Martes, Noviembre 26

Corea del Norte confirmó este miércoles que los misiles de crucero estratégicos que lanzó en la víspera son proyectiles Hwasal-2, los cuales testó con el fin de mejorar su capacidad de contraataque rápida, según señalaron medios estatales.

El ejercicio contribuyó a controlar la postura de contraataque rápido del Ejército Popular de Corea (KPA) y a mejorar su capacidad de ataque estratégico y no tuvo ningún efecto adverso en la seguridad de países vecinos”, recogió hoy la agencia estatal norcoreana KCNA.

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La agencia confirmó que los misiles que se lanzaron el martes eran una segunda versión de los misiles de crucero Hwasal (‘Flecha’), aunque no proporcionaron mayores detalles sobre el número de proyectiles disparado o la distancia que recorrieron.

El ejército surcoreano informó el martes de que Corea del Norte lanzó al mar Amarillo (llamado mar del Oeste en las dos Coreas) varios proyectiles de crucero que no pudo identificar con precisión, en el que supuso el tercer ensayo de este tipo en la última semana.

Al ensayo del martes se suman los test con misiles de crucero Pulhwasal-3-31 (’Flecha ardiente-3-31′) realizados los pasados 24 y 28 de enero en el mar Amarillo y el mar de Japón (mar del Este en las dos Coreas), respectivamente.

Corea del Norte probó por primera vez los misiles de crucero Hwasal-1 y Hwasal-2 en septiembre de 2021 y enero de 2022 y desde entonces ha lanzado varios de estos proyectiles que se presume tienen un alcance de vuelo de 1.500 kilómetros y 2.000 kilómetros, respectivamente.

Los expertos creen que los Pulhwasal podría ser una versión de los Hwasal y que el número 31 haría referencia a que pueden portar la ojiva nuclear táctica Hwasan-31 (’Volcán-31′), cuya existencia se reveló por primera vez el año pasado.

Aunque los lanzamientos de misiles de crucero por parte de Corea del Norte no están castigados por las sanciones de la ONU, el hecho de que vuelen a baja altura y gocen de maniobrabilidad los convierte en una arma difícil de interceptar.

Estos últimos test se están produciendo en un contexto de gran tirantez con Corea del Sur, después de que Kim Jong-un declarara recientemente que el Estado vecino es “el principal enemigo” y que la reconciliación entre ambos países es imposible para después ordenar la destrucción de un icónico monumento en Pionyang que exaltaba una futura reunificación de la península.

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