La Universidad de Cambridge ha encontrado un inesperado tesoro entre los documentos personales de Stephen Hawking: decenas de disquetes que el célebre físico utilizó durante su carrera. Los archivos, que podrían contener conferencias y textos inéditos, llegaron a la universidad como parte del proyecto de conservación digital llamado Future Nostalgia, que busca rescatar información almacenada en soportes informáticos casi olvidados.
En total, el legado de Hawking entregado a la universidad incluye 113 cajas con documentos, notas y objetos personales. Entre ellos, se hallaron disquetes de distintos formatos que el científico usó como herramienta esencial para comunicarse y trabajar tras ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA). El desafío ahora es recuperar esos datos antes de que se pierdan definitivamente.
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El proyecto Future Nostalgia, liderado por la biblioteca de Cambridge, busca no solo rescatar el contenido de estos discos, sino también educar sobre cómo preservar la información digital del pasado. Sin embargo, la tarea es compleja, ya que los disquetes pueden degradarse con el tiempo, pues su capa magnética —hecha de óxido de hierro— se deteriora y pone en riesgo los archivos almacenados.
Según Leontien Talboom, responsable del proyecto, la recuperación implica un trabajo meticuloso. La razón es que cada disquete es un mundo, limpiar y leer los discos requiere hardware específico y métodos de restauración poco convencionales, como el uso de jabón de manos o alcohol isopropílico para eliminar residuos sin dañarlos.
Hawking utilizó tanto PC con MS-DOS como Macintosh. Los discos contienen principalmente charlas del físico, muchas de ellas divididas en varios disquetes debido a su tamaño. Estos textos eran esenciales para su sistema de voz sintetizada, que le permitía comunicarse escribiendo en la computadora.
El equipo también enfrenta el obstáculo del software. Algunos documentos fueron creados con programas desaparecidos, como el procesador de textos Diamond Word, lo que obliga a realizar una especie de “traducción digital” para hacerlos legibles con la tecnología actual.
Para los investigadores, este hallazgo subraya la importancia de conservar los soportes digitales del siglo XX. “Los viejos correos y calendarios de trabajo pueden no parecer documentos históricos. Podrían parecer banales. Pero es lo que hubieran parecido las cartas de Newton o de Darwin hace 200 años”, señaló Chris Knowles, integrante de Future Nostalgia. “Ahora son ventanas únicas a la mente de quienes cambiaron nuestra comprensión del mundo”.




