
Una de las cosas que más valoro es haber empezado mi carrera con un enfoque creativo para luego saltar de lleno a desarrollar estrategias. No existe combinación más potente que la creatividad que decanta de una estrategia sólida, poderosa y bien sustentada. No en vano se le atribuye a Albert Einstein la frase “la creatividad es la inteligencia divirtiéndose”. Cada vez que escucho esta frase, me imagino al proceso del pensamiento técnico, acucioso, ‘chancón’, saliendo al recreo para pasarla espectacular mientras resuenan las carcajadas.
Será por eso que mi trabajo me apasiona tanto. Es en ese equilibrio entre la estructura estratégica y la magia creativa en la que logro vivir cada día, mientras ayudo a las empresas y marcas a alcanzar con éxito sus objetivos. Los procesos y metodologías que incluyen creatividad y estrategia en sus componentes pueden resultar enriquecedores de ida y vuelta. Algunas veces los resultados se logran cuando inicias pensando a partir del caos. En otros casos, lo mejor es tener todo extremadamente ordenado para empezar a crear.
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1. La Teoría del Caos al Orden: muchos autores han hablado sobre la teoría del caos, incluso aplicada al marketing. El principio básico está en tener tanta información junta, desordenada y caótica a la vez, que la mente se vea obligada a absorber y estructurar todo en simultáneo, generando un ‘big bang’ de neuronas. En este esquema, las mentes creativas de cualquier industria buscan salir a buscar inspiración de todos los sitios posibles: artes (música, pintura, literatura etc), ciencias, conversaciones cotidianas, experiencias en la calle. Vale todo. A partir de este recorrido, el cerebro se sobrecarga y posteriormente genera compartimentos ordenados para “sobrevivir”. De estas estructuras nacen las estrategias.
2. La Teoría de la Estructura a la Creatividad: por el lado contrario, las mentes primariamente estratégicas prefieren el orden. En un mundo caótico, en donde todo se mueve a velocidad extrema, la única forma de lograr el control es por medio del orden. Bajo esta premisa, el trabajo creativo parte con información precisa, estructurada y organizada en espacios claramente definidos. A partir de este proceso, la creatividad siente que tiene las pistas libres para fluir en la dirección correcta y aparece sin timidez y con fuerza.
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En cualquiera de los casos, la combinación del pensamiento estratégico y creativo es una combinación infalible. Se convierte en el motor que impulsa el éxito de marcas, productos y servicios en cualquier mercado, en cualquier país, bajo la circunstancia que sea. La creatividad es el alma de toda estrategia poderosa, el camino correcto entre los problemas y las soluciones más inesperadas. Pensar fuera de la caja no es lo que se busca, aquí no hay caja que valga. El mundo de los negocios cambia tan rápido que cada desafío es una oportunidad disfrazada. Las mejores decisiones generan resultados, cuentan historias, conectan, inspiran y transforman. Porque al final, el éxito no es solo cuestión de números, sino la manera en que logramos que cada idea cobre vida a partir del pensamiento estratégico que vive detrás.