En el Perú, las enfermedades cardiovasculares afectan a más del 50% de varones y a 1 de cada 3 mujeres en edad adulta. Prevenirlas desde una edad temprana puede marcar una gran diferencia en la salud futura, destaca Gladys Morán, rectora de la Universidad María Auxiliadora (UMA).
La especialista señala que incluso en la formación de nuevos médicos se ha empezado a dar mayor relevancia a la prevención y detección temprana de estas enfermedades, reflejando un cambio necesario en el enfoque de la salud, como sucede en la carrera de Medicina de la UMA.
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¿Es real el colesterol “bueno” y “malo”?
Una de las ideas más comunes —y confusas— en torno a la salud cardiovascular es la clasificación entre colesterol “bueno” y “malo”. La verdad es que el colesterol es una sustancia esencial para el cuerpo, necesaria para formar las membranas celulares y facilitar la comunicación entre células. Lo que realmente influye en su impacto sobre el organismo es el tipo de grasa que lo acompaña.

“Las lipoproteínas de alta densidad, como las que se encuentran en la palta, nueces o pecanas, ayudan al cuerpo. Pero las grasas saturadas y los excesos de frituras o azúcares simples se convierten en triglicéridos, partículas dañinas que adelgazan el endotelio y estrechan las arterias”, explica Morán. “Cuando una de estas placas se desprende, el sistema inmune la coagula, impidiendo el paso del oxígeno y produciendo un paro cardiaco”, añade.
Prevenir desde la infancia es clave
Aunque la edad es un factor de riesgo natural, hay muchos elementos modificables que pueden abordarse desde los primeros años de vida. Hábitos como el tabaquismo, el sedentarismo y una alimentación rica en grasas saturadas pueden sembrar las bases de futuras complicaciones.
“Mientras más informada esté una persona, mayores serán sus posibilidades de actuar a favor de su bienestar. La medicina preventiva no solo es una especialidad, es una responsabilidad de todos”, afirma Morán.
Según la rectora, la cocina peruana, aunque deliciosa, puede contener altos niveles de grasa. Sin embargo, podemos reemplazar ciertas frituras por métodos más saludables como el uso de aceites vegetales. Esto ayuda a reducir los riesgos sin perder el sabor tradicional y también a que nuestro corazón se regenere más rápido.




