
Fiorella Flórez regresó a “Al fondo hay sitio” como Greta Gómez de la Torre, la deslumbrante y curvilínea novia de Miguel Ignacio de las Casas. Sin embargo, esta no es la primera vez que la actriz pisa Las Lomas. En las primeras temporadas interpretó a Débora Dora Ordinola Watson, la elegante secretaria de la Constructora de las Casas. Años después, en la temporada once, tuvo una breve pero intrigante aparición, donde solo se la vio de espaldas en una escena con Cristóbal Montalbán. Ahora, vuelve con un personaje de “apellido de abolengo” y promete dar sorpresas. “A veces las cosas no son como parecen. Todo lo que brilla no es oro”, advierte la actriz sobre su nuevo rol.
“Greta es un personaje divertido y la novia no oficial de Miguel Ignacio, un mujeriego con un largo historial de conquistas. A él le encanta exhibir a sus parejas, y ella no es la excepción. Se presenta como una mujer de clase alta, con un importante apellido, pero aún no está claro si sus intenciones son genuinas o esconden algún interés”, explica la actriz. “Gigio me dio licencia para probar diferentes matices y descubrirlo poco a poco”, explica sobre su proceso creativo.

Una carrera forjada con esfuerzo
Su camino en la actuación comenzó en el 2006, cuando dejó su natal Trujillo para perseguir sus sueños en Lima. Representó a La Libertad en el Miss Perú y, poco a poco, fue ganando terreno en la televisión.
“Me inicié como extra en ‘Así es la vida’, sin nombre y sin texto. Con lo que ganaba como modelo, me pagaba talleres de actuación, mi cuarto y mi comida”, recuerda. “Poco a poco tuve mayor participación, el personaje creció, empecé con un bolo y al final me contrataron”, añade con satisfacción. Su constancia la llevó a estudiar con maestros como Osvaldo Cattone, Aristóteles Picho y Roberto Ángeles, e incluso a capacitarse en Colombia y Los Ángeles.
En teatro, ha consolidado su carrera con diversas propuestas. Actualmente, forma parte de “Testamento” en La Residencia de Barranco y ensaya para “Dramaturg-IA” en Casa Bulbo. Además, pronto la veremos en la película “Operación Maestra”, basada en la operación Chavín de Huántar.

Más allá de la actuación
Fiorella no solo destaca en los escenarios, sino también en su rol de madre y emprendedora. Con tres hijas, ha aprendido a equilibrar su vida profesional con la maternidad. “Me encanta ser una mamá presente. Yo misma preparo sus loncheras y las llevo al colegio”, cuenta. Su esposo, redactor creativo, es un pilar fundamental en esta etapa.
Además, maneja su propia marca de ropa y accesorios, Palta Style Perú, un proyecto con un enfoque social, ya que colabora con reclusas del penal Santa Mónica en la confección de prendas artesanales. “Es un trabajo motivador y emocionante. Detrás de cada prenda hay una historia de esfuerzo y valentía”, reflexiona.
Lecciones de una carrera versátil
A lo largo de su trayectoria, Fiorella ha explorado distintos caminos en el entretenimiento. Uno de los más mediáticos fue su paso por Las Vengadoras, el grupo que integró junto a Tilsa Lozano, Maricris Rubio y Jasmín Pinedo. “Fue una etapa breve, pero intensa. Aunque la gente me encasilló como modelo, yo nunca dejé de ser actriz”, aclara. A pesar de las críticas, valora la amistad que forjó con sus compañeras y el aprendizaje que le dejó esa experiencia.

“Acepté participar porque necesitaba pagar una deuda, pero fue por poco tiempo. Sin embargo fue una etapa linda. Es algo que me llevo en el corazón porque conocí a personas muy lindas y no me importa lo que diga la gente. La amistad hasta ahora perdura”, enfatiza.
Más allá de la exposición mediática, su carrera ha estado marcada por la resiliencia. Ha enfrentado rechazos y ha sabido reinventarse en cada etapa. “La actuación es conectar, explorar diferentes capas de uno mismo y aprender a lidiar con los ‘no’”, reflexiona. Hoy, sigue creando, arriesgando y avanzando, porque para ella, el verdadero éxito es no detenerse.