Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en Perú, reveló el Ministerio de Salud. A nivel mundial, estas patologías cobran la vida de 17,9 millones de personas anualmente. En este contexto, la aparición de nuevas tecnologías de prevención y tratamiento es un paso fundamental para reducir el número de fallecimientos por estas causas, como es el caso del desfibrilador subcutáneo.
“El desfibrilador subcutáneo es un dispositivo electrónico diseñado para prevenir la muerte súbita en pacientes con alto riesgo de arritmias potencialmente letales”, explica el Dr. Renzo Neglia Montes, especialista en Cardiología y Electrofisiología, de la Clínica Anglo Americana. Se trata de un avance tecnológico que impacta positivamente en la calidad de vida y el bienestar de los pacientes cardiacos, ofreciendo una opción efectiva y segura para prevenir situaciones críticas. Este dispositivo se coloca debajo de la piel y se conecta a un electrodo colocado cerca del corazón. No genera molestias en el paciente.
¿Cómo funciona un desfibrilador subcutáneo?
Este desfibrilador funciona de manera autónoma, detectando en segundos cualquier alteración en el ritmo cardíaco. Este pequeño dispositivo procesa el ritmo del corazón, analizando patrones para determinar si es necesario intervenir. “Si detecta un ritmo ventricular extremadamente rápido y peligroso, el dispositivo decide en menos de 6 segundos si es necesaria una descarga, lo que puede ser crucial para salvar la vida del paciente”, explica el Dr. Neglia, certificado en la colocación de este implante subdérmico.
A diferencia de los desfibriladores tradicionales, que requieren el uso de cables que atraviesan las venas hasta el corazón, el desfibrilador subcutáneo se coloca justo debajo de la piel, sin necesidad de invadir las venas ni tocar directamente el corazón. El Dr. Neglia explica que el desfibrilador subdérmico funciona “como un ‘vigilante’ del corazón, monitorea constantemente el ritmo cardíaco y, en caso de detectar una arritmia peligrosa, aplica una descarga eléctrica en el pecho para restablecer el ritmo normal”.
Una vez que el desfibrilador subcutáneo haya realizado una descarga para evitar la muerte súbita, es necesario que el paciente se acerque a emergencias para realizar los chequeos correspondientes y así prevenir cualquier afección cardiaca.
Beneficios del desfibrilador subcutáneo
El uso del desfibrilador subcutáneo ofrece múltiples ventajas en comparación con los desfibriladores convencionales:
- Menor riesgo de infecciones: Al no requerir cables el riesgo de infecciones disminuye significativamente. Como señala el Dr. Neglia, “las infecciones son una de las complicaciones más comunes en los desfibriladores tradicionales, y en algunos casos, es necesario realizar una cirugía para retirar el dispositivo y limpiar la zona afectada. Con el modelo subcutáneo, este riesgo se reduce considerablemente”.
- Procedimiento menos invasivo: La intervención para implantar el desfibrilador subcutáneo es menos compleja, ambulatoria y de recuperación rápida. “En lugar de una cirugía mayor, se realiza una incisión menor que permite una recuperación mucho más rápida, reduciendo las complicaciones postoperatorias”, indica el Dr. Neglia.
- Apariencia estética y comodidad: Este desfibrilador no deja marcas visibles bajo la ropa, lo cual es un aspecto positivo, especialmente en pacientes jóvenes y activos. Además, su diseño permite que los pacientes realicen sus actividades diarias sin preocupaciones.
¿Cómo se coloca el desfibrilador subcutáneo?
La implantación del desfibrilador subcutáneo es un procedimiento ambulatorio que se realiza bajo anestesia local o sedación y tiene una duración de alrededor de dos horas. “Primero, hacemos una pequeña incisión en el pecho para colocar el electrodo cerca del corazón, luego otra en el lado izquierdo donde insertamos el generador debajo de la piel”, detalla el experto. El generador y el electrodo se conectan a través de un túnel subcutáneo. Antes de cerrar, se prueba el sistema induciendo un ritmo anormal para asegurar que el dispositivo responda correctamente.
La preparación previa incluye la suspensión de medicamentos anticoagulantes y ayuno el día de la intervención, así como coordinar el traslado del paciente a su hogar después de la cirugía. Una vez finalizado el procedimiento, el paciente permanece en observación hasta que desaparezca el efecto de la anestesia. En la mayoría de los casos, el alta se da el mismo día o a la mañana siguiente.
El especialista en Cardiología y Electrofisiología indica que el procedimiento tiene riesgos muy bajos y solo en casos excepcionales podrían presentarse infecciones superficiales. Además, la duración del dispositivo varía entre 8 y 10 años, dependiendo de la frecuencia de las descargas. “En caso de que el generador se desgaste, solo se reemplaza esta parte sin necesidad de cambiar todo el sistema, lo cual facilita su mantenimiento”, comenta el doctor.
¿Qué pacientes pueden colocarse el desfibrilador subcutáneo?
El desfibrilador subcutáneo es adecuado para personas con alto riesgo de muerte súbita debido a arritmias ventriculares graves. Entre los candidatos están pacientes con antecedentes de infarto, insuficiencia cardíaca y algunas cardiopatías hereditarias. “Idealmente, el dispositivo se implanta como prevención primaria, antes de que el paciente sufra una parada cardíaca, aunque también se coloca en quienes han tenido una parada y han sobrevivido”, explica el Dr. Neglia.
Además, este desfibrilador está diseñado para personas que no requieren marcapasos. “Los pacientes que dependen de estimulación para mantener su ritmo cardíaco no pueden beneficiarse de este modelo, ya que solo actúa como desfibrilador y no ofrece la función de marcapasos. Para ellos, los desfibriladores tradicionales, que integran ambas funciones, son la mejor opción”, detalla.
¿Quiénes no pueden usar el desfibrilador subcutáneo?
Además de los pacientes que requieren marcapasos, este dispositivo no es recomendado para personas cuya expectativa de vida sea menor de un año debido a enfermedades terminales, como el cáncer. “Es importante que el beneficio del dispositivo justifique el procedimiento y los cuidados necesarios”, señala el Dr. Neglia, agregando que “si un paciente tiene una enfermedad que puede afectar significativamente su pronóstico a corto plazo, es preferible no realizar el implante”.
La medicina cardiovascular sigue evolucionando, y el desfibrilador subcutáneo es solo un ejemplo de los avances en la prevención de afecciones cardiacas. El Dr. Neglia insta a todos los pacientes con antecedentes cardíacos a consultar a un especialista y evaluar su riesgo de arritmias: “El objetivo es prevenir. Si tienes antecedentes familiares o padeces alguna cardiopatía, consulta a tu médico para determinar si este dispositivo puede ayudarte. La tecnología está aquí para salvar vidas”, finaliza.