– ¿Qué tanto se ha afianzado la recuperación económica entre diciembre del 2023 y los primeros meses del 2024?
La aparición de nueva información se muestra una tendencia favorable. No solo es diciembre, sino que en enero también hemos visto el indicador de consumo consolidándose en terreno positivo. Por otro lado, nuestro indicador de inversión total se aceleró y la inversión pública también habría crecido fuerte. Todo esto sugiere alguna mejora frente a los meses anteriores. Parece que vamos a tener condiciones neutrales de El Niño. Esto es positivo. Finalmente, hay un entorno de mayor estabilidad política relativa que se ha ido consolidando. Por supuesto, es un equilibrio frágil. Pero si uno compara lo que el consenso percibía hasta mediados del año pasado frente a la preocupación de hoy, hay una caída sustancial.
– El BBVA esperaba un crecimiento de 2% este año. ¿Podría mejorar dicha proyección?
Hoy esa previsión tiene un sesgo al alza. Estamos en pleno proceso de revisión de proyecciones. Dado que tienes un fenómeno de El Niño débil y una mejora en la confianza, esa previsión del 2% probablemente se corrija hacia arriba.
– Frente a una economía aún en recuperación y sin mucho espacio fiscal, ¿cuál es la fórmula de políticas públicas que deben primar?
Pensamos que habrá una divergencia en el mix de política monetaria y fiscal. Por el lado monetario, se seguirá viendo un recorte de tasas. El BCR ha hecho un buen trabajo y, sin subir tanto las tasas, el Perú ha sido uno de los primeros donde la inflación retorne al rango meta. Por otro lado, la política fiscal tiene menos espacio. Ahí va a depender mucho de lo que quiera hacer el MEF. ¿Quieren mantener la trayectoria de consolidación propuesta? Si la respuesta es afirmativa, deberán cerrar el déficit hacia el 2% del PBI desde un 2,8%. Algo que no es un ajuste menor. Lo ideal es regresar a esa trayectoria, porque no hacerlo podría erosionar la credibilidad de la política fiscal.
“No veo mucho espacio como para que se puedan dar medidas de estímulo agresivas. El mix debe ser apoyo por el lado monetario y consolidación por el lado fiscal”
– ¿La reducción de la brecha fiscal de 2% del PBI a 2,8% es posible?
Hay cosas favorables. Por un lado, está la recuperación de la economía que genera una mejora en los ingresos tributarios. Por otro lado, cuando la economía sale de una fase de recesión y entra a una fase de recuperación, el incumplimiento tributario cae. Ahí hay dos efectos que deberían llevar a la mejora de los ingresos. A eso súmale lo que pueda pasar con los precios de importación. Entre el 2017 y el 2018, el déficit fiscal se redujo como 7 décimas. Era otro entorno: hubo buenos precios de exportación. En resumen: el escenario para el cumplimiento de la trayectoria actual de consolidación se ve muy retador.
Nuevos ministros
¿Los cambios aplicados en el MEF y en el Minem resultan favorables de cara a generar confianza?
El recambio trae un impacto positivo. Por el lado de Minem, el nuevo ministro tiene mucha experiencia en el sector. Y por el lado del MEF, José Arista ha sido un funcionario y gobernador regional. La combinación de una persona técnica y política puede ser un elemento necesario en estas circunstancias.
¿Cuáles son los retos que enfrentan?
En el caso del Minem, promover un entorno adecuado para generar los incentivos. Hay proyectos que están en cartera que no se terminan de concretar. Hay temas que tienen que ver con procedimientos engorrosos. Donde la cantidad de temas que hay que cumplir pueden ser bastante apabullantes. Del lado del MEF, es un poco más complicado, porque por un lado se va a buscar consolidar la recuperación económica, pero va a tener restricciones por el lado fiscal. ¿Cómo se puede lograr mantener la recuperación y tener la senda de consolidación fiscal? No es fácil, pero lo que se requiere es generar confianza y consensos. Entonces, debe haber una agenda amplia de reformas. Y acelerar el crecimiento en el mediano plazo demanda más de una agenda de reformas intersectoriales. Sería deseable que el MEF pueda llevar la iniciativa en algunos aspectos y que esto nos ayude a mejorar la competitividad.
– El Gobierno y, en particular, ambos ministerios, deben tomar decisiones sobre Petro – Perú. ¿Es crítico encontrar una salida a la situación financiera?
Tiene que haber una coordinación muy cercana. Hoy la situación de Petroperú es muy precaria. Va a requerir una reestructuración importante. Ambos que son accionistas, van a tener que encontrar puntos en común y definir medidas realistas y que eviten un desperdicio de recursos.
– Por el lado de la inversión privada, ¿los primeros meses del 2024 muestran una mejora?
Estamos esperando una recuperación de la inversión del sector privado. El año pasado, esperamos una caída del 7%. Para este año, esperamos un número alrededor de 2% de crecimiento. La parte minera, ante la salida de Quellaveco, nos juega en negativo. Ojalá pudiéramos decir que hay proyectos más grandes. Y es lamentable porque los precios de los minerales van a estar atractivos para la inversión minera en los próximos años. Hay que darle un mayor entorno de estabilidad. Si se ve que no se respetan las reglas del juego, entra en la ecuación y se evalúa al momento de invertir. El empuje minero que se podría venir desde el 2025 va a durar varios años.
– ¿Qué tanto ha bajado el PBI potencial en el 2023?
Nosotros pensamos que el PBI potencial está entre 2% y 2,5% actualmente. Y ya no somos una economía del 6% y gran parte de ese crecimiento era empuje de productividad. Hoy estamos viendo lo contrario. El crecimiento potencial se beneficia cuando hay mucha inversión, acumulación de capital que no estamos viendo ahora. Se beneficia cuando hay crecimiento de la productividad. Ahí algunos cálculos sugieren que estamos en negativo. Estos elementos se han visto perjudicados por un tema institucional. En un entorno donde ves debilidad de la gobernabilidad, un sistema judicial complicado, la percepción de Gobierno honesto.
– El Comercio informó que se busca, desde el Congreso, aprobar un nuevo retiro de 4 UIT. ¿Qué tanto afectaría en momentos como este de recuperación?
Es una medida populista e innecesaria. Ya la economía está dando muestras de recuperación y las políticas públicas no deben ver solo el corto plazo, sino sus efectos inter temporales, lo que viene hacia adelante. Y si sigues dejando a gente que retire, estás dejando una herencia negativa de acá a 10 años. Se entiende en una emergencia como la pandemia, pero hoy que la economía se está recuperando parece innecesario. Además, focaliza mal el apoyo: quienes todavía tienen fondo de pensiones son gente que tiene trabajo. El impacto que uno ya percibe es en el mercado de capitales. Con un mercado más chico, hay menor demanda para los bonos que emite el gobierno.
– ¿Qué tan preocupante es que se aprueben medidas de corte populistas argumentando un escenario de recuperación?
No tiene sentido dar medidas de estímulo cuando ya estás en recuperación. Estamos viendo algunos síntomas de recuperación. Es inoportuno y genera impactos estructurales. Reduce el mercado de capitales, afecta las tasas de interés de manera permanente. Si la tasa referencial, del bono soberano, se eleva porque el mercado de capitales es más pequeño, entonces vienen los problemas.