Cada inicio de año es como abrir un libro en blanco, lleno de posibilidades que nos inspiran a soñar en grande y trazar metas que podrían cambiar nuestra vida. Para muchos, este nuevo comienzo es la excusa perfecta para soltar lo que quedó atrás y enfocarnos en construir el futuro que deseamos. Pero seamos sinceros, ¿quién no ha sentido cómo esa chispa inicial de motivación comienza a apagarse con el paso de los días? Lo que empezó como un compromiso lleno de entusiasmo puede terminar siendo una lista olvidada, llena de sueños que parecen más lejanos de lo que imaginamos. ¿Cómo hacemos que este año sea diferente?
Según explicó Fanny Abanto Casavalente, psicoterapeuta especializada en terapia de esquemas a Bienestar, un estudio publicado en 2022 por el Journal of Personality and Social Psychology titulado “Establecimiento de metas y bienestar: lograr las metas está asociado con un mayor bienestar, mientras que simplemente tener metas no lo está”, reveló una clave fundamental para mantenernos motivados: establecer metas específicas y retadoras, pero alcanzables. Básicamente, estas metas no solo aumentan nuestra motivación y compromiso, sino que también están vinculadas a un mayor bienestar general. En contraste, las metas vagas o poco exigentes tienden a generar menos entusiasmo y compromiso.
“En este inicio de año, es crucial tomarnos el tiempo para reflexionar sobre lo que realmente importa y diseñar metas claras que actúen como un faro para guiar nuestras acciones. Las metas bien definidas no solo nos proporcionan dirección y enfoque, sino que también nos ayudan a evitar la ansiedad y la frustración que pueden surgir al enfrentar objetivos poco realistas. Adoptar métodos como el sistema SMART (específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido) puede marcar la diferencia entre quedarnos en el camino o avanzar con propósito hacia nuestros sueños”, aseguró la psicóloga clínica, Madeli Santos.
¿Cómo influye la motivación en el cumplimiento de nuestras metas?
Sin duda, la motivación desempeña un papel fundamental en este proceso, pues como destacó la psicoterapeuta, esta es el motor interno que impulsa nuestras acciones, pues cuando está conectada con una serie de deseos y necesidades auténticas, nos brinda claridad y la energía que requerimos para seguir avanzando.
No obstante, la motivación también puede verse afectada por bloqueos internos, como miedos o creencias limitantes, los cuales nos frenan o nos hacen procrastinar. Según la terapia de esquemas, las emociones como el miedo, la ansiedad y el estrés pueden tener un impacto significativo en la motivación, tanto al inhibirla como al incrementarla, despendiendo del contexto.
Por ejemplo, en personas con patrones disfuncionales, el miedo al fracaso o la ansiedad frente a lo desconocido pueden llevar a la evitación o la falta de acción, al igual que el estrés crónico que puede agotar la energía necesaria para mantenerse motivadas. Mientras que, en aquellas emocionalmente saludables, estas emociones pueden ser útiles, ya que el miedo al fracaso puede impulsarlas a esforzarse más, la ansiedad puede ser una señal para prepararse mejor, y el estrés moderado puede mejorar el rendimiento al liberar hormonas que estimulan la acción.
Por esta razón, una motivación sólida requiere que las metas sean claras, realistas y alineadas con nuestros valores, además de que es crucial trabajar en los obstáculos emocionales que puedan interferir. En concreto, la motivación nos guía, pero su efectividad depende de cómo gestionemos nuestras emociones y enfoquemos nuestras prioridades.
“Por consiguiente, tener un propósito claro o una razón emocional es clave para sentirnos motivados, puesto que nos ayuda a conectar nuestra meta con algo que realmente nos importa a nivel personal. En definitiva, este propósito actúa como una fuente interna de energía que nos impulsa, especialmente en momentos de dificultad o desánimo. Ciertamente, cuando entendemos el “por qué” detrás de lo que queremos lograr, nuestra motivación se vuelve más resiliente, ya que no depende exclusivamente de factores externos, sino de un significado profundo que da sentido a nuestros esfuerzos”, sostuvo la experta.
¿La motivación se entrena o depende de mi personalidad?
De acuerdo a Liliana Tuñoque, psicoterapeuta de la Clínica Internacional, la motivación es un proceso que se puede entrenar y fortalecer. Si bien la personalidad influye en la predisposición a la motivación, no es un factor determinante. En otras palabras, la motivación es como un músculo: cuanto más lo ejercitamos, más fuerte se vuelve, motivo por el cual, es necesario poner en práctica hábitos como la autorreflexión, desarrollar la autodisciplina, así como encontrar razones profundas detrás de nuestras metas que nos ayuden a cultivarla, refirió Santos.
Además, diversas investigaciones psicológicas han demostrado que la motivación puede ser influenciada por factores externos, como el entorno y las interacciones sociales. Como mencionó Abanto Casavalente, cuando nuestras necesidades emocionales, como sentirnos capaces, tener autonomía y conectar con los demás, se satisfacen adecuadamente, es más fácil mantenernos motivados. Asimismo, crear hábitos y rutinas positivas puede ayudar a que la motivación se vuelva automática, facilitando su mantenimiento a lo largo del tiempo.
¿Cómo fortalecer la motivación pese a los obstáculos o cuando los resultados tardan en llegar?
1. Establece metas claras y alcanzables
Para garantizar que nuestras metas sean efectivas y alcanzables, es importante seguir la técnica SMART, que consiste en establecer objetivos que sean específicos, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos definidos.
- Específicos: Definir metas claras y concretas, como “correr 5 km sin detenerme” en lugar de algo general como “estar en forma”.
- Medibles: Establecer criterios para medir el progreso, como “perder 3 kg en dos meses” o “ahorrar $500 en tres meses”.
- Alcanzables: Estas tienen que ser realistas y posibles, desafiantes pero logrables con nuestros recursos y capacidades.
- Relevantes: Alinear nuestras metas con nuestros valores y prioridades, asegurándonos de que sean importantes para nosotros en este momento.
- Con plazos: Definir un límite de tiempo para lograr nuestras metas, como “aprender una canción en guitarra en tres meses”, para mantener el enfoque y evitar procrastinar.
2. Divide tareas en pasos más pequeños
Enfrentar una tarea grande o compleja puede ser abrumador y generar ansiedad, lo que afecta nuestra motivación y desempeño. Para evitar esto, dividirla en pasos más pequeños, específicos y manejables. Esto no solo hace que el proceso sea más accesible y menos estresante, sino que también nos permite avanzar de manera constante y celebrar pequeños logros en el camino. Cada paso completado refuerza nuestra confianza y nos motiva a seguir adelante. Además, esta estrategia facilita priorizar tareas, establecer un plan de acción claro y mantener el enfoque, reduciendo la procrastinación y aumentando la sensación de control sobre nuestros objetivos.
3. Equilibrio entre metas a corto y largo plazo
Esto es lo ideal para maximizar la efectividad, pues las metas a corto plazo ofrecen resultados tangibles y rápidos, lo que refuerza la motivación al generar un sentido de logro constante. Por otro lado, los objetivos a largo plazo brindan dirección y propósito, funcionando como una guía general que da sentido a los pasos pequeños. Por esta razón, trabajar en ambos niveles nos permite mantener la motivación activa, ya que podemos experimentar un progreso inmediato mientras avanzamos hacia un propósito mayor.
4. Practica la gratitud y celebra las pequeñas victorias
Celebrar y agradecer cada pequeño paso hacia nuestras metas, reconociendo el trabajo duro y la dedicación que hemos puesto en el proceso. Esto no solo nos envía un mensaje positivo de que estamos haciendo un buen trabajo, sino que también aumenta nuestra autoestima, confianza y sentido de progreso. Al enfocarnos en nuestros logros, cultivamos gratitud por nuestros esfuerzos, lo que incrementa nuestro optimismo, energía y perseverancia. Esto nos ayuda a superar obstáculos, disfrutar del proceso y mantener la motivación a largo plazo, motivándonos a seguir adelante incluso cuando enfrentamos dificultades.
5. Visualiza tu meta lograda
La visualización y la mentalidad positiva son herramientas poderosas para mantenernos motivados porque nos ayudan a conectar emocionalmente con nuestras metas y a construir una percepción de éxito que impulsa nuestras acciones. Básicamente, la visualización nos permite imaginar con detalle cómo será alcanzar nuestras metas, lo que activa áreas del cerebro relacionadas con la recompensa y refuerza la confianza en nuestra capacidad de lograrlas. Mientras que, la mentalidad positiva nos ayuda a enfrentar desafíos con resiliencia, enfocándonos en las oportunidades en lugar de los obstáculos. Por ello, al combinar ambas, creamos un estado mental que fomenta el compromiso y la perseverancia, dos aspectos esenciales para mantener la motivación a lo largo del proceso.
6. Crea hábitos saludables
Una alimentación balanceada, una rutina de ejercicio regular y un buen sueño son pilares fundamentales para mantener el bienestar físico y mental. Asimismo, estos hábitos fortalecen la motivación, aumentan la resiliencia ante la adversidad y nos ayudan a mantener un estado emocional positivo, los cual es clave para alcanzar nuestras metas con éxito.
7. Construye una red de apoyo
Una red de apoyo nos brinda aliento en momentos difíciles, ya que pueden ayudarnos a recordar nuestras fortalezas, valores y logros anteriores, nos pueden ofrecer perspectivas y consejos valiosos que nos ayuden a superar obstáculos y desafíos. Asimismo, al compartir nuestras propia experiencias y enseñanzas, pueden proporcionarnos nuevas ideas y estrategias para mantenernos motivados.
8. Toma descansos
Dedicar tiempo para descansar y recuperar la energía física y mental es fundamental para mantener la motivación a largo plazo. El descanso no solo permite que nuestro cuerpo se recupere, sino que también ayuda a despejar nuestra mente y a reducir el estrés, mejorando nuestro enfoque y productividad. Practicar el descanso activo, como la meditación, la respiración profunda o actividades que disfrutemos y nos revitalicen, como leer, caminar al aire libre o escuchar música. Estos momentos de pausa nos permiten reconectar con nosotros mismos, prevenir el agotamiento y afrontar nuestras metas con una energía renovada y con entusiasmo.
9. Aprende de los fracasos
En lugar de considerar los fracasos como una derrota, es importante que nos enfoquemos en los aspectos positivos y en las lecciones que podemos aprender de ellos. Esto nos ayudará a mantener la motivación y la perseverancia para seguir intentándolo y creciendo.
10. Busca inspiración en historias de éxito
Leer historias de personas que han logrado sus metas a pesar de los retrasos u obstáculos puede ser muy inspirador. Estos relatos pueden ayudarnos a entender que incluso los caminos más difíciles conducen a las metas más gratificantes.
11. Practica la paciencia y la resiliencia
La paciencia y la perseverancia son esenciales en el proceso motivacional, ya que nos permiten mantener el esfuerzo y la consistencia, incluso cuando los resultados no son inmediatos. Por un lado, la paciencia nos enseña a aceptar que los logros significativos toman tiempo y a ver los contratiempos como parte del proceso, no como fracasos. Mientras que, la perseverancia nos impulsa a seguir adelante a pesar de los desafíos, fortaleciendo así nuestra resiliencia y manteniéndonos conectados con nuestras metas. Juntas, estas cualidades aumentan nuestras posibilidades de éxito y nos ayudan a mantener la motivación a largo plazo.
12. Lleva un registro de tus avances
Esta estrategia es muy útil para mantenernos motivados porque nos permite ver el progreso real, lo que refuerza nuestra sensación de logro y nos da un impulso emocional para continuar. Además, registrar los avances nos ayuda a identificar qué estrategias están funcionando y qué ajustes necesitamos hacer, manteniendo un sentido de control sobre el proceso. Cada pequeño progreso registrado actúa como un recordatorio de que estamos avanzando, lo que fortalece nuestra confianza y compromiso con la meta.