Sábado, Mayo 4

La clasificación al Mundial de Fútbol Rusia 2018 por parte de la selección peruana, tras casi 36 años sin participar de una cita mundialista, tuvo a todo el país en “vilo” por tratar de lograr el objetivo. La movilización y el apoyo fueron multitudinarios.

Qué duda cabe de que los jugadores estuvieron sometidos a una gran presión. Sin embargo, al entrevistar El Comercio a Ricardo Gareca, director técnico del combinado patrio, este declaró: “Si tengo que definir una característica de este grupo, puedo decir que son muy calmados”.

Hay quienes creen que el trabajar bajo presión es beneficioso, ya que obliga a actuar para cumplir con un objetivo determinado dentro de cierto plazo. Sin embargo, existe evidencia científica de que si bien la presión compromete y genera una reacción, casi siempre afecta nuestra creatividad y provoca que se opten por soluciones convencionales. La presión incluso paraliza, genera estrés y, claro, puede conducirnos al fracaso.

Las personas más exitosas han aprendido a desenvolverse bajo presión. La doctora Teresa Amabile, del Harvard Business School, ha realizado investigaciones sobre la creatividad en el centro de trabajo y como resultado obtuvo que la presión afecta significativamente tanto a la creatividad como a la productividad.

¿Cómo se puede evitar que la presión afecte nuestra performance? Heindri Weisinger y J.P. Pawlin-Fry, en su libro “Performing Under Pressure” o “Desenvolviéndose bajo presión”, desarrollan interesantes ideas para desenvolverse en este tipo de circunstancias, donde se ponen a prueba nuestras fortalezas. El libro plantea cuatro competencias que combinadas se convierten en la clave del éxito: confianza, optimismo, tenacidad y entusiasmo.

La confianza nos ayuda a seguir adelante a pesar de que la situación a enfrentar sea compleja. Conforme aumenta la confianza en uno mismo, la ansiedad se reduce.

El optimismo ayudará a avanzar a pesar de la presión. El tener una visión positiva sobre el futuro permitirá soportar los sacrificios en el corto plazo, sabiendo que el esfuerzo conducirá a un resultado exitoso más adelante.

La tenacidad es determinante cuando se tiene una visión clara sobre los objetivos a alcanzar. La tenacidad ayudará a superar obstáculos y, por qué no, a sobreponernos a las frustraciones que con seguridad se sucederán.

El entusiasmo permite generar la energía necesaria que procesos complejos demandan al ser humano.

Las condiciones en las que hoy nos desenvolvemos producen una atmósfera donde es inevitable tener que afrontar situaciones que generan presión y estrés. Es requisito fundamental que los ejecutivos sean capaces de soportar la presión, evitando las consecuencias negativas que esta conlleva. Los muchachos de la selección de fútbol nos han dado una lección con respecto a cómo hay que reaccionar ante retos exigentes.

Al tomar conciencia sobre esta realidad y estar preparados para manejarse adecuadamente no solo lograremos conseguir resultados sobresalientes, sino que al dominar cada vez más el actuar bajo presión, llegaremos a disfrutar de la forma en que resolvemos situaciones complejas. Al lograr tal condición, podremos afirmar que hemos conseguido convertirnos en personas resilientes.

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