
El jefe de Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, el general Dan Caine, dijo en conferencia de prensa que en los ataques del sábado participaron más de 125 aeronaves estadounidenses, incluyendo bombarderos furtivos B-2 Spirit, cazas, aviones cisterna de reabastecimiento en vuelo, un submarino con misiles guiados Tomahawk y aeronaves de inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
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En tanto, el jefe del Pentágono, Pete Hegseth, aseguró que la operación “ha tenido el efecto deseado” y que las instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán fueron destruidas.
En este punto, cabe precisar que los mandos militares estadounidenses han dicho que hará falta un tiempo para determinar con exactitud el alcance de los daños.

Hegseth sostuvo que aunque EE.UU. no busca la guerra, actuará con “rapidez y decisión” si ve sus intereses amenazados en caso de represalias de Irán.
Mientras que el vicepresidente JD Vance aseguró en una entrevista con la cadena NBC que Estados Unidos no está en guerra con Irán y que no tiene “ningún interés en desplegar tropas sobre el terreno”.
En Irán, el presidente Masud Pezeshkian prometió una “respuesta” a los bombardeos estadounidenses.
“Los estadounidenses tienen que recibir una respuesta a su agresión”, dijo el mandatario iraní, según la agencia de noticias Irna.
El ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi, fue más allá y calificó el bombardeo de Estados Unidos como un comportamiento “extremadamente peligroso, ilegal y criminal” y adelantó que su país se reserva “todas las opciones” para responder.
“Estados Unidos, un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, ha cometido una grave violación de la Carta de la ONU, del derecho internacional y del TNP (Tratado de No Proliferación) al atacar las instalaciones nucleares pacíficas de Irán”, escribió Araghchi en la red social X.
“Los eventos son indignantes y tendrán consecuencias duraderas. Cada uno de los miembros de la ONU debe estar alarmado por este comportamiento extremadamente peligroso, fuera de la ley y criminal”, subrayó.
Luego, en una conferencia de prensa en Estambul, Araghchi reiteró que habrá respuesta. “Mi país ha sido agredido y debemos responder en nuestro legítimo derecho de defensa propia y haremos esto durante el tiempo que haga falta”.
“Tenemos una variedad de opciones; eso es todo”, respondió ante la pregunta sobre cómo sería la represalia.
¿Vamos hacia un conflicto global?

El domingo, el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, citó dichos del presidente Vladimir Putin para advertir que “la Tercera Guerra Mundial podría estar muy cerca”.
Durante una entrevista con el periodista Pavel Zarubin, Lavrov sostuvo que la aplicación del derecho a la autodefensa sin respetar la Carta de las Naciones Unidas llevará al mundo hacia el “caos total”.
Consultado sobre por qué el mundo occidental supuestamente no se indigna por los bombardeos contra Irán, Lavrov dijo: “Bueno, esos son los más cínicos. El resto dice que Israel tiene derecho a la autodefensa, como dijo Macron. ¿Autodefensa contra qué?”.
El viernes, durante un foro de economía en San Petersburgo, Putin dijo: “Me preocupa. Lo digo sin ninguna ironía y sin bromas. Existe un gran potencial de conflicto que está creciendo (…), el conflicto que sufrimos en Ucrania, lo que está ocurriendo en Oriente Medio y, por supuesto, nos preocupa mucho lo que pasa en torno a las instalaciones nucleares de Irán”.
¿Estamos ante una inminente Tercera Guerra Mundial? Para Andrés Gómez de la Torre, especialista en temas de defensa e inteligencia, es difícil afirmarlo.
“Pero lo que sí se puede decir es que definitivamente en los hechos tenemos guerras internacionales prácticamente por todos los puntos del planeta, donde destacan las de Rusia y Ucrania, Israel en Gaza contra Hamás y contra los proxys de Irán (Hezbolá, hutíes, grupos armados de Irak y Siria), y la tensión entre India y Pakistán”, enfatizó.
Dijo que para tener la certeza de si la confrontación Israel–Irán, y ahora Estados Unidos, puede escalar o no a un conflicto global hay que ver lo que han dicho y hecho los principales aliados de Teherán.
“El caso de Rusia es emblemático. Si bien la alta dirigencia rusa defiende a Irán en los ámbitos diplomático, jurídico, en la interpretación de las normas internacionales y el uso de la fuerza, la propia alta jerarquía rusa se ha esmerado en decir que la cooperación militar de Teherán para la guerra en Ucrania fue bastante limitada”, anotó.
“Entonces, en compensación por esa ayuda, Rusia no desplegó y no le transfirió a Irán su sistema de defensa antiaérea más avanzado, los S-400 y S-500, y tampoco logró transferirle sus aviones de última generación, los Sukhoi Su-35″, agregó.
Gómez de la Torre sostuvo que lo anterior es un indicador en el sentido de que más allá de lo declarativo, Rusia está muy ocupada en un conflicto muy complejo con Ucrania como para embarcarse en otra guerra en apoyo a Irán.
“Sí parece que hay una adhesión mayor a Irán de Pakistán, que es una potencia nuclear. China también ha expresado su condena por el bombardeo de Estados Unidos, pero hay que ver si en las próximas horas va más allá de lo declarativo”, refirió.

¿Cómo puede responder Irán? El analista explicó que la República Islámica tiene muy cerca a países que albergan bases militares de Estados Unidos, como Irak, Emiratos Árabes Unidos o Kuwait. Dijo que los puede atacar con sus misiles de mediano alcance, los que son capaces de alcanzar hasta los 2.300 kilómetros de distancia.
“Irán en este momento tiene solo tres instrumentos claros para responder: su cohetería balística convencional (no tiene armas de destrucción masiva), su tecnología de drones como los shahed y los métodos de guerra no convencional como el terrorismo”, sostuvo Gómez de la Torre.
Agregó que tras los continuos bombardeos de Israel iniciados el viernes 13 de junio, Irán ya no dispone de una Fuerza Áérea y tampoco tiene un sistema de defensa antiaéreo. Debido a ello, ahora es sumamente vulnerable a ataques convencionales.
Indicó que tanto Estados Unidos el sábado, como la Fuerza Aérea de Israel, han actuado en espacio aéreo iraní con total y absoluta libertad.
Otra represalia que puede tomar Irán es cerrar el estrecho de Ormuz y dañar la economía mundial, porque por ahí pasa aproximadamente el 20% del petróleo del planeta, dijo el analista.

En cuanto al terrorismo, Gómez de la Torre hizo notar que un alto asesor del ayatola Alí Jamenei realizó una amenaza velada a Rafael Grossi, el jefe máximo del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), a quien acusa de haberse adherido a los intereses de Israel. “Dijo que se ocuparán de él cuando termine la guerra”.
“Hay que recordar que en Argentina se produjeron dos atentados terroristas en los años 90, cuya autoría estaba estrechamente ligada al movimiento libanés Hezbolá y a la propia alta cúpula dirigencial teocrática de Irán”, sostuvo Gómez de la Torre.
¿Cómo fue el bombardeo de Estados Unidos?

El sábado circularon informaciones que señalaban que Israel estaba por lanzar una operación de comando en Irán para destruir en tierra Fordow, que está enclavado en una montaña a unos 80 metros de profundidad. Incluso se dijo que no esperaría el plazo de dos semanas que había establecido por el presidente de Estados Unidos Donald Trump para decidir si ordenaba o no el bombardeo del lugar. Sin embargo, lo que al final se dio fue precisamente el bombardeo estadounidense. Lo primero habría sido información divulgada para despistar a Teherán.
Hubo más maniobas de despiste. De acuerdo con la cadena de noticias CNN, horas antes del ataque, un grupo de bombarderos B-2 Spirit tomó vuelo, visibles, como señuelo. Esos aviones son los únicos que pueden transportar y lanzar las bombas antibúnker de GBU-57 de más de 13.000 kilos que Israel necesitaba para destruir Fordow.
Los aviones señuelo B-2 parecían dirigirse a la base militar de Estados Unidos ubicada en la isla de Diego García, en el océano Índico, y tenían una larga ruta de horas para llegar.
Sin embargo, los B-2 que terminarían bombardeando Irán ya estaban en vuelo hacia sus objetivos sin ser detectados.
“Fue una operación de engaño conocida solo por un número extremadamente reducido de planificadores y líderes clave”, dijo el general Dan Caine.
“Los cazas iraníes no volaron, y parece que sus sistemas de misiles tierra-aire no nos detectaron. Durante toda la misión, mantuvimos el factor sorpresa”, agregó el jefe militar.
Así, las primeras bombas GBU-57 cayeron sobre Fordow a las 18:40 hora de Washington (02:10 hora de Teherán). Era la primera vez que esas bombas se utilizaban en combate.
Los bombardeos duraron media hora. En ese lapso, siete B-2 arrojaron 14 bombas GBU-57 contra Fordow y Natanz. Mientras que una treintena de misiles Tomahawk se lanzaron desde submarinos contra Isfahán.
“Esta misión demuestra el alcance, la coordinación y la capacidad inigualables del ejército de Estados Unidos”, dijo Caine. “Ningún otro ejército del mundo podría haberlo logrado”.