Sábado, Marzo 29

Lo primero que resalta en los exteriores del Costa 21 de San Miguel es la gente con camisas a cuadros. También la gente atenta desde sus teléfonos al partido de la selección peruana (al final perdimos, no hay más que decir). Lo cierto es que la espera por Alanis Morissette ha sido de 22 años, desde aquel septiembre del 2003 en que se presentó en la explanada del Estadio Monumental. Y muchas cosas han cambiado: por ese entonces llegó a Lima con el pelo corto, y no con su reconocible y larga cabellera de los 90.

Pero hoy Alanis ha vuelto a su estilo original, con la melena y la raya al medio de sus más recordados videoclips. Es un ‘look’ de eso que los gringos llaman “girl next door”, la muchacha que bien podría ser tu vecina promedio. Su estilo es el de la transición noventera: un limbo entre lo que fue el grunge (de allí tanta camisa a cuadros) y los extraños 2000. Los tiempos del Y2K, la época en que Internet recién gateaba, el escenario en el que crecieron los confundidos ‘millennials’.

Es por eso que treintones y cuarentones fueron los que –en su mayoría– se congregaron para volver a verla. Pero antes había que recibir a La Lá, encargada de abrir el show. Media hora de valses, cajón y guitarra, y encanto acústico de una de nuestras mejores exponentes musicales de la actualidad. Su elección como telonera fue un acierto.

Luego de ella, apenas pasadas las 9 de la noche, se proyectan sobre el escenario imágenes que recorren la trayectoria de Morissette. Es un video un poco raro, como de esos que se editan para celebraciones familiares, pero hay fechas que lo justifican: la canadiense tiene 50 años, y su disco más popular, “Jagged Little Pill”, cumple 30. Así que el público celebra con ella.

Tras unos minutos, Morissette arranca por fin el show con “Hand in My Pocket”, caminando –por ratos corriendo– de un lado al otro del escenario, una y otra vez, incansable. La voz la tiene impecable: clara, versátil, voluptuosa. Y le sobran pulmones para tocar la armónica de rato en rato, como si en ella se fusionaran Bob Dylan y Joan Baez con todas sus reminiscencias folk.

Vienen después temas como “Right Through You” y “Hands Clean”, que Alanis acompaña con imágenes de protesta en torno a la desigualdad de género y la violencia contra la mujer. Son mensajes poderosos de una artista comprometida con la causa (ella misma fue víctima de abusos cuando era menor de edad) y que a lo largo de su carrera se ha ocupado de abordar temas dolorosos sin tapujos.

El concierto avanza con temas de sus diferentes álbumes, que cubren diversas etapas de su trayectoria (en algunos casos desliza apenas fragmentos de sus canciones): suenan “Head Over Feet”, “You Learn”, “Smiling”, “Mary Jane”, “Perfect”. Hasta que llega el turno de “Ironic”, quizá la más emblemática de sus composiciones, y Alanis sube a un afortunado fan al escenario para que empiece a cantarla con ella.

Para cerrar el ‘setlist’, Alanis apuesta por otra clásica como “You Oughta Know”, muy coreada. Sale por un par de minutos del escenario y regresa con otras dos infalibles: “Uninvited”, que escala de la balada al piano al estallido rockero, y “Thank U”, la emotiva canción con que también culminó su concierto del 2003, aunque esta vez sin equivocaciones (ya no dijo “Gracias, Brasil” como aquella vez). Muchas cosas han cambiado para Alanis, pero el cariño que le guarda su público parece impecable.

SETLIST

  1. Hand in My Pocket
  2. Right Through You
  3. Reasons I Drink
  4. A Man (fragmento)
  5. Hands Clean
  6. Can’t Not (fragmento)
  7. Lens
  8. Sorry to Myself (fragmento)
  9. Head Over Feet
  10. Everything (fragmento)
  11. You Learn
  12. Would Not Come (fragmento)
  13. Smiling
  14. I Remain (fragmento)
  15. Rest
  16. Mary Jane
  17. Flinch
  18. Perfect
  19. Ironic
  20. Not the Doctor
  21. Are You Still Mad (fragmento)
  22. All I Really Want
  23. Sympathetic Character (fragmento)
  24. You Oughta Know
  25. Uninvited
  26. Thank U
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