
Dos países europeos anunciaron en los últimos días cambios en políticas que permitían a miles de ciudadanos extranjeros, entre ellos latinoamericanos, obtener importantes beneficios para residir y hasta obtener la nacionalidad en sus naciones. De un lado, España eliminó desde el jueves 3 las llamadas ‘golden Visa’. Del otro, Italia limitó las condiciones de naturalización por derecho de sangre, lo que causó gran revuelo en Argentina, que tiene la comunidad de inmigrantes italianos más grande fuera de Europa.
La ‘Golden Visa’ concedía un visado de residencia a los extranjeros de fuera de la Unión Europea que invirtieran más de 500.000 euros en la compra de inmuebles o mediante una serie de inversiones financieras o empresariales, como depósitos bancarios, deuda pública, fondos de inversión, entre otros.
Esta visa fue aprobada en el 2013 durante el gobierno del conservador Partido Popular, en medio de una gran recesión tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. El actual gobierno de izquierda argumenta que elimina este permiso de residencia pues contribuye a la crisis por el encarecimiento de la vivienda en el país.
“La eliminación de las ‘golden visa’ inmobiliarias sirve para dar oportunidades a quienes hoy tienen problemas para acceder a una vivienda en lugares concretos y con tensión de precios y falta de oferta residencial. Esta modificación es una buena noticia para todos”, dijo la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez.
El diario español “El País” explica que quienes ya han obtenido una ‘golden visa’ no perderán el permiso de residencia. Detalla también que el 93% de quienes han accedido a estos visados viven en las provincias de Barcelona, Madrid, Málaga, Alicante, Baleares, Girona y Valencia. Los principales beneficiados han sido en su mayoría chinos y rusos.
La eliminación de ese tipo de visas hace más atractivo que antes al visado por residencia no lucrativa, una vía que permite vivir en España a extranjeros que no forman parte de la Unión Europea. Un beneficio que ha sido aprovechado especialmente por ciudadanos de Estados Unidos y de América Latina, indica la agencia Efe.
Ivanova Cañamero, del despacho especializado Molinares Abogados en Madrid, dijo a ese medio que tras Estados Unidos, Colombia y México encabezan la lista de países de origen de los extranjeros interesados en residir en España a través de estas visas.
Al igual que la ‘golden visa’, el visado de residencia lucrativa también requiere solvencia económica, que deberá ser demostrada desde el país de origen del solicitante.
Es obligatorio mantener en el país de origen el equivalente a 28.800 euros, que es el 400% del Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem), un índice para calcular los ingresos en España. A esa cantidad hay que añadir el 100% del Iprem por cada familiar a cargo del solicitante.
Golpe a los argentinos
En Italia, el gobierno de Giorgia Meloni restringió la ley que concede la nacionalidad a los descendientes de italianos en el exterior, lo que afecta a los descendientes de emigrantes fuera de ese país, especialmente a miles en Argentina.
Una de las formas en las que Italia concede su nacionalidad es el principio de ‘Ius Sanguinis’, es decir, por descendencia o filiación, lo que significa que cualquiera que tuviera un bisabuelo o tatarabuelo nacido en Italia o pudiera probar la línea de sangre como descendiente de alguien oriundo de ese país europeo podía acceder a la ciudadanía italiana.
Esto cambió desde fines de la semana pasada cuando el consejo de ministros aprobó la reforma de la “Ius sanguinis”, por lo que a partir de ahora se requiere tener padre o abuelo nacido en Italia para solicitar la nacionalidad. Es decir, los descendientes de italianos nacidos en el extranjero solo recibirán la nacionalidad automática durante dos generaciones.
El gobierno de Italia argumenta que la medida busca contener la comercialización del pasaporte europeo y el aumento de las solicitudes para obtener la ciudadanía de ese país.
“El principio del derecho de sangre no será abolido y muchos descendientes de emigrantes podrán obtener la nacionalidad italiana. Pero se establecerán límites precisos, especialmente para evitar los abusos o la comercialización de los pasaportes italianos. La nacionalidad debe ser una cosa seria”, dijo el jefe de la diplomacia Antonio Tajani, luego del consejo de ministros.
El proyecto de ley también impone a los italianos nacidos y residentes en el extranjero mantener vínculos reales con el país europeo, ejerciendo sus derechos y deberes al menos una vez cada veinticinco años.
El decreto tiene que ser ratificado por ambas cámaras en el Congreso italiano para ser aprobado y puesto en marcha, algo que se descuenta que ocurra.
“La ley italiana era, hasta ahora, la más amplia del mundo. Alcanzaba tener un bisabuelo que hubiera nacido en ese país europeo desde cuando Italia fue reconocido como país. Bastaba que los descendientes pudieran probar la línea de sangre”, dijo a la prensa argentina el representante del partido de Meloni en el país sudamericano, Vito De Palma.
El gobierno de Meloni afirmó que los italianos en el extranjero han aumentado en un 40% en la última década, pasando de 4,6 millones a 6,4 millones, especialmente en Sudamérica, donde ya superan los dos millones.
Efe cita el caso de Argentina, donde se ha pasado de reconocer 20.000 casos de nacionalidad italiana en el 2023 a 30.000 en el 2024. Brasil y Venezuela siguen la misma línea.