Jueves, Diciembre 26

Lo único distinto que Eileen Quezada notó en la playa Bujama el día que murió Tadeo, un golden retriever de 9 años, fue la coloración marrón de la espuma de mar. No había advertencia alguna de peligro, la playa de Cañete recibía, como todos los veranos, a varios bañistas y el oleaje era el usual. Nada anticipaba que una intoxicación fulminante provocaría cinco paros cardiorrespiratorios en la mascota que no sobrevivió ni una noche. Esa día, 19 de febrero de 2023, no habían avisos que alertaran de tóxicos en el agua de mar. Un año después, tampoco existen pese a que hay un evento natural que los provoca y se repite con frecuencia en todo el litoral.

Son altas las probabilidades que indican que a Tadeo lo intoxicó una “marea roja”, término que alude a las Floraciones Algales Nocivas (FAN), también conocida como “aguajes”, “hemotalasia” o “purgas de mar”. Este fenómeno natural consiste en la proliferación de microalgas que, según su tipo, pueden presentar coloración roja, verde, café, amarilla o marrón. Según su especie, estos microorganismos pueden producir toxinas y provocar reacciones adversas que van desde afecciones gastrointestinales, parálisis y en casos extremos la muerte de humanos o animales.

Tal como lo advierte el Instituto del Mar Peruano (Imarpe), las FAN pueden tener una duración de días hasta meses, según las condiciones ambientales imperantes. Su proliferación depende de características oceanográficas y ambientales, como el incremento de la radiación solar, de la temperatura, de la disponibilidad de nutrientes en el mar, la disminución de los vientos o la presencia de aguas residuales. De hecho, Imarpe reconoce que este fenómeno se está incrementando en el mundo “debido al cambio climático y la contaminación en algunas zonas costeras”.

El problema es que casi no existe difusión de la amenaza que significa. “En toda Sudamérica somos el único país con costa que no tiene protocolos de alerta temprana. No pedimos que cierren las playas, sino que cuando haya marea roja se pueda alertar a la población para reducir riesgos”, explica Eileen a El Comercio. Junto a su hermana y un equipo de biólogos peruanos y extranjeros han creado el “Proyecto Tadeo”, que pide que el Estado peruano cree un Protocolo de Alerta Temprana de Marea Roja, tal como sucede en países como Chile, Argentina, Ecuador o México. En la plataforma Change.org tienen un pedido que ya ha recolectado 14.900 firmas.

Presencia de marea roja este fin de semana

El equipo de “Proyecto Tadeo” ha identificado, a través de la teledetección, varios episodios de marea roja solo entre febrero y marzo de este año en playas de Miraflores, Punta Hermosa, Pucusana, Mala y Paracas. “Hay marea roja en el sur chico en estos momentos. En el último fin de semana, sacamos dos muestras en playa Norte y playa Blanca de Punta Hermosa y se detectó la presencia la microalga tóxica “Akashiwo sanguínea”, precisó Quezada.

Estos hallazgos se relacionan con el monitoreo que realiza la bióloga española Raquel Sánchez de Pedro, especialista en algas marinas que colabora con el proyecto, a través del explorador de imágenes de satélite Copernicus EU (índice Aquatic Plant Index). Estas imágenes evidencian proliferación de algas de Lima a Cañete entre el 5 al 15 de marzo de 2024.

Asimismo, observaciones ciudadanas confirman presencia de agua marrón y mal olor en playas de Punta Hermosa a pocos días del inicio del feriado largo, fecha en la que aumenta la afluencia en playas del sur chico.

Desde Imarpe, los reportes técnicos que publican en su página web dan cuenta de siete eventos FAN este año. El más reciente, del 5 de marzo, se registró en la Bahía Huacho, donde se evidenció una coloración rojiza o “vino intenso”. En este lugar se detectó la especie Akashiwo sanguinea, que catalogan como “No Tóxica”, aunque en otro reporte de la misma especie pero del 8 y 16 de febrero se indica que “segrega un mucilago que es nocivo para las especies filtradoras”.

Otros hallazgos han sido identificados en la playa Carpayo del Callao, en Chimbote, en la Bahía de Paracas, en la zona costera de Lambayeque y en la bahía de Sechura entre el 1 y el 21 de febrero.

El Comercio se comunicó con Imarpe y la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa), pero al cierre de esta nota no obtuvimos respuesta. Digesa, como ente encargado de la evaluación sanitaria de las playas del litoral peruano, incluye a la marea roja dentro como uno de los elementos a tomar en cuenta para calificar de saludable a una playa. En la Directiva Sanitaria N° 0 38 / MINSA-DIGESA-V.02. indican que “en el caso que se presente marea roja (cambio de color del mar), debe tomarse una muestra para realizar los respectivos análisis hidrobiológicos, para determinar la microalga causante de este fenómeno. Como parte preventiva debe informarse a la población que no debe bañarse en esta playa, hasta nuevo aviso de la autoridad sanitaria”.

Ninguno de estos dos organismos se ha pronunciado recientemente sobre la presencia de marea roja en las playas.

Por su parte, el Organismo Nacional de Sanidad Pesquera (Sanipes) informó a este Diario que tienen el programa de Control y Vigilancia que implica el monitoreo y análisis de agua de mar en zonas de producción de moluscos bivalvos (entre ellas conchas de abanico y otras), a fin de identificar fitoplancton marino, lo cuales tienen una frecuencia (semanal, quincenal o mensual).

“Cuando se detecta FAN, ya sea tóxico o no tóxico, se informa a la Oficina Sanitaria Desconcentrada (OSD) involucrada (de acuerdo al área de producción donde se detectó la FAN) para que intensifique los monitoreos sanitarios y coordine con los operadores e instituciones involucradas como Imarpe”, precisaron. Lo mismo sucede si se detectan “concentraciones de biotoxinas marinas en los recursos hidrobiológicos, pero que no supera los límites máximos de control (LMC)”.

En caso de que las biotoxinas superen el LMC, “se aplica un plan de contingencia y se procede al cierre de la extracción de moluscos bivalvos del área de producción. Esto es comunicado oportunamente a los interesados mediante correo electrónico y es comunicado a través de la página web del Sanipes”, añadieron.

Prototipo de protocolo

El proyecto Tadeo nació de la tragedia que fue para Eileen y su familia perder a su mascota. En el año que ha pasado desde su muerte, se han sumado especialistas de distintos países para promover una campaña de información sobre los riesgos de la marea roja y exigir a las autoridades protocolos de alerta temprana que incluyan detección, prevención , educación, protocolos de acceso, extracción, medicina humana y veterinaria.

Todo inició con la publicación del caso en redes sociales, con un testimonio que se viralizó hasta llegar incluso a la televisión. Esto propició a que otras reportaran casos de intoxicación por posible exposición al agua contaminada.

Debido a que para esas fechas había alerta de la gripe aviar en Perú, inicialmente se asoció la muerte de Tadeo a uno de estos episodios. Sin embargo, la necropsia descartó esta posibilidad. “Tenemos exámenes médicos que prueban que Tadeo estaba en perfecto estado. No tenía nada, era un perro grande, de 40 kilos, los médicos nos decían que no sabían qué podía causarle una intoxicación tan fulminante. Por eso se hizo la necropsia que descartó gripe aviar y exceso de sodio”, explica Eileen.

La publicación en redes llegó hasta la especialista en algas Raquel Sanchez, quien inmediatamente revisó imágenes de satélite y comprobó que playa Bujama había estado repleta de marea roja. “Me pidió las coordenadas de la zona y pudo detectar que el lugar estaba plagado de microalgas cinco días antes y cinco días después de la muerte de Tadeo. De esa misma forma se ha detectado varias mareas rojas”, explica Quezada.

Con ella y otros especialistas en el tema, el proyecto Tadeo promueve la necesidad de la identificación temprana de episodios FAN con ayuda de imágenes de satélite. Ahora piden que el Ministerio de Medio Ambiente, Ministerio de Salud y Ministerio de Producción del Perú se sumen para informar con tiempo a la población sobre esta amenaza.

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