Gianella Neyra aprendió que, cuando las puertas no se abren, a veces hay que construir las propias. Fue así como, en el 2021, junto a Magdyel Ugaz, decidió dejar de esperar el proyecto perfecto para empezar a crearlo. Aquel primer salto —arriesgado— la llevó a producir, gestionar y dar forma a historias que antes solo interpretaba. Desde entonces, su carrera emprendió una ruta que hoy se consolida con películas, obras de teatro, alianzas creativas y un 2026 que se perfila como su año más prolífico.
“Creo que lo que más me motivó a producir fue dejar de sentarme a esperar que algo suceda y hacerme responsable de generar esa oportunidad”, recuerda Neyra. “Cuando eres actor muchas veces estás esperando que alguien más crea que tú puedes hacer el personaje o contar esa historia. Eso por momentos es frustrante, limitante. Con Magdyel dijimos: ¿y si nosotras creamos la historia? ¿Y si juntamos al equipo y probamos? El ‘no’ ya lo teníamos. Si nos decían que no íbamos a estar exactamente en el mismo lugar. Ese fue el detonante, a perderle el miedo a lanzarse a la piscina”.
De la queja, Gianella pasó a la acción. Y ese tránsito, lejos de ser solitario, estuvo sostenido por un equipo humano unido que hoy considera su mayor hallazgo.
“Cuando empiezas a abrir coproducciones, el riesgo se achica y todo se vuelve posible. La clave está en la gente, en encontrar a quienes se suman con otras capacidades, con caminos diferentes que se vuelven complementarios. Con Ani Alva Helfer hemos hecho una dupla maravillosa, vamos a seguir trabajando en proyectos cinematográficos en el 2026; con Renato Nonajulca en teatro también hemos armado algo súper potente”, asegura.
Teatro en 2026
Esa fuerza colectiva se refleja en un año teatral variado. El 16 de abril regresará al Teatro Claretiano, “Una semana nada más”, una obra con un elenco encabezado por Magdyel, Christian y Armando Machuca. “La gente se la pasa increíble, y los chicos son felices haciéndola”, cuenta.
Después llegará “Flores en las nubes”, una comedia dramática escrita por Ítalo Cordano y dirigida por Bruno Ascenzo, que Gianella protagonizará junto a Carlos Carlín desde el 4 de junio en el Teatro Nos.
“Es un reto actoral mucho más grande: somos solo los dos en escena, pero la obra está bien bonita. Tiene giros, sorpresas, emoción”, refiere.
Y para la segunda mitad del año, una nueva comedia también en el Claretiano, aún bajo llave.
A ese calendario se suma “Planchando el despecho”, que se ha convertido en un espacio afectivo y creativo del que no quiere desprenderse. “Planchando siempre va a estar, vamos a reponer seguramente el próximo año también”, promete.
Tres películas
El teatro no es lo único que asoma. El 2026 también será un año de cine. Gianella acaba de terminar de filmar “Amando a Amanda”, una comedia que coprotagoniza con Giovanni Ciccia y realizada bajo un modelo de coproducción que la entusiasma.
“Cuando empiezas a juntar fuerzas, lo imposible se vuelve posible. Esa forma tan colaborativa me parece bien importante”, afirma.
“Es una historia muy bonita que se estrenaría el próximo año”. Y no queda ahí: dos proyectos adicionales están en desarrollo. “Son tres películas y tres obras, por el momento”, dice.
Obstáculos
Su camino no ha sido lineal ni fácil. “Soltera, casada, viuda y divorciada” tardó años en ver la luz.
“Era una historia de cuatro mujeres más grandes. El mercado no estaba acostumbrado, no sabían si iba a funcionar, si éramos comerciales o no. Había mucha tara”, recuerda. Recibieron más “no” que “sí”.
Pero insistieron. Y un día, alguien apostó por ellas. El resto es historia conocida: dos películas exitosas y la posibilidad, cada vez más real, de una tercera entrega.
“El haber podido contar una historia más profunda nos dejó con la curiosidad de ver qué pasaría si hacemos una nueva entrega: hacia dónde irían los personajes, qué caminos tomarían. Si lo hacemos, creo que dejaríamos pasar unos años para madurar bien la historia. Lo interesante es que Ani ya no le tiene miedo a una tercera parte. Así que quizá algún día sorprendamos. Nunca digas nunca”, señala.
No pierde su centro
Aunque hoy la veamos producir, liderar equipos, armar temporadas y levantar proyectos, Gianella no pierde de vista su raíz. “Soy actriz, ese es mi centro”, aclara. Por eso se reserva cada año uno o dos proyectos en los que solo actúa. “Es como mis vacaciones. Entro, disfruto, actúo, y no me preocupo por lo de afuera. Me recuerda quién soy”.
Soñar en grande
Gianella tiene sueños que aún no cuenta y proyectos que todavía no muestra. Algunos apuntan a producciones teatrales más grandes; otros, a películas más íntimas e introspectivas. Pero no se apura. “Aunque parezca que hago mucho, hago poco. Trato de hacer una cosa a la vez para entregarme al 100%”, confiesa.
Lo que sí tiene claro es su propósito: abrir puertas que antes estaban cerradas, para ella y para los demás. “Que estos caminos que se abren sean caminos para todos. Que todos podamos enriquecernos, crecer, crear nuestras propias historias. Si algo te incomoda, muévete un poquito y ve si puedes hacer algo distinto”, remarca.

Además…
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