Miércoles, Octubre 9

En el fondo de la tabla, sin partidos ganados, con dos goles a favor en ocho encuentros, el entrenador uruguayo se encuentra en el peor de los mundos posibles. Matemáticamente es una catástrofe, una debacle en parte heredada, sí, pero asumida con conocimiento de causa. Futbolísticamente, no ha logrado construir una base ni renovar el plantel. Narrativamente, para todo efecto, la selección sigue en el largo luto pos-Gareca. Internacionalmente, la selección desperdicia el crédito ganado tan difícilmente en los últimos años. Internamente, la Federación cobra al hincha a precio de oro un fútbol de latón.

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A diferencia de Oblitas en la Eliminatoria del 98, cuando luego del fracaso ante Ecuador reestructuró el plantel hasta dejarlo a diferencia de goles de un mundial; a diferencia de Autuori, que logró cierta competitividad antes del sabotaje político que lo despidió del país; a diferencia de Gareca, que logró armar una base para construir el viejo “de menos a más”; a diferencia de todo ello, Fossati parece estar en una fase aún exploratoria, dibujando bocetos, enamorado de su 3-5-2, que es otra forma de decir que está enamorado de sí mismo. El primer problema para él es que no tiene tiempo. El segundo, que le toca una fecha doble ante Uruguay y Brasil donde costará mucho puntuar. A esto se debe añadir algo: despotricar contra la prensa no resolverá el problema.

Era Fossati

en números

Amistosos

Partidos: 4

Victorias: 3 (2-0 vs. Nicaragua, 4-1 vs. R. Dominicana y 1-0 vs. El Salvador)

Empates: 1 (0-0 vs. Paraguay)

Derrotas: 0

Goles a favor: 7

Goles en contra: 1

Copa América

Partidos: 3

Victorias: 0

Empates: 1 (0-0 vs. Chile)

Derrotas: 2 (1-0 vs. Canadá y 2-0 vs. Argentina)

Goles a favor: 0

Goles en contra: 3

Eliminatorias

Partidos: 2

Victorias: 0

Empates: 1 (1-1 vs. Colombia)

Derrotas: 1 (1-0 vs. Ecuador)

Goles a favor: 1

Goles en contra: 1

Rápidamente: Uruguay, la selección con el menor promedio de edad de la Eliminatoria sudamericana (24), nos enfrenta como los más veteranos de la región (28). Brasil, en su versión más inconsistente, puede terminar por liquidar una era a la que tal nombre le queda grande. La pregunta, si el desastre se confirma, es cuánto oxígeno le quedaría al charrúa en la Videna. La salvación es simple: vender una idea. Un concepto. El peruano es generoso cuando le ponen una ficción en la mesa.

Nótese, en comparación, cómo Chemo Del Solar construye lentamente una lógica sobre scouting, captación y formación que, allende a los resultados de corto plazo, empieza a calar tanto a nivel nacional (sub 13) como en los Torneos Federación Oro y Plata. La convocatoria de último momento de Valera despierta la reflexión: cómo, sin ser un talento formado en menores, logró titularato en la “U” y llamado a la selección. ¿Y cuántos Valeras se nos perdieron en el camino?

La salida, la única posible en este punto, es la renovación, pero ésta parece más una imposición de la realidad que una creación propia de Fossati. Las decisiones profesionales, a veces poco profesionales, de Guerrero y Cueva, pesaron más que el posicionamiento del DT de cara a su equipo. Las lesiones y los retiros han sumado a este propósito más que una directriz. Y pasa que el aficionado siente esas dudas. Y los jugadores también. ¿Quiénes son las cabezas de este proceso? ¿Cuál es el núcleo duro sobre el que se construye esta selección? ¿Qué aporte se pretende de quienes se suman como reemplazos (Ramos) o renacimientos (Calcaterra)?

A Fossati le falta una idea.

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