de la clase dominante. Posteriormente, Deng Xiaoping basó la legitimidad en la prosperidad económica, con la implementación del proceso de Reforma y Apertura que condujo al milagro chino. Pero la lucha de clases o la prosperidad económica no son tareas de Xi. De allí que el pilar de la cultura representa el nuevo puente entre el partido y la población, y entre China y el mundo. Es la primera vez en la historia de la República Popular China que la cultura tradicional china adquiere tanto peso en la ideología del partido y la retórica política del máximo líder.

Xi Jinping ha propuesto que nos subamos al “barco de la amistad chino-peruana hacia un futuro más brillante”. Ha mencionado en su discurso a José Carlos Mariátegui y su visión sobre el acercamiento con China que formaría parte de un “código secreto” entre estas dos civilizaciones. En este mundo de oleajes, y tiempos anómalos, hasta para un gigante como China, la cultura puede ser un salvavidas. Por lo pronto, Xi Jinping ya ha enviado a sus periodistas e influencers al Cusco, el Ombligo del Mundo, para conectar con una población de 1.400 millones de personas que habitan el Reino del Centro.

(*) Patricia Castro Obando es Doctora en Antropología

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