El Comité de Investigación de Rusia, la principal agencia de investigación criminal, informó que el cuerpo de Starovoit fue encontrado en su carro que estaba estacionado en Odintsovo, un barrio al oeste de Moscú donde residen numerosos miembros de la élite rusa. Tenía un disparo en la cabeza.
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Junto al cuerpo se halló un arma que le había sido entregada como regalo oficial.
El martes, el Kremlin calificó de “triste y trágica” la muerte del ministro.

Dmitri Peskov, portavoz presidencial, dijo que Putin fue notificado inmediatamente de la muerte de Starovoit y añadió que le impresionó la noticia.
“Esto no puede no impactar a la gente normal. Por supuesto que a nosotros también nos impactó”, añadió Peskov ante la pregunta sobre cuánto les había chocado la noticia.
El lunes, el Kremlin había remarcado que la pérdida de confianza no era el motivo de la destitución del ministro, pero no se refirió a un motivo concreto.
Sin embargo, los medios independientes rusos hablan de dos motivos claves que habrían influido en Putin para despedir a su ministro.
Starovoit fue gobernador de la región de Kursk entre el 2018 y el 2024. De acuerdo con las publicaciones, habría estado involucrado en una trama de corrupción relacionada con la construcción de defensas militares de su región, que fue ocupada de manera sorpresiva por tropas ucranianas en agosto del 2024, tres meses después de que dejase la gobernación para asumir como ministro.
El sucesor de Starovoit, Aleksey Smirnov, ocupó el cargo durante un breve periodo. Fue arrestado en abril de este año y acusado de malversar fondos destinados a la construcción de fortificaciones en la frontera con Ucrania.
Según el medio ruso Kommersant, Starovoit estaba a punto de ser imputado en el mismo caso, pues Smirnov habría testificado en su contra por el robo de al menos mil millones de rublos (12,7 millones de dólares) asignados para la construcción de estructuras defensivas.
El otro caso tiene que ver con el papel del ministerio de Transporte en las fallas que permitieron la Operación Telaraña de Ucrania en junio de 2025 en territorio ruso y mediante la cual se atacaron cuatro aeródromos y destruyeron varios aviones estratégicos.
Para llevar a cabo la Operación Telaraña, Ucrania tuvo que hacer ingresar drones a Rusia y transportarlos hasta esconderlos en camiones, que se movieron por varias zonas del país hasta estar cerca de los cuatro aeródromos que finalmente fueron atacados.

Tras el despido de Starovoit, Putin nombró al viceministro de Transporte, Andrei Nikitin, como titular del sector. Durante su reunión con el presidente, la nueva autoridad enfatizó en que el ministerio está tomando medidas para monitorear el movimiento de carga en Rusia e identificar sistemas no tripulados.
De acuerdo con medios rusos citados por el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), Putin podría haber estado planeando castigar a Starovoit arrestándolo por cargos relacionados solo con su periodo como gobernador de Kursk, para evitar así reconocer el fracaso del Kremlin en prevenir la Operación Telaraña.
«Sobre Starovoit pesaba un costo político»

Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa e inteligencia, le dijo a El Comercio que Starovoit se desempeñó como ministro de Transporte en un contexto en el que la ofensiva ucraniana utilizando fundamentalmente drones logró perpetrar operaciones de sabotaje muy eficaces en suelo ruso.
“Sobre Starovoit pesaba un costo político en el sentido de no haber tenido un mejor desempeño en la neutralización del transporte de los drones ucranianos por territorio ruso», indicó Gómez de la Torre.
“Además, tenía también un antecedente no menos relevante. Fue gobernador de Kursk y se le endosa la responsabilidad de no haber construido mejores estructuras defensivas, algo que permitió la invasión ucraniana”, agregó.
Gómez de la Torre destacó que Starovoit era un hombre muy cercano al Kremlin y particularmente al partido oficialista Rusia Unida.
El especialista dijo que el caso de Starovoit, independientemente de si se suicidó o si fue asesinado, trae a la memoria viejas prácticas estalinistas en la antigua Unión Soviética, donde eran frecuentes las purgas y la eliminación física de personajes incómodos.
“A partir de los servicios de inteligencia durante la Guerra Fría, como la Cheka leninista y la NKVD estalinista, hasta la KGB, estos aparatos tenían métodos para eliminar a los personajes incómodos sin dejar rastro, y cobrar así de una u otra manera una responsabilidad política”, recordó.

Refirió que se puede hacer un paralelismo con la extraña muerte de Yevgeny Prigozhin, líder del grupo mercenario Wagner que cayó en desgracia cuando se peleó con Putin y la alta jerarquía militar rusa.
“Si bien no era un funcionario público, Prigozhin era un tercerizado de la seguridad contratado por el Kremlin, que cuando colisionó con el poder en Moscú terminó muerto en unas circunstancias demasiado sospechosas”, anotó.
Cabe recordar que Yevgeny Prigozhin murió el 23 de agosto del 2023 en un accidente aéreo en Rusia, bajo circunstancias ampliamente consideradas sospechosas.
Viajaba en un jet privado Embraer Legacy 600 que se estrelló en la región de Tver, al norte de Moscú.
En el avión iban 10 personas (7 pasajeros y 3 tripulantes), y no hubo sobrevivientes. Entre los muertos también estaban su mano derecha Dmitri Utkin (cofundador de Wagner) y otros altos mandos del grupo.
La muerte de Prigozhin ocurrió exactamente dos meses después de que este liderara un breve motín armado contra el alto mando militar ruso. Su acto fue considerado una traición directa al presidente Vladimir Putin, quien fue su gran amigo y después aliado desde la década de 1990.













