Por el Día de la Canción Criolla, un rescate exclusivo: “El vals criollo, expresión primerísima del cancionero popular de nuestro país, tiene ya carta de ciudadanía” decía la nota publicada en “El Dominical” de El Comercio, el 16 de enero de 1966. Titulada “Los 10 mejores valses criollos”, el redactor anónimo, con el propósito de confeccionar un canon que abone a una historia de la canción criolla, encuestó a los principales compositores de la época, memorables autores como Luis A. Núñez (el creador de “Embrujo”), Pablo Casas (responsable de la memorable “Mal proceder”) o el chalaco Eduardo Márquez Talledo, creador del tan bailable “Dale a la Mocita”. Pero lo que llama nuestra atención es la lista de la ya entonces fundamental Chabuca Granda, entonces con 45 años.
La autora de “Zeñó Manué” no entrega diez, sino quince temas, de autores como Felipe Pinglo, Carlos Alberto Saco, Pedro Augusto Bocanegra o Serafina Quinteras. ¿Qué nos sugiere esta selección? Podemos en esta lista descubrir cuánto pesa la llamada “Guardia vieja” en sus gustos, o si fueron compositores más modernos quienes resultaron su influencia?
Para la reconocida productora musical Susana Roca Rey, habría que destacar que todas las canciones elegidas por Chabuca hace casi 6 décadas han trascendido y se siguen escuchando hasta hoy. Lo interesante, para la activa divulgadora de la obra de la compositora peruana, es que ninguna de las composiciones proviene de la primera generación del criollismo musical, formada entre 1890 y 1910. “Desde Pinglo en adelante, todos los valses resultan más bien contemporáneos a Chabuca”, afirma la productora.
Tradición y modernidad
Para el crítico literario y divulgador del criollismo Alonso Rabí do Carmo, hay elecciones que se hacen por afinidad. Como explica, la lista seleccionada por Chabuca refleja, de alguna forma, sus propias búsquedas y deja ver tensiones entre la tradición y el deseo de innovación, los dos polos entre los que se movió su propia obra. “Es revelador que nuestra compositora trazase en esa lista un territorio doble: de un lado, compositores como Luciano Huambachano, Manuel Raygada o Luis Abelardo Núñez, que representan una vertiente principal del valse, cuya línea de origen estaría en esa nebulosa llamada Guardia Vieja. Por otra parte, figuran tres temas de Pinglo que, como Granda, conocía bien otras tradiciones musicales”.
Como señala Rabí, ese conocimiento le sirvió a ambos en su momento para enriquecer su propia obra: el tango y diversos géneros norteamericanos en Pinglo, el aporte afroperuano, la canción latinoamericana, el jazz en Granda. El estudioso también destaca la presencia de Manuel Acosta Ojeda y Alicia Maguiña, creadores personalísimos, lo mismo que Augusto Polo Campos y Mario Cavagnaro, dos compositores que, afirma, encontraron oro en la expresión popular urbana. “La lista de Chabuca puede parecer tan diversa como ella misma: aires de tradición, de singularidad y de modernidad. Como si se tratase de un retrato de su trabajo musical”, añade.
La opinión de Susana Baca
Una de las artistas peruanas más destacadas internacionalmente opina de la lista de Chabuca Granda.
He tenido la suerte de haber escuchado casi todos los valses que a Chabuca le gustan según su lista. Alguno que otro yo no lo pondría en una lista de valses extraordinarios, pero Chabuca denota con esto, en su selección, un buen gusto por el vals, por la música y por la letra. Ella, como una mujer que compone letras, escoge algo que tenga poesía y casi todos esos valses tienen una parte poética.
Tiene su parte más cursi también Chabuca con eso de Polo Campos. Polo Campos a mi personalmente no me gusta tanto, y Cavagnaro es un poco cursi también. Es en la época nacionalista y cursi. Qué tal dignidad de Chabuca reconocerle a Alicia ―que siempre lo hizo a nivel personal, pero públicamente era como terrible porque se encargaron de separarlas―, reconocer que uno de los mejores valses de toda su lista es de Alicia Maguiña, porque Alicia es muy refinada en el uso del lenguaje, y muy refinada en su manera de componer.
Para mi falta “La Abeja”, que era un vals del Chino Soto. Ella siempre hablaba de este vals que le gustaba, pero tenía algunas frases un poco cursis. Le gustaba ese vals y lo repetía y lo cantaba en reuniones.
La lista de Chabuca Granda
1. “Rosa Luz”, de Felipe Pinglo Alva
2. “Rosa Elvira” de Carlos A. Saco
3. “Celaje” de Pedro Augusto Bocanegra.
4. “Bouquet” de Felipe Pinglo Alva.
5. “Muñeca Rota” de Serafina Quinteras.
6. “Cristal herido” de Fermín B. Torres.
7. “Embrujo” de Luis Abelardo Núñez.
8. “Mi Perú” de Manuel Raygada.
9. ”Todo me habla de tí” de Alicia Maguiña.
10. ”El huerto de mi amada” de Felipe Pinglo Alva
11. ”Lima en Octubre de Mario Cavagnaro.
12. ”Dulce agonía” de Manuel Acosta Ojeda.
13. ”Mi dueña” de Augusto Polo Campos.
14. ”Victoria” de Miguel Cabrejos.
15. Barrio Bajopontino” de Luciano Huambachano