De acuerdo al estudio, la mitad de encuestados no confía en estas organizaciones, pues según ellos, las grandes empresas no cumplen en su totalidad con algunos atributos como honestidad y transparencia o no contribuyen al desarrollo de las comunidades, fomentando la inclusión o la equidad; aunque sí se enfocan en la generación de empleo o la innovación. “Acá lo importante no es que las empresas solamente generen aporte al país, sino que también visibilicen o trabajen en aquellos atributos que generan confianza. Una empresa puede invertir un montón de plata, es algo importante porque ayuda a dinamizar la economía, pero si son deshonestas, su imagen ante el público será negativa”, expresó Milagros Avendaño, gerente general de Apoyo Comunicación.
Según Verónica Sifuentes, gerente general de EsHoy, organización orientada a contribuir al cierre de brechas a través del aporte del sector privado, esta desconfianza es la consecuencia de un desencuentro entre la empresa y la sociedad generadas en el pasado; es decir, “sentir que el mundo empresarial va por un lado y la sociedad por otro”, mencionó a Día 1. Esta percepción sobre las organizaciones crean desconfianza, la cual termina por generalizarse contra todo el gremio empresarial, consideró Inés Temple, presidenta de LHH DBM Perú.
Ella detalló que, si bien hay empresas preocupadas por mejorar su imagen con acreditaciones y certificaciones, también hay un alto porcentaje, sobre todo en sectores críticos, “que no tienen el comportamiento esperado por la sociedad. Eso genera desconfianza, y genera también que se ponga en un mismo saco a los buenos, a los malos y los mediocres”, explicó.
Jóvenes con mejor percepción
La mirada a la gran empresa cambia según la edad de los encuestados. El 63 % de jóvenes de 18 a 24 años cree que la gran empresa cumple con los atributos para generar confianza; frente a un 46 % de confianza que registra el promedio de los consumidores.
Estos resultados se presentan por diferentes razones. La principal es el aspecto generacional. Los jóvenes crecieron en una coyuntura distinta a la generación de sus padres y abuelos, cuyas situaciones fueron más complejas, consideró Avendaño.
Además, la gran empresa invierte en su identidad virtual, espacio de gran concurrencia por los jóvenes. “Esta estrategia los acerca a las grandes organizaciones”, refirió por su parte Temple.
¿Qué hacer?
El estudio revela varios retos en aras de contribuir con el desarrollo del país. El principal es tener una mayor presencia en las regiones y conectarse con los líderes locales, pero ¿cómo hacerlo?
Esta necesidad genera una oportunidad para buscar espacios de encuentros y escucha. “Tengo que interactuar en los distintos espacios locales y regionales donde se pensando en dar solución a problemas estructurales”, opinó Sifuentes.
Un llamado a la acción
Avendaño, por su lado, destaca la necesidad de generar confianza si una empresa quiere crecer. “No se contrata sin confianza”, refirió. En tanto, Sifuentes hizo un llamado a las grandes empresas para que estas tengan mayor participación en las regiones del país a través de sus gremios.
Así también, Temple también considera que los líderes deben mejorar su comunicación con otros públicos, como los adultos mayores, quienes necesitan mayores pruebas o demostraciones para comenzar a confiar.