Sábado, Febrero 22

La piel, especialmente la del rostro, es como un lienzo en el que, día tras día, se imprimen rastros de maquillaje, protector solar, partículas de contaminación, grasa y sudor. Aunque a simple vista no siempre sean perceptibles, lo cierto es que estos elementos se van acumulando hasta el punto que, empiezan a formar una capa invisible que puede obstruir los poros, opacar la piel e incluso acelerar los signos de envejecimiento. ¿El resultado? Un rostro que luce cansado y apagado.

En este contexto, el cuidado de la piel ha ganado cada vez más protagonismo en nuestra rutina diaria, pues en un mundo donde las tendencias cambian a la velocidad de un clic, es fácil sentirse abrumado con la cantidad de consejos, productos y técnicas que aseguran transformar nuestra piel de forma casi mágica. Entre influencers, dermatólogos y gurús de belleza que podemos encontrar en las redes sociales, parece que cada día surge un nuevo “must” que se convierte en un indispensable de nuestras sesiones de cuidado facial.

Sin embargo, uno de los métodos que ha destacado en los últimos años por su gran popularidad, es la doble limpieza facial, una técnica que promete eliminar hasta el más mínimo rastro de impurezas, dejando la piel limpia, fresca y radiante. Pero, ¿es realmente un paso imprescindible en nuestra rutina diaria o simplemente es otra estrategia de marketing diseñada para hacernos comprar más productos?

¿Qué es exactamente la doble limpieza facial?

La doble limpieza es una técnica originaria de las rutinas de cuidado de la piel en las culturas asiáticas, especialmente en Corea y Japón. En los últimos años, la influencia de la K-beauty y el creciente interés por el skincare han popularizado esta práctica a nivel mundial, gracias a su eficacia en limpiar profundamente la piel y preparar el rostro para otros productos y tratamientos, explicó el doctor Orión Pizango Mallqui, médico dermatólogo de Orion Center Dermatología Estética y Laser a Bienestar.

Básicamente, este método se realiza en dos pasos para asegurar una limpieza profunda y completa. En el primer paso, como señaló Betty Sandoval, dermatóloga de la Clínica Internacional, se utiliza un limpiador a base de aceite o bálsamo para disolver las impurezas solubles en grasa, como maquillaje, protector solar y otras sustancias a prueba de agua, que son especialmente comunes durante el verano. Además, estos aceites dermatológicos no solo eliminan los residuos, sino que también hidratan la piel, ofreciendo un cuidado integral.

Mientras que, para la segunda limpieza, se emplea un limpiador acuoso para retirar los restos del primer limpiador junto con impurezas solubles en agua, como el sudor y la contaminación acumulada durante el día.

“Si bien no es estrictamente indispensable realizar una doble limpieza, puede ser muy beneficiosa. Muchas veces, al usar maquillaje o protector solar, lavamos el rostro y notamos que quedan algunos residuos. Con esto podemos llegar a la conclusión de que, un solo paso de limpieza puede no ser suficiente para eliminar completamente todas las impurezas de la piel. Por ello, esta técnica es ideal para garantizar una piel limpia, sobre todo, con productos de alta resistencia al agua”, expresó la experta.

¿Qué beneficios aporta frente a una limpieza convencional?

La doble limpieza es mucho más que un simple paso en nuestra rutina de cuidado facial, ya que cumple tres funciones esenciales para la piel:

  • Limpieza más profunda: Elimina eficazmente las impurezas acumuladas y el exceso de sebo, dejando los poros libres y menos obstruidos lo que a su vez, puede ayudar a prevenir problemas como el acné y los puntos negros.
  • Hidratación: Mejora la absorción de productos y potencia la eficacia de tratamientos posteriores, como los que contienen ácido hialurónico.
  • Luminosidad: Su uso constante mejora visiblemente la textura y el brillo natural de la piel, dándole un aspecto más saludable.

“La doble limpieza mejora la absorción de productos al eliminar completamente las impurezas y residuos que pueden actuar como barreras en la piel. Esto permite que ingredientes activos, como antioxidantes e hidratantes, penetren de manera más efectiva y brinden mejores resultados. Por lo general, los cambios visibles pueden variar dependiendo de la condición inicial de la piel y la consistencia en el uso de la técnica. No obstante, de forma inmediata proporciona una sensación de limpieza profunda, mientras que, a corto plazo, reduce la apariencia de los poros y brinda una textura más uniforme”, aseguró la dermatóloga de Cleveland Clinic, Jane Wu.

¿Qué productos o ingredientes se recomiendan según el tipo de piel?

La doble limpieza facial consta de dos pasos esenciales, cada uno con productos específicos que actúan en diferentes tipos de impurezas. Para el primer paso, los productos más recomendados son: aceites desmaquillantes, bálsamos limpiadores o aguas micelares y, en cuanto ingredientes, los aceites naturales, como jojoba o argán son una buena alternativa. Esto se debe a que son más efectivos porque disuelven el sebo y las impurezas de manera suave, preservando la barrera natural de la piel.

En cambio, para el segundo paso, la doctora Wu refirió que, los productos sugeridos suelen ser geles, espumas suaves o leches limpiadoras, las cuales deben contar con ingredientes como ácido hialurónico, aloe vera o ceramidas.

“Este último paso es fundamental, ya que complementa la limpieza al enfocarse en impurezas solubles en agua, equilibrando la piel sin dejar sensación de resequedad”.

Sin embargo, elegir los productos correctos para la doble limpieza depende de nuestro tipo de piel:

Piel seca y sensible

Opta por limpiadores en crema o leches limpiadoras sin fragancias. De preferencia, prioriza ingredientes como ceramidas, aloe vera y fórmulas hipoalergénicas.

Piel grasa y propensa al acné

Apuesta por limpiadores no comedogénicos a base de aceite y espumas con ingredientes, como ácido salicílico, ácido glicólico o peróxido de benzoilo.

Piel mixta

Usa un aceite liviano y un limpiador acuoso balanceado que no reseque las áreas secas ni sobreestimule la zona T. Además, opta por fórmulas con propiedades hidratantes ligeras.

Piel normal

Puedes empezar con un limpiador suave que contenga aceites livianos para eliminar el maquillaje y las impurezas. Luego, sigue con un limpiador a base de agua, como un gel acuoso ligero o un limpiador en crema o espuma, según tus preferencias personales.

“La doble limpieza es adecuada para todos los tipos de piel. Sin embargo, las personas con piel sensible, seca o condiciones como rosácea o dermatitis, deben optar por productos suaves y no irritantes, evitando ingredientes como alcohol, fragancias fuertes, sulfatos, exfoliantes abrasivos o aceites agresivos. En estos casos, es recomendable realizar una prueba de tolerancia antes de incorporar nuevos productos a la rutina, para prevenir posibles reacciones adversas”, recalcó Orión Pizango.

¿Cómo realizar la doble limpieza facial correctamente?

De acuerdo a la especialista de Cleveland Clinic, la doble limpieza facial se realiza en dos pasos consecutivos:

Primer paso

  • Aplica el limpiador a base de aceite sobre la piel seca.
  • Masajea suavemente con movimientos circulares para disolver maquillaje, protector solar y grasa acumulada.
  • Enjuaga con agua tibia o utiliza un paño húmedo para retirar el producto.

Segundo paso

  • Aplica un limpiador a base de agua adecuado para tu tipo de piel.
  • Masajea suavemente para eliminar sudor, suciedad y cualquier residuo del limpiador anterior.
  • Enjuaga con agua tibia y seca la piel con una toalla limpia dando pequeños toques, sin frotar.

“Es importante tener en cuenta la temperatura del agua en ambos pasos. En este caso, el agua tipia es ideal, ya que abre ligeramente los poros y eliminar las impurezas sin irritar la piel, a diferencia del agua muy caliente que puede causar sequedad y enrojecimiento o la muy fría, la cual es menos efectiva para disolver la grasa. Asimismo, es crucial dedicar entre 30 segundos y 1 minuto a cada paso, completando todo el proceso en aproximadamente 2 minutos. De preferencia, se recomienda realizarlo por las noches, especialmente, si tenemos maquillaje o protector solar, ya que, por la mañana, una limpieza suave suele ser suficiente”, destacó Wu.

También podemos emplear dispositivos como cepillos electrónicos, los cuales pueden ser beneficiosos, dado que proporciona una limpieza más profunda, especialmente para quienes tienen piel grasa o propensa a puntos negros. Sin embargo, si se usan en exceso o con demasiada presión, pueden causar irritación, enrojecimiento y daño a la barrera cutánea, sobre todo, en pieles sensibles.

¿Cuáles son los mitos más comunes relacionados a la doble limpieza?

“Es necesaria para todos”

Falso: No todos necesitan realizar la doble limpieza. Esta técnica es más adecuada para quienes usan maquillaje, protector solar resistente al agua o están expuestos a la contaminación. Para las otras personas, un solo limpiador suave es suficiente.

“Mejora automáticamente todos los problemas de la piel”

Falso: La doble limpieza puede ayudar a eliminar impurezas, pero no sustituye pasos esenciales como la hidratación, el uso de antioxidantes y protector solar. Para mantener una piel saludable, es fundamental adoptar una rutina integral.

“Usar cualquier limpiador sirve para la doble limpieza”

Falso: No todos los limpiadores son adecuados para esta técnica. Los limpiadores deben adaptarse al tipo de piel y cumplir funciones específicas en el primer y segundo paso. Usar productos incorrectos puede causar sequedad, irritación o brotes.

“No se puede combinar esta técnica con retinoides o ácidos exfoliantes”

Falso: Sí es posible realizar la doble limpieza mientras se emplean tratamientos dermatológicos con retinoides o ácidos exfoliantes, aunque es crucial actuar con precaución y consultar primero con un dermatólogo. Además, como recomendó el doctor Orión Pizango, es mejor usar limpiadores suaves y evitar los productos que aumenten la irritación.

“En conclusión, la doble limpieza es una técnica eficaz que puede transformar el aspecto y salud de tu piel si se realiza correctamente y con productos adecuados. No obstante, no es un paso obligatorio para todos y debe adaptarse a las necesidades específicas de cada persona. Por consiguiente, antes de incorporar nuevos productos, es importante siempre consultar con un dermatólogo para garantizar buenos resultados”, subrayó la doctora Jane Wu.

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