Sábado, Enero 11

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Empiezo a responder con hitos: a los 12 años el pequeño Diego era dirigente de la CHAP (‘chicos apristas’) y a los 15 lo era de la JAP (‘jóvenes apristas’). A los 23 lo era del movimiento regional que convirtió a Elidio Espinoza en alcalde de Trujillo. A los 25 fue gerente municipal. La Cámara de Comercio de La Libertad lo nombró el ‘empresario joven del año’ por el éxito de su complejo turístico Laredo Grande (ahí fue el almuerzo con tono) que tiene piscina con tobogán y campo de golf.

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El Congreso lo nombró a la cabeza de la Mesa Multipartidaria de Jóvenes y presidente de la Comisión de Ética. Los hitos me los recordó él mismo en una conversación que tuvimos para este perfil candelero. “Soy un empresario de éxito y viajo casi todos los fines de semana a mi región”, me dice para dejar en claro que los 48 pasajes no alcanzan.

“Estoy indignado porque esta es una venganza política contra los congresistas que tenemos una posición crítica frente al Ministerio Público”

Diego Bazán, congresista de Renovación Popular

O sea, cuando Maricarmen Alva, Patricia Chirinos, Edward Málaga, Jorge Zevallos y Kira Alcárraz, viajaron, ¡iban al santo de la joven promesa de la promo! Pero Bazán insiste en que no pretendió que se inventen una agenda como coartada para coincidir con el tono -que es la tesis de la fiscal de la nación (FN) Delia Espinoza- sino que les dijo algo así cómo ‘si van por Trujillo cáiganse por mi cumpleaños’.

Le digo que resulta extraordinario que esas coincidencias reunieran a por lo menos 7 congresistas (incluyo a Norma Yarrow, que se cayó por el almuerzo fiesta, pero no está denunciada porque compró su pasaje por su cuenta).

La réplica no me la dio Bazán sino alguien que figura en la denuncia y no quiere ser mencionado: “Los congresistas nos la pasamos trabajando y hay pocas ocasiones para compartir. Era nuestra primera reunión social tras la caída de Castillo y las protestas”.

O sea, ese sábado 10 de febrero del 2023, los congresistas se sentían con derecho a una hora loca tras meses de estrés. “Salíamos de momentos muy complicados”, asiente Bazán cuando le cuento la impresión de su colega. Por cierto, la fuente me dice que, aunque hubo mariachis y baile, y espirituosos amigos y familiares los respetaron, anduvieron temerosos de las fotos. El propio Diego, para demostrar que sus invitados sí tuvieron agendas, me dice que Alva, Yarrow y Chirinos, tuvieron algunos impasses en la Plaza de Armas cuando salían de una audiencia.

Bazán no admite que incurrió en una contradicción gruesa. Como presidente de la Comisión de Ética, cargo del que se hizo tras su pase de la bancada de Renovación Popular a Avanza País (ahora ha vuelto a RP), era severo con los demás; pero en febrero del 2023, provocó que algunos forzaran agendas y excusas, aunque diga que no fue su intención. Las veces que lo he entrevistado en el pasado, dejaba en claro que en la gran mayoría de casos de blindaje; su voz y voto estuvieron en la minoría que pidió la pena máxima.

¡Cayó Castillo, yeee!

El momento era excepcional pero no la fiesta, según Bazán. Todos los años la familia se la celebra. Tampoco era una fecha redonda, cumplía 32. Casi todos los fines de semana vuela a Trujillo. La celebración post Castillo sigue siendo una buena explicación, pero tuvo que haber algo más en el dueño de ese santo, la obnubilación de un cumpleañero con su fiesta, flotando en un globo de helio, abstraído de la política judicializada. ¿O fue, además, el candor de celebrar que la patria se ‘salvó del comunismo’ o fue frescura pura y dura?

El testimonio del congresista Jorge Zevallos a la FN deja a Bazán corto de explicaciones. En primer lugar, Zevallos representa a los peruanos en el exterior, así que una agenda en Trujillo suena más forzada que para los otros. En segundo lugar -leí la denuncia completa- su declaración es bastante floja pues alude a una reunión pactada con Bazán y con un alcalde cuyo nombre no recordó en ese momento, y a la que no llegó. Diego me dice que hubo una descoordinación y no lo recogió para llevarlo. O sea, solo viajó para la fiesta.

La FN Delia Espinoza tiene una lectura restrictiva de la normativa de la representación política que, en verdad, es más discrecional que la de los funcionarios que rinden cuentas de viáticos. Los congresistas prefieren dar una interpretación laxa a la norma.

“Estoy indignado porque esta es una venganza política contra los congresistas que tenemos una posición crítica frente al Ministerio Público”, me dice el protagonista. Una batalla más de una guerra de poderes que, como muchas otras cosas, trasciende al cumpleañero y sus invitados.

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