
En nuestro país existe la idea equivocada de que quienes operan en la informalidad se sienten muy cómodos y no tienen ningún interés en formalizarse. Sin embargo, el estudio “Radiografía de la informalidad en el Perú”, realizado en el 2024, encontró que el 88% de los dueños de microempresas que operan en la informalidad quisieran formalizarse. Uno de cada tres explica que su interés en la formalidad radica en que les permitirá acceder a créditos en entidades financieras.
El acceso a servicios financieros ayuda a las empresas a planificar desde objetivos a largo plazo hasta emergencias. Como titulares de cuentas, es más probable que las empresas usen otros servicios, como el crédito y los seguros, para iniciar y ampliar negocios, invertir en educación, administrar riesgos y superar conmociones financieras.
Pero el costo del dinero para las mypes en el Perú es sumamente alto y eso limita sus posibilidades de hacerse más productivas, competir en el mercado y crecer, lo que a su vez condena al país al enanismo empresarial. La falta de acceso al crédito con condiciones adecuadas es una barrera que impide el desarrollo del país.
El 75% de los encuestados considera que el acceso a capital es fundamental para el crecimiento. Sin embargo, 41% no desea adquirir créditos al considerar que las tasas de interés son excesivamente altas. Muchas de estas empresas, al no acceder al sistema financiero formal, terminan siendo víctimas de la extorsión de los gota a gota.