La historia del Perú en la UFC –el coloso mundial de las artes marciales mixtas– comenzó a escribirse hace más de dos décadas en el Trump Taj Majal de Atlantic City, el emblemático y exagerado casino del magnate Donald Trump, hoy presidente de los Estados Unidos.
La noche del viernes 4 de mayo del 2001, el peruano Tony de Souza abrió la cartelera del “UFC 31: Locked and Loaded” contra el estadounidense Steve Berger en peso wélter (77 kg).
“Nací en Lima, Perú, y represento a Las Vegas, Nevada. Mis fortalezas son los derribos y las sumisiones”, dijo De Souza, de 26 años, quien se había formado como peleador en Estados Unidos.
Él obtuvo una clara victoria sobre Berger por decisión unánime de los jueces y elevó a 3–0 su récord en las MMA.
Un mes después, en mayo del mismo año, De Souza sometió a Paul Rodríguez en el primer asalto con una guillotina (estrangulación frontal) y en setiembre sufrió la primera derrota en la jaula octogonal y en su carrera profesional: el japonés Jutaro Nakao lo noqueó a los 15 segundos del segundo round.
Cinco años más tarde, en el 2006, volvió para someter a Dustin Hazelett con una ‘kimura’ (llave de brazo). Su paso por la compañía terminó con dos derrotas consecutivas ante los brasileños Thiago Alves, en diciembre del mismo año, y Roan Carneiro, en diciembre del 2007. Así se cerró el primer capítulo del Perú en la UFC.
“Esa época era muy diferente a lo que vemos ahora. A excepción de Brasil, América Latina todavía no estaba en el radar de UFC. Creo que por esa razón no vimos a más peruanos ahí, pese a que en el circuito nacional había peleadores buenos y bastante duros”, explica Héctor Iberico, formador y entrenador de peleadores de MMA con casi 30 años de experiencia.
Luego de siete años, en agosto del 2014, la organización replicó en Latinoamérica un reality televisivo con el que previamente tuvo un inesperado éxito en Estados Unidos: el “The Ultimate Fighter” (TUF).
La fórmula era tan simple como interesante: 16 peleadores –ocho por categoría de peso– convivían durante un mes en una casa. Estos se dividían en dos equipos, cada uno comandado por un competidor de UFC, e iban enfrentándose cada semana.
El perdedor quedaba fuera y el ganador continuaba en carrera por un suculento premio: un contrato con la compañía. Las peleas finales del programa formaban parte de un evento oficial de la empresa.
En esa primera temporada no hubo ningún peruano, pero en la segunda sí y el resultado fue histórico para las MMA nacionales.
El sábado 21 de noviembre del 2015, en México, Enrique ‘Fuerte’ Barzola obtuvo una apabullante victoria por decisión sobre el local Horacio ‘Punisher’ Gutiérrez –gran favorito en las apuestas– y se coronó como ganador del TUF Latinoamérica 2.
El caso de Barzola es especial: a los 26 años de edad y sin ninguna experiencia previa en otra disciplina marcial, se consolidó como uno de los mejores peleadores del país en poco más de cuatro años.
El ‘Fuerte’ empezó su camino en las MMA con Héctor Iberico en la escuela Los Perros Sarnosos y lo continuó con Iván ‘Pitbull’ Iberico en el Pitbull Martial Arts Center (PMAC).
“Agradezco a todo el Perú y a todos los peruanos. Sí se puede llegar”, dijo el ‘Fuerte’ tras la pelea contra Gutiérrez. Una puerta se había abierto para el país en la UFC.
Meses después, en el país se generó una gran expectativa por la convocatoria a un casting abierto para la tercera y última temporada del TUF Latinoamérica. En marzo del 2016, 13 peruanos viajaron a Buenos Aires, Argentina, con el fin de presentarse a la convocatoria.
Algunos recorrieron los casi 4.000 kilómetros que separan Lima de la capital argentina en bus, en un maratónica jornada de 47 horas con escala en Santiago de Chile y en la ciudad de Mendoza.
Finalmente, el elegido fue Claudio Puelles, compañero de Barzola en el equipo PMAC. Desde el inicio del programa, el atleta de solo 19 años se perfiló como el favorito por su técnica y fortaleza física. En la casa del TUF ganó claramente tres peleas y aseguró su pase a la ronda final, por celebrarse en un evento de UFC en México.
Aunque fue derrotado por el local Martín Bravo, el peruano firmó un contrato con la compañía, el cual ha ido extendiendo hasta ahora.
Enrique Barzola y Claudio Puelles son, a la fecha, los competidores nacionales con más peleas y victorias en el octágono.
El ‘Fuerte’ protagonizó 10 duelos –seis de ellos triunfos– antes de dejar la UFC en el 2020. En tanto, Puelles ha competido ocho veces –con cinco victorias– y es el único atleta nacional en la historia que ganó dos bonos a “Perfomance of the Night” (Actuación de la noche).
“Para seguir en UFC ha sido importante continuar aprendiendo: no me he conformado con la que ya sabía. Y el otro factor fundamental es manejar mi carrera de forma inteligente: no tomar peleas solo por tomarlas. Si te apuras o tomas una pelea cuando estás lesionado o no estás en tu mejor forma, te perjudicas tú. Las decisiones que tomas determinan el futuro de tu carrera, son tu responsabilidad”, indicó Puelles a El Comercio.
El 21 de julio del 2017, el peruano Humberto Bandenay debía pelear contra el local Rubén Lozano en el evento inaugural de la promotora mexicana Lux Fight. Pero días antes del combate, el atleta nacional recibió una oferta irrechazable: la UFC lo convocó para enfrentar a Martín Bravo –el mismo que había vencido a Puelles– el 5 de agosto en la Ciudad de México.
A pesar del poco tiempo de preparación, Bandenay noqueó a Bravo en tan solo 26 segundos, dejó mudo al coliseo y ganó un bono a Actuación de la noche.
El ingreso de Jesús Pinedo a la empresa fue similar. En octubre del 2018, le ofrecieron medirse contra el estadounidense Devin Powell en el primer evento de la UFC en Argentina, por celebrarse en noviembre, menos de un mes después.
Incluso así, Pinedo se llevó una clara victoria por decisión unánime sobre Powell.
Carlos Huachín llegó del mismo modo: los primeros días de mayo del 2019, la UFC le ofreció enfrentar al curtido brasileño Raoni Barcelos en reemplazo del ruso Said Nurmagomedov, quien quedó fuera de la contienda por una lesión. El peruano, que tuvo menos de dos semanas para prepararse, fue derrotado en el segundo round.
Ese mismo año, el gigante global de las MMA terminó su vínculo con los tres atletas: Pinedo después de haber sufrido una derrota, Huachín luego de perder nuevamente ese mismo año y Bandenay tras caer en tres duelos consecutivos.
“El MMA peruano está en un proceso. En el mundo, tenemos un nivel intermedio y seguimos luchando para cruzar esa raya. El nivel técnico y la preparación [física] no son el problema. El gran problema es cultural: el nivel en UFC ha crecido muchísimo y si los atletas no están totalmente enfocados y dispuestos a sacrificar todo, es muy difícil avanzar. En eso no están involucrados solo ellos, sino también sus familias y entorno. La parte mental es clave, deben estar preparados de la cabeza para que el éxito no los maree”, destaca Iván Iberico, histórico expeleador peruano y director de la escuela PMAC.
El tercer capítulo del Perú (2017–2019) en la UFC tuvo altibajos. En ese período, los representantes nacionales sumaron ocho triunfos y ocho derrotas.
El 2018 ha sido hasta ahora el mejor año de la historia para el MMA peruano en el octágono, con cuatro victorias y dos derrotas. No obstante, el 2019 fue el de peor rendimiento, con seis combates perdidos y dos triunfos.
Recién en septiembre del 2022, después de la pandemia que paralizó al mundo, las puertas de la UFC volvieron a abrirse para el Perú. Y nuevamente a través de un programa televisivo: “Dana White’s Contender Series”, un show que se ha convertido en la principal plataforma de la empresa para descubrir y fichar nuevos talentos.
En el “Contender Series” se pactan peleas entre atletas de distintas partes del mundo. El objetivo no es solo ganar, sino gustarle a Dana White, el presidente de la organización. El premio es el mismo que ofrecía el TUF: un contrato con el coloso de las MMA.
El primer peruano convocado para el programa fue Daniel ‘Sóncora’ Marcos, alumno de Héctor Iberico, quien había viajado en enero de ese mismo año a Estados Unidos en busca de cumplir su sueño: llegar a UFC.
Marcos, entonces de 28 años, superó ampliamente al estadounidense Brandon Lewis en tres rounds y firmó el contrato con la compañía. “Yo sé que este es el inicio de un camino más duro, pero no imposible”, dijo a El Comercio tras su triunfo.
Cuatro meses después, en su debut, ‘Sóncora’ arrolló al brasileño Saimon Oliveira. En julio del 2023, venció en Inglaterra al local Davey Grant por decisión dividida y en junio último se impuso claramente por decisión unánime sobre el estadounidense John Castañeda. Su combate contra el chino Aoriqileng fue declarado “No Contest” (sin resultado) por reiterados golpes ilegales.
A los 31 años, Daniel Marcos está en el mejor momento de su carrera profesional. Al igual que el ‘Fuerte’ Barzola, Marcos empezó a competir a los 21 años, una edad en la que la mayoría de peleadores con proyección ya tiene experiencia en el circuito profesional.
Pero en el circuito peruano de MMA, la edad es solo un número. ‘Sóncora’ debutó en la organización a los 29 años y es el único peruano que se mantiene invicto con tres victorias.
En tanto, Puelles es el peruano más joven en debutar en la UFC: su primer combate fue a los 20 años. Él es el único atleta nacional en la historia que ha conseguido cinco victorias seguidas en la jaula octogonal.
El éxito radica en un factor que va mucho más allá: el enfoque.
“Barzola y ‘Sóncora’ llegaron a mi gimnasio a la misma edad: a los 21 años. Ninguno de ellos había entrenado artes marciales de niños o adolescentes, pero tenían claro sus objetivos. Ahí la palabra clave es el enfoque. Por eso, cuando han llegado a las grandes ligas los ves peleando sin complejos, porque están convencidos de lo que quieren. Sin eso, avanzar es muy difícil”, afirma Héctor Iberico.
Al respecto, Iván Iberico opina: “Más que la edad, lo importante es la madurez. Para mí, los 21 o 22 años son una buena edad [para llegar a UFC], pero si son peleadores con una formación y base sólidas en lo físico, técnico y mental. Para mí, no se trata solo de ir a UFC, sino de ir a ganar. Y si el peleador no está listo, no va”.
Este sábado 14 de diciembre, ‘Sóncora’ peleará contra el estadounidense Adrián Yáñez (17–5) en el último evento de la UFC en este 2024.
De lograr una victoria, podría situarse entre los 15 mejores peleadores de su división, algo que ningún otro peruano ha logrado hasta ahora.
En el 2023, otros tres luchadores nacionales entraron a la UFC a través del “Contender Series”: Kevin Borjas, de la escuela PMAC; y Luis Pajuelo y James Llontop, del FFC Team, de Jackson Mora, expeleador profesional y presidente de la promotora nacional FFC.
A pesar de que todos ellos ganaron sus combates y se mostraron sólidos en el programa de TV, los resultados en el octágono han sido negativos: Borjas sufrió dos derrotas consecutivas, Pajuelo perdió un combate, mientras que Llontop suma tres caídas consecutivas.
Meses después de su debut, la UFC informó en un comunicado oficial que Luis Pajuelo “aceptó una suspensión de 24 meses por violar las políticas de antidoping” de la organización.
“Por un lado, creo que tenemos que ir a competir con el chip ganador: pese a que hemos dado buenas peleas, no se han dado los resultados. Nos queda la sensación de que faltó un poco más para llegar al triunfo. Y por el otro lado, haremos cambios: vamos a viajar a Estados Unidos y otros países con los muchachos para que se midan con gente de nivel alto y tengan ese roce que quizá falta. Ya logramos entrar a UFC, ahora falta posicionarnos, en eso estamos trabajando”, comenta Mora.
En noviembre del 2022, Gastón Bolaños firmó con la UFC después de nueve combates – seis victorias y tres derrotas– en la organización Bellator y una notable carrera en muay thai.
A los 30 años, él debutó en el octágono en abril del 2023 con una victoria por decisión sobre el estadounidense Aaron Phillips. Este año, Bolaños sufrió un revés en enero, pero retornó a la senda del triunfo en noviembre.
Bolaños hizo la mayor parte de su carrera en los Estados Unidos, donde integra el equipo Combat Sports Academy (CSA).
Después de una impecable carrera en el circuito nacional, donde consolidó como uno de los mejores pesos wélter (77 kg), Rolando Bedoya viajó a Sao Paulo, Brasil, con la mirada puesta en la UFC.
Ahí se sumó al Chute Boxe Diego Lima, un prestigioso equipo que también integra el excampeón Charles Oliveira, entre otros destacados atletas.
“Llegó un momento en el que decidí que ya no podría continuar [mi carrera en Lima], porque no hay muchos compañeros en mi categoría y de nivel. En Brasil tengo gente de mi peso y de nivel. […] Vine aquí con la mentalidad de entrenar y que se dé la oportunidad de pelear en cualquier evento del mundo, ganar y llegar a UFC. Gracias a Dios, se dio”, relató al diario Trome.
En enero del año pasado, la UFC convocó a Bedoya y tres meses después, en mayo del mismo año, debutó contra el estadounidense Khaos Williams. El peruano perdió en una polémica decisión de los jueces.
A la fecha, el peruano suma tres derrotas consecutivas en la organización.
El último peruano en firmar con la UFC es José Ochoa, compañero de Bedoya en la Chute Boxe Diego Lima. En mayo último, se anunció que pelearía en agosto en el “Dana White’s Contender Series” contra el estadounidense Jack Duffy en un duelo de invictos: ambos tenían entonces un récord perfecto de 7–0.
Finalmente, el atleta de 23 años firmó el contrato directamente para debutar en el octágono ante el inglés Lone’er Kavanagh. En Macao, China, el deportista nacido en Moyobamba sufrió el primer revés de su carrera profesional.
Los números –fríos pero contundentes– muestran que el 2024 ha sido el año con más competidores peruanos en la UFC, pero con los resultados más discretos en la historia: los atletas nacionales registraron nueve derrotas, dos victorias y un No Contest.
“Entendiendo que UFC es el máximo nivel, a mayor cantidad de peleas es más difícil tener un balance positivo. Siempre te lo he dicho: Perú cuenta con gran materia prima y talento para los deportes de combate, en general. Además, tienen un factor incuantificable: sus peleas, por lo general, son entretenidas”, indica Andrés Litchveld, periodista especializado en MMA con más de 10 años de experiencia.
Por lo pronto, una nueva puerta de la UFC se abrió para el Perú. En abril pasado, la organización selección a la primera generación de atletas latinoamericanos que forman parte del UFC Performance Institute (UFC PI) México.
Según la compañía, actualmente tienen en sus filas a más de 150 peleadores –más del 20% del total– provenientes de países de la región.
El peruano Ian Escuza, de 28 años, destacó con el mejor puntaje entre 19 atletas de ocho países de Latinoamérica. Esta semana, él sumó su sexta victoria profesional en las MMA y defendió con éxito su título de campeón de peso pluma (65,8 kg) de la promotora peruana Inka.
El objetivo del UFC PI es el desarrollo de nuevos talentos de América Latina para que “en algún momento puedan realizar su debut en el UFC o quizá intentar ganar un contrato en “Dana White’s Contender Series”.
El deporte suele dar revanchas y el 2025 será un nuevo round para los peruanos en el coloso mundial de las MMA.