Miércoles, Diciembre 18

La Navidad, una época que suele evocar imágenes de alegría, reuniones familiares y abundancia, puede tener un rostro menos conocido: el de la tristeza, la nostalgia y el estrés. Este fenómeno, conocido como depresión navideña o depresión estacionaria, afecta a muchas personas en todo el mundo, especialmente a quienes se encuentran lejos de casa, enfrentando pérdidas personales o dificultades económicas.

Aunque no está catalogada como un trastorno psicológico formal, la “depresión blanca” o “blues de Navidad” describe un estado de ánimo negativo temporal vinculado a las festividades. Según el Mg. Héctor Lazo Huaylinos, psicólogo de SANNA San Borja, los síntomas incluyen insomnio, ansiedad, tristeza, falta de apetito y mal humor. Pero ¿qué provoca estas emociones?

¿Por qué nos sentimos así en Navidad?

Para algunos, las fiestas son un recordatorio de lo que falta en sus vidas: la distancia de sus seres queridos, la presión de metas incumplidas o el duelo por pérdidas recientes. Para otros, la publicidad y las expectativas sociales de felicidad y abundancia pueden generar un contraste doloroso con su realidad.

“Las dificultades económicas y las relaciones familiares complicadas suelen ser detonantes importantes”, explica Lazo. Además, las altas expectativas sobre la perfección navideña pueden generar una sensación de fracaso o inadecuación.

Sin embargo, hay formas de abordar estos sentimientos y transformar las fiestas en una oportunidad para crear nuevos recuerdos y conexiones.

Cómo manejar las emociones en Navidad

  • Crea nuevas tradiciones: Si te causa pena la ausencia de familiares, enfócate en los nuevos integrantes de la familia o en amigos cercanos. Construir recuerdos positivos puede dar un giro a estas fechas.
  • Reconcíliate: Las tensiones familiares son comunes y, si bien pueden acentuarse en Navidad, también representan una oportunidad para sanar. Da el primer paso hacia el perdón y la unión.
  • Acepta tus emociones: Es normal sentir tristeza o nostalgia. Reconocer estas emociones sin juzgarte puede ayudarte a manejarlas mejor.
  • Encuentra alegría en los pequeños gestos: No necesitas grandes presupuestos para disfrutar. Pasear por decoraciones navideñas, compartir una película o brindar un humilde chocolate pueden ser igual de significativos.
  • Ayuda a otros: Ofrecer ayuda alimentaria o un regalo a alguien en necesidad puede brindarte una profunda satisfacción y sentido de propósito en estas fechas.

¿Qué evitar para cuidar tu salud emocional?

  • La presión social: Las campañas publicitarias pueden hacernos sentir que debemos estar felices y rodeados de familia perfecta. Recuerda que cada familia y situación es única, y no estás obligado a cumplir expectativas ajenas.
  • Culpa por la falta de dinero: En lugar de enfocarte en lo que no puedes hacer, busca alternativas creativas para celebrar y compartir.
  • Aislarte: La conexión, aunque sea breve o modesta, es esencial. Busca compañía en amigos, familia o incluso actividades comunitarias.

La Navidad no tiene que ser perfecta para ser significativa. Lo importante es centrarte en lo que tienes, crear momentos auténticos y conectar con otros. Si sientes que la tristeza es abrumadora, no dudes en buscar apoyo profesional. Estas fiestas pueden ser una oportunidad para empezar de nuevo, aunque sea con pasos pequeños y gestos sencillos.

Con un cambio de enfoque y un poco de empatía, tanto para contigo como para con los demás, es posible encontrar luz en medio de los días más oscuros del año.

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