Los precios de los principales productos de exportación del Perú han mostrado un desempeño positivo durante este año y se anticipa que se mantengan en niveles elevados durante el 2026. La cotización del cobre ha aumentado casi 30% en 2025 y ha tocado niveles récord de US$5,4 la libra en el London Metal Exchange. Asimismo, el precio del oro ha subido este año alrededor de 60% y se ubica en US$4.300 la onza troy. Como resultado de esta favorable evolución, el índice de precios de exportación del país (el “promedio” de las cotizaciones de todo lo que exporta) se ha ubicado en su mejor nivel desde 1950.
¡Gracias por suscribirte a Día 1!
Tu inscripción ha sido confirmada. Recibirás nuestro newsletter en tu correo electrónico. ¡Esperamos que disfrutes del contenido!
«,t.textContent=n,t.classList.replace(«cutter-nl__button–premium»,»cutter-nl__button–subscribed»)):(i.innerHTML=»
Lamentamos verte partir.
Tu suscripción ha sido cancelada y ya no recibirás más nuestro newsletter en tu correo electrónico. Si cambias de opinión, siempre serás bienvenido de nuevo.
¡Gracias por habernos acompañado!
«,t.textContent=s,t.classList.replace(«cutter-nl__button–subscribed»,»cutter-nl__button–premium»)),t.disabled=!1}),3e3):(window.tp.template.show({templateId:»OTFEJQDCHMFK»,displayMode:»modal»,showCloseButton:»true»}),setTimeout((()=>{t.disabled=!1,t.textContent=l}),3e3))}catch(e){console.log(«ERROR AL SUSCRIBIRSE O DESUSCRIBIRSE: «,e)}}))}else window.tp.pianoId.init({display:»modal»,loggedIn:function(e){const{firstName:t,lastName:s}=e.user||{}}}),t.addEventListener(«click»,(()=>{window.tp?.pianoId?.show({screen:»login»})}))}])}))}));const closeSubscribeModal=()=>{document.getElementById(«subscribe-modal»).innerHTML=»»};
Newsletter exclusivo para suscriptores
Cabe señalar que los períodos en los que se han observado fuertes incrementos de los precios de exportación han venido acompañados de un auge importante de la economía. El más reciente ocurrió entre el 2002 y 2013. En este lapso, el promedio de los precios de exportación subió más de tres veces y propiciaron un fuerte aumento de la inversión en minería (con ello, la inversión privada total pasó de representar alrededor de 14% del PBI a casi 21%) y un crecimiento del PBI promedio anual de 6,3%. Los altos precios de metales incentivaron una fuerte inversión en minería y en otras áreas (por el dinamismo de la actividad y mejora de las confianzas) y de aquí a más empleo, mejores ingresos, crecimiento y rápida disminución de la pobreza.
Lamentablemente, en esta ocasión, los elevados precios de las materias primas no se han traducido en una aceleración significativa de la inversión en minería y el crecimiento de la economía es de solo 3%. Esto puede deberse a: (i) empresas mineras cautelosas sobre la sostenibilidad de los altos precios actuales, por lo que solo están invirtiendo en ampliaciones y reposiciones y no en nuevos proyectos, evitando así una alta exposición a una reversión de estas cotizaciones (como ocurrió en 2008-2009); (ii) mejores leyes de algunos minerales en otras geografías que compiten con el Perú (por ejemplo, las leyes de cobre son mucho mayores en Congo, país que nos desplazado como el segundo productor mundial de este metal); (iii) la inestabilidad política, que eleva la incertidumbre sobre el retorno de las inversiones de largo aliento; (iv) minería ilegal, que se despliega por un espacio territorial más amplio y genera inseguridad e incertidumbre; y (v) número excesivo de trámites administrativos y requisitos regulatorios.
Sobre los dos primeros puntos, no se puede hacer mucho porque son exógenos. Pero sobre los otros tres, tenemos espacio. Para reducir la inestabilidad, una campaña electoral sin mucho ruido ni propuestas altisonantes que espanten la inversión ayudaría. En cuanto a la minería ilegal, se deben tomar acciones de interdicción firmes y en simultáneo dar apoyo económico en las zonas con alta dependencia de esta actividad y para desarrollar alternativas productivas. Finalmente, sobre la “tramitología”, se requiere simplificar y reducir los procesos administrativos y regulatorios, sin desmedro de una buena supervisión que vele por la calidad ambiental y las consultas previas con las comunidades. Si no tomamos cartas en el asunto, entonces dejaremos pasar esta oportunidad que está frente a nosotros y puede elevar la calidad de vida de todos los peruanos.













