Petro-Perú va a cumplir dos meses a la deriva, sin presidente ni directorio, debido a las vacilaciones del Ejecutivo. En este escenario, cobra relevancia la propuesta de ‘blindar’ a la petrolera estatal frente a los apetitos del poder político.
Esto significa que el directorio de Petro-Perú “no puede ser removido durante un periodo de cuatro o cinco años” y que debe manejarse como el BCR u Osinergmin, apunta Álvaro Ríos, socio fundador de Gas Energy y ex ministro de hidrocarburos de Bolivia, con quien conversamos en esta entrevista.
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— Se habla desde hace años del blindaje a Petro-Perú como la solución al manejo político que la paraliza cada cierto tiempo. ¿Por qué no se implementa esta propuesta?
Nosotros en Gas Energy presentamos hace siete un estudio sobre el blindaje que deberían implementar, siguiendo el ejemplo de Ecopetrol y de otras petroleras estatales en Noruega (Equinor) y China. Desde entonces Petro-Perú ha tenido la intención de hacer esto, pero ningún presidente del directorio se ha animado a presentarlo como una solución estructural para sacar a la empresa de las garras del poder político de turno.
— ¿Cómo ocurre ahora mismo?
Es lo que pasa casi todo el tiempo: que cada tres o cuatro meses hay un nuevo presidente en Petro-Perú porque el ministro de turno o el presidente de la República los remueve y manipula cuando quiere, lo que no ocurre con el presidente del Banco Central de Reserva (BCR) o de Osinergmin.
— ¿Cuál es la idea del blindaje?
La idea es que Petro-Perú no puede estar más sujeta al manoseo político porque, de lo contrario, sus fiascos van a seguir en el tiempo, y no solamente en materia económica, sino de productividad y de incremento de la corrupción. Petro-Perú tiene que manejarse como el BCR, Osinergmin u Osiptel, que son instituciones bien sólidas y reconocidas.
— Para eso hace falta lograr el compromiso del Ejecutivo y vencer la resistencia de los sindicatos. ¿O no es así?
En realidad, esto blinda al presidente de Petro-Perú hasta de los sindicatos. Olvidaba decir que los sindicatos manipulan al directorio, manipulan al presidente y manipulan a los gerentes. El blindaje daría libertad al presidente y a su directorio para que elijan libremente a su planta ejecutiva y puedan vender o concesionar las unidades de negocio que no funcionan.
— ¿O formar asociaciones con empresas?
O para que se asocien libremente sin tener que estar consultando al poder político o a los ministerios. Tampoco podrán recibir encargos para subsidiar los combustibles a cuenta propia, porque esa es una tarea que le compete al Ejecutivo y no a una empresa que debe estar sujeta a generar utilidades y no perdidas.
— ¿Esto requiere modificar la forma en la que está constituido el directorio de Petro-Perú?
El número de directores se puede mantener (seis), pero se podría pensar en un directorio mixto, que incluya algunos agentes del sector privado. Y se podría seguir el mecanismo que tiene Osinergmin para la designación de su directorio. Hay varias alternativas que se pueden implementar para que los directores de Petro-Perú no sean únicamente estatales, ya sea del Minem o del MEF.
— ¿Cuánto tiempo deberían permanecer en el cargo el presidente y el directorio de Petro-Perú?
El directorio debe tener diversidad y robustez para guiar a la empresa por cinco o seis años. El presidente no puede estar siendo removido cada cuatro meses, como tampoco el directorio o el gerente general, porque lo que ocurre en Petro-Perú actualmente es que las gerencias rotan mucho y eso lo está haciendo muchísimo daño.
— ¿Qué entidad tiene que proponer o presentar esta idea del blindaje?
Esta idea la tiene que proponer el ministro de Energía y Minas, conjuntamente con el nuevo directorio y el nuevo presidente de la petrolera estatal. De esa manera se pueden evitar las críticas que se hacen recurrentemente a Petro-Perú y que tienen toda la razón de ser porque lo que viene arrastrando es el resultado de decisiones que no se toman siempre al interior de la empresa, sino que emanan mayormente del poder político.
— ¿Por qué las designaciones deben durar cinco o seis años?
Puede ser cuatro años. La idea es que durante ese lapso el Gobierno no puede remover al directorio de Petro-Perú u obligarlo a que realice tareas que no le corresponden. El poder político no puede ni debe tener injerencia sobre la empresa. Puede recomendar o dialogar con Petro-Perú, pero no imponerle nada. El presidente de Petro-Perú y su directorio tienen que proyectar las actividades de la empresa 20 años hacia adelante. No olvidemos que el poder político mira el corto plazo, pero una empresa debe mirar 15 o 20 años adelante.
— ¿Este blindaje tiene que ser implementado a través de un proyecto de ley en el Congreso de la República?
Sí, exactamente. Tiene que ser aprobado por ley.
— ¿Cuál sería el perfil de presidente y los directores de Petro-Perú?
El presidente debe tener un perfil que puede ser elaborado por el directorio y, luego, eso se eleva a una empresa cazatalentos para que realice la búsqueda. Lo que no puede suceder es que los ministros pongan a sus compadres en los cargos.
— ¿El papel de la JGA sería el mismo?
El mismo. No cambia su papel. Por ejemplo, podría votar qué hacer con el Oleoducto Norperuano, o si Petro-Perú debe o no entrar a áreas petroleras. Lo que hemos visto últimamente es que desde el poder político o el sindicato le adjudican a Petro-Perú lotes petroleros, cuando la empresa no está preparada para recibirlas.
— ¿Este blindaje funciona en Ecopetrol? Lo digo por la oposición del gobierno de Gustavo Petro a la industria de hidrocarburos?
Sí. A pesar de eso Ecopetrol tiene blindaje. Y lo tiene contra los presidentes de izquierda o de derecha, porque a unos y otros les gusta meter mano a las empresas petroleras.
— ¿Las petroleras chinas también están blindadas?
Sí, también hay empresas chinas que tienen esta especie de blindaje y que no pueden ser manipuladas. El Estado siempre puede guiar a una empresa estatal, pero no le puede imponer cosas. Lo bueno es que el Perú tiene la mejor institucionalidad de Sudamérica, junto con Brasil, en instituciones clave como el BCR, Osinergmin, Osiptel y otras. Eso le falta a Petro-Perú: estar blindada como ocurre con otras empresas estatales.