
A menos de un mes del traslado total de operaciones al nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, el gerente general de la Asociación de Empresas de Transporte Aéreo Internacional (AETAI), Carlos Gutiérrez, confirmó que hasta la fecha no se ha entregado un plan formal de transición a las aerolíneas.
“El plan de transición aún no ha sido comunicado a la asociación. Eso es algo que ya se ha solicitado, y que además fue el compromiso del aeropuerto”, sostuvo y alertó que, sin ese documento, las aerolíneas no pueden planificar la rotación de personal, los turnos ni prever contingencias logísticas. “Cada día que pasa es un día menos para prepararnos”, enfatizó.
Este traslado se realizará en una ventana crítica de 12 horas, prevista para el 1 de junio. “No me estoy mudando de mi departamento a la casa del frente, es mover todo un terminal en 12 horas”, dijo.
Marcha blanca con cinco aerolíneas
Gutiérrez confirmó a El Comercio que la marcha blanca que inicia este 15 de mayo contará con la participación de cinco aerolíneas: Aerolíneas Argentinas (Buenos Aires), Volaris (Ciudad de México), Arajet (República Dominicana), Wingo (Bogotá) y Air Europa (Madrid).
Estas operarán en horarios acotados, principalmente nocturnos, y con aeronaves de capacidad media. Solo Air Europa moviliza más de 350 pasajeros por vuelo, precisó Gutiérrez. Las demás trabajan con aviones de unos 150 pasajeros, lo cual —según el gremio— ayuda a levantar observaciones, pero no simula aún una operación real del actual Aeropuerto Jorge Chávez.
Pruebas integrales
Para Gutiérrez, la marcha blanca no reemplaza las pruebas integrales. Pese al inicio progresivo, AETAI insiste en la necesidad de estas pruebas integrales adicionales, pues las anteriores no alcanzaron los estándares necesarios.
“No procesamos más de 856 personas en migraciones en las pruebas anteriores. En la realidad serán hasta 3 mil por hora”, precisó.
Doble operación
Gutiérrez señaló que durante la marcha blanca los servicios clave deberán duplicarse en ambos terminales: seguridad, migraciones, control de equipajes, entre otros. “Eso implica una duplicidad de esfuerzos y recursos”, advirtió.
En cuanto al monitoreo de la experiencia del pasajero, afirmó que estará a cargo del aeropuerto y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC). “Nosotros estamos enfocados en garantizar que la operación fluya, desde rampa hasta el interior del terminal”, explicó.