Martes, Noviembre 5

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La experiencia nos demuestra que durante los últimos gobiernos la longeva relación que mantienen ambos países no ha sufrido mayores consecuencias con la asunción de un partido u otro y, mas bien, se ha consolidado especialmente en el plano económico y político.

Las últimas cuatro administraciones estadounidenses han tenido a dos republicanos -George W. Bush y Donald Trump- y a dos demócratas -Barack Obama y Joe Biden- en la Casa Blanca.

Los trágicos incidentes del 11 de septiembre del 2001 llevaron a que la política exterior de la Administración Bush (2001 – 2009) se centrara principalmente en combatir al terrorismo internacional; sin embargo, fue durante este gobierno que se alcanzó el que hasta el momento se considera el hito económico más importante entre Estados Unidos y el Perú: el Tratado de Libre Comercio.

Si bien el Perú era uno de los países beneficiados con los programas APTA y ATPDEA, en el 2004 se iniciaron las rondas de negociaciones para conseguir el ansiado TLC con Estados Unidos, el mismo que se firmó en el 2006 y se habilitó en febrero del 2009, con el demócrata Barack Obama ya en la Casa Blanca.

Quince años más tarde, este tratado ha promovido la exportación de productos peruanos hacia Estados Unidos, aumentado la llegada de inversores estadounidenses a nuestro país y llevado a que la potencia norteamericana se posicione como el segundo socio económico más importante del Perú con el 17% del intercambio comercial total.

El mismo año en el que se implementó el TLC, además, la Administración Obama (2009 – 2017) anunció que Estados Unidos se sumaría a las negociaciones para conseguir el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), un ambicioso tratado que beneficiaría a una docena de países.

En el 2016 las negociaciones llegaron a buen puerto y Estados Unidos fue uno de los países firmantes; sin embargo, con la llegada de Donald Trump a la presidencia (2017 – 2021) esto cambiaría. Dentro de sus primeros 100 días de gobierno, el polémico republicano emitió un decreto que ordenaba la salida de su país del TPP por considerarlo “un desastre potencial”.

La decisión no solo frustró una infinidad de oportunidades comerciales entre las naciones de Asia – Pacífico con Estados Unidos, sino que también permitió que China remontara en su influencia económica dentro de la región.

Durante la presidencia de Trump, incluso, existió el temor de que el TLC con el Perú pueda verse afectado como parte de una anunciada revisión de los tratados comerciales del país, afortunadamente para nosotros esto nunca pasó.

En la era Biden (2021 – 2025) no se vivieron mayores novedades en temas comerciales, con el demócrata apostando más bien por normalizar este tipo de relaciones luego del paso del huracán republicano por el poder. Cabe recordar, además, que estas dos últimas administraciones estuvieron marcadas en gran parte por la pandemia de COVID-19 y la recuperación económica posterior a dicha crisis sanitaria.

Sin embargo, las relaciones bilaterales no solo se han limitado al plano económico.

– Cooperación política y diplomática –

Pese a que Estados Unidos y el Perú mantienen relaciones bilaterales desde 1827, fue recién el 23 de marzo del 2002 que George W. Bush se convirtió en el primer presidente estadounidense en funciones que realizó una visita oficial a nuestro país.

Su llegada duró apenas 17 horas pero generó una enorme expectativa empresarial y política, quienes lo consideraron la muestra más clara de la recuperación de la economía nacional. Seis años más tarde, el republicano volvería a nuestro país para participar del foro APEC y poner la cereza en aquel apetitoso pastel llamado TLC que entraría en vigor unos pocos meses después.

Ocho años después, en noviembre del 2016, el sucesor de Bush, Barack Obama, también llegaría al Perú como parte de una cumbre APEC. Durante el mandato del demócrata se fortalecieron otros pilares como la cooperación en temas ambientales, especialmente en la lucha contra la deforestación en la Amazonía y la promoción de la inversión en energías limpias y sostenibles.

Esta serie de visitas de Estado parecía continuar con la anunciada llegada de Donald Trump a la VII Cumbre de las Américas celebrada en Lima en abril del 2018; sin embargo, el viaje no se llegó a concretar y su lugar fue ocupado por su hija Ivanka.

Otra diferencia que trajo el paso de Obama a Trump fue la postura del gobierno estadounidense hacia la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.

Mientras que el demócrata apostaba por sanciones específicas a funcionarios chavistas, durante la gestión republicana las medidas se ampliaron y se habló de opciones de fuerza, generando una disconformidad diplomática en distintos gobiernos latinoamericanos, entre ellos el peruano.

La muestra más clara de esta diferencia fue que si bien Estados Unidos apoyó su creación y trabajo en conjunto, oficialmente no formó parte del Grupo de Lima.

Mientras que la transición de Trump a Biden estuvo marcada por la pandemia, un periodo que se caracterizó especialmente por el apoyo de Estados Unidos al Perú para afrontar la emergencia. Según datos de la agencia de cooperación estadounidense USAID, hasta diciembre del 2021 el gobierno de Washington envió más de 75,5 millones de dólares y dos millones de dosis de vacunas Pfizer-BioNTech al Perú.

Los últimos años, finalmente, estuvieron marcados por dos grandes temas: la migración irregular y la lucha contá el crimen organizado. A fines del 2023, por ejemplo, ambos países alcanzaron un acuerdo de cooperación para enfrentar al narcotráfico y en mayo de este año firmaron un convenio en migración, minería y deforestación, tras un diálogo de alto nivel en Washington.

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