
“Bad Bunny ha crecido mucho en su carrera artística, tiene discos exitosos, grandes colaboraciones y reconocimientos. Todas esas cosas son algunas de las que hoy hacen que cobre esa cantidad”, explicó Doris Espinoza, presidenta del Sector de Espectáculos Artísticos, Culturales y Afines (Arena) del Gremio de Servicios de la Cámara de Comercio de Lima (CCL).
Iván Cock, director ejecutivo de Lupa Media y experto en conciertos, añadió que el Bad Bunny del 2017 -cuyos precios por presentación oscilaban entre los S/ 25 y S/ 100-, venía con una pista musical y un sonido no muy bueno, con productores que iniciaban su carrera y discos que pocos escuchaban. Hoy, por el contrario, el ‘conejo malo’ cuenta con unamejor producción musical y un mejor show.
“En el último tour vimos a Bad Bunny sobrevolando al público. Aún no sabemos qué es lo que traerá, pero si es más caro, es porque seguro habrá más espectáculo y tecnología en el tour ‘DtMF’”, agregó Cock.
¿El precio pudo ser menor?
El desglose del ticket deriva en el pago al sindicato de artista, el pago a Apdayc, la comisión por pago con tarjeta de crédito, el IGV y el impuesto a la renta. Estos costos, sumados al armado de la infraestructura (montaje de luces, escenario, camerinos, seguridad, entre otros), suman al precio final.
Mientras existan sobrecostos, “los impuestos excesivos” – según Cock – que pagan los empresarios, los conciertos seguirán siendo caros. Es cuestión, aseguró, de ajustar la realidad de ciertos impuestos que encarecen el entretenimiento.
“Con solamente una reducción de los impuestos estaríamos bajando el precio del ticket final en un 20% a 25%”, indicó el director ejecutivo de Lupa Media.

En esa misma línea, hace unos meses, Hugo Tolentino, CEO de HTA Entertainment (empresa que crea y gestiona eventos de entretenimiento como VIBRA PERÚ y Selvámonos), explicaba a este Diario que en el Perú tenemos fuertes desigualdades en impuestos frente a países como Colombia y Argentina que desaniman a los inversores, tanto que algunos productores prefieren invertir en eventos de otros países.
Además, el panorama de la organización de eventos musicales se configura de otra manera, pues los organizadores peruanos ya no compran los shows, sino que son elegidos como “operadores en Perú” por los representantes de los artistas. “Antes el productor le compraba el show al artista, ahora al productor le dicen ‘tú ya no me vas a comprar el show, el negocio es mío y yo te voy a dar hasta el 10% de las utilidades’ y a veces, 5%”, indicó hace unos meses a este Diario el CEO de HTA.
Por su parte, Espinoza señaló que entre los factores que influyen en el precio final del ticket también están el crecimiento del artista, los factores socioculturales y las preferencias de las generaciones.
“El despliegue de sonido, luces, pantallas, pirotecnia, además de sus sorprendentes apariciones, hacen de este show toda una experiencia para su público”, mencionó.
Dos ‘sold out’, un Bad Bunny
Hace tres años, en el 2022, Bad Bunny volvía al Perú en ‘modo superestrella’ con “World’s Hottest Tour”, del disco “Un Verano Sin Ti”. Suspendido sobre una palmera inflable sobre más de 40 mil personas en el Estadio Nacional, nos recordaba que ya no era el mismo. Ahora con ‘DtMF’ y dos fechas ‘sold out’, el precio máximo pasa S/680 a S/ 944. ¿Qué de diferente tiene Benito?
Pese a que la entrada más cara para – en el Perú – cuesta el 84% del actual sueldo mínimo (S/ 1.130), Cock mencionó que los peruanos son capaces de endeudarse por el artista del momento.
“Bad Bunny es un extraordinario producto de las redes sociales. Ellas jugaron a su favor y es que sus canciones tienen un ‘hook’ (gancho) de entre 10 a 15 segundos, muy efectivas para la época de Instagram y TikTok”, explicó.
En Brasil, Benito hizo ‘sold out’ en 37 minutos, en Alemania, en 30; en Polonia, en 24; y en Australia, en 45. Y aunque en el Perú no existe el dato específico, el disco en cuestión es un trabajo impecable, creativo, sincronizado y honesto que hizo historia, como escribió Alberto Goachet, director general del Grupo Fahrenheit, en su columna de opinión de abril para este Diario.

“Todas las entradas agotadas para más de 20 fechas en sus conciertos de Puerto Rico. Más de 30 mil reservas en hoteles. El KPI emocional de reducir la resignación e intensificar el orgullo del puertorriqueño definitivamente se ha logrado. Les aseguro que van a haber más hitos alrededor de este disco que nos sirvan para romper moldes de como uno puede lanzar una campaña exitosa”, detalló Goachet.
El director ejecutivo de Lupa Media señaló también que el peruano pagará estos exorbitantes precios porque necesita una válvula de escape. Ese sentimiento – que según narró – viene desde hace años, tiene un ángulo sociológico. “El que hoy compró para Bad Bunny seguramente recién terminó de pagar el ticket de Shakira, pero quiere estar ahí para tomarse una foto, compartirla y/o transmitir por alguna red social que está en el concierto del ‘conejo malo’”, consideró.
Espinoza agregó que el fan peruano es fiel y leal; se endeuda y logra satisfacer su interés por ser parte de una experiencia. En especial, los jóvenes.
Cock mencionó también que si bien el precio es alto, existe un mercado que lo consume. “Yo puedo vender algo a S/150 y tú sabes que puede costar S/ 15. Pero si hay personas dispuestas a pagar, es un tema de mercado. Para mucha gente, mi producto puede tener valor, y para otra no”, finalizó.
