Martes, Noviembre 5

Según cifras de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), los créditos directos en el sistema financiero peruano crecieron apenas 0,2% anual a julio, sostenidos por los créditos hipotecarios y los no minoristas. Por el contrario, el crédito mype cayó 5% y el crédito de consumo registró una baja de 2%. Si se observa un mes anterior, los datos de la SBS revelan que el crédito mype cayó 1,1% frente al mismo mes del año anterior; mientras que el crédito de consumo creció apenas 0,3% anual.

Jorge Delgado, presidente de la Asociación de Microfinanzas (Asomif), incide en este panorama y recalca la prudencia que hoy existe entre los microempresarios.

“La economía, si uno mira las cifras, tuvo rebotes en algunos meses y después hubo caídas. Eso significa que no hay estabilidad económica. Al no haberla, difícilmente yo como emprendedor voy a proyectarme a que los peruanos tendrán dinero en sus bolsillos. Ante ello, nadie va a tomar préstamo porque no hay claridad de que se vaya a vender el stock que un microempresario compre. Se ha buscado crecer prudentemente”

Además, Delgado resalta otros efectos en el entorno: tasas de interés elevadas, una restricción en el crédito debido a la perjudicial ley de topes a la tasa de interés y la inseguridad ciudadana. “Hoy vemos muchas bodegas que han cerrado por la inseguridad. O peor aún, algunos asesores financieros no pueden acercarse a sus clientes en algunas zonas por la inseguridad. Todos esos factores no permiten el crecimiento”, remarca.

La reconfiguración

Una fase de prudencia es la que hoy caracteriza al crecimiento que se observa en el sector microfinanciero peruano, especialmente entre las Cajas Municipales de Ahorro y Crédito. Esto, con miras a una consolidación. Dichas instituciones hoy concentran el 56% de los créditos mype que otorga, en total, el sistema microfinanciero.

Las cajas Arequipa, Huancayo, Piura y Cusco son las que tienen, a agosto del 2024, la mayor participación en el saldo de colocaciones y captaciones (depósitos) entre las instituciones registradas ante la Federación Peruana de Cajas Municipales (Fepcmac).

Wilber Dongo, gerente central de Negocios de Caja Arequipa, explica que para el caso de su institución, se han colocado cerca de S/750 millones por mes en aproximadamente 70 mil créditos nuevos. A julio, el crecimiento registrado es de 9%, un comportamiento que ha sido menor a años anteriores.

¿A qué se debe ello? El ejecutivo explica que los clientes que califican para tomar un crédito lo han hecho a menor plazo. En consecuencia, la amortización es más rápida y, de cara al crecimiento de los saldos, no es visible. “El 76% de nuestros clientes es de micro y pequeña empresa. La rotación de un nuevo crédito era de 11,5 meses, pero ahora es de 9,5 meses. Eso explica la amortización más rápida. Están buscando cuotas más bajas de cara a no asumir plazos de crédito más cortas”, dijo.

El ticket, si bien ha bajado, no ha sido relevante para el promedio que maneja Caja Arequipa: se mantiene entre S/10.500 y S/12.000 para los últimos 12 meses. “La tasa de interés se ha mantenido alta en esta primera mitad del año y ello ha afectado las utilidades en todo el sistema financiero. Hacia la segunda mitad se espera un descenso de la misma, y con ello confiamos en que habrá una mayor dinámica en la toma de créditos”, recalca.

Lo que va del año

Durante la primera mitad del año también sucedió la intervención de instituciones microfinancieras y el posterior pase del total de sus activos a otras de mayor tamaño. En julio, Caja Sullana transfirió el total de sus activos a Caja Piura -entidad que resultó ganadora de la licitación- y, este mes, la financiera Credinka transfirió sus activos a Caja Arequipa.

Para Rafael Alcázar, socio del estudio Rebaza, Alcázar & De Las Casas, lo sucedido es propio del contexto que vivió el segmento microempresarial. “Las entidades más concentradas en este sector y que estaban menos preparadas no han podido superarlo. Cada cual con sus propias características –porque también las resoluciones hacen alusión a deficiencia administrativa y de manejo de riesgos–, pero impactadas por problemas que han sido transversales al sistema. Lo importante a destacar es que ningún ahorrista se vio afectado y ello habla bien de la regulación que tenemos. El regulador, aún cuando se ha visto obligado a intervenir, lo ha hecho sin que ni siquiera se haya activado el Fondo de Seguro de Depósito”, refiere.

Caja Arequipa, al detalle

Caja Arequipa adquirió recientemente Credinka y, en el 2015, adquirió el bloque patrimonial de Caja Señor de Luren, lo que ha permitido consolidar su posición. Dongo explica que lo visto en las instituciones como Credinka y Sullana no responde a los últimos meses.

“Se ha visto una debilidad financiera que, con la pandemia y los impactos posteriores, no les permitieron mejorar. La mayoría de instituciones financieras en el 2023 duplicó el gasto financiero. En el caso de Credinka, su gasto financiero es el 45% del ingreso financiero. Eso aceleró su deterioro de patrimonio”, remarca.

La decisión de Arequipa de participar de la licitación que les permitió adquirir los activos de Credinka responde a que más del 91% de los saldos de crédito iban a ser nuevos.

“Credinka estaba sobre todo en Cusco, donde tenía el 30% (del mercado), y en Puno, Apurímac y Arequipa sumaban casi el 60%. Cajamarca representa cerca de 10%. Por lo tanto, los costos operativos no nos iban a afectar. Además, el 95% de la cartera de Credinka era micro y pequeña empresa, por eso era muy compatible con nosotros, explica. El ejecutivo agrega que en los próximos días Caja Arequipa buscará abrir agencias donde antes operaba Credinka.

El largo plazo

Alcázar considera que es la fortaleza de la regulación la que permitirá continuar con la esperada consolidación del sistema. “Considero que hoy hay entidades que tendrán que buscar una solución de posiciones contables. Lo que el regulador ha dicho es que vería bien este proceso de consolidación. Pienso que hace bien el regulador en promoverlo, de tal manera que las entidades no entran en un proceso de disolución o liquidación. Creo que es el momento de ser activos en el directorio de las entidades en las que se vea esta venta o fusión”, afirma. Sin embargo, reconoce que el proceso será complejo dado que las cajas -por su naturaleza- dependen de un Gobierno Municipal.

En tanto, para Delgado, más allá de este proceso de consolidación, lo que debería ser el centro de atención es la recuperación de la economía.

“Antes que enfocarnos en la situación de dos instituciones que ya están resueltas, debemos centrarnos en que la economía debe crecer para que todo recupere dinamismo. Si no crece la economía y no crece la demanda, no se podrán soportar los flujos. Hoy hasta las facturas están postergando sus pagos. Centrémonos en que Tía María y otros proyectos similares salgan, que se dé una solución ante la inseguridad”, asevera.

Delgado resalta también que en la segunda mitad del año se espera (con ansias) la campaña navideña, que es de las más fuertes para el segmento. “Esperamos que la segunda mitad del año sea un poco mejor que el anterior, pero estamos seguros que no será como lo que se necesita”, finaliza.

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