Un estudio reciente ha revelado la presencia de cepas de ‘Escherichia coli’ resistentes a varios antibióticos en el agua del río Rímac, utilizada para el riego en zonas agrícolas de Lima Este. Este hallazgo genera preocupación debido a los posibles riesgos para la salud pública y la seguridad alimentaria.
María J. Pons, doctora en biología e investigadora de la Universidad Científica del Sur, parte del equipo del estudio, señaló: “Aunque en bajas concentraciones, la E. coli puede provocar enfermedades tratables, algunas cepas diarreogénicas encontradas en el agua del río tienen el potencial de causar problemas de salud graves, como diarrea e incluso bacteriemia, una infección de la sangre”.
MIRA: Los científicos uruguayos que usan “virus buenos” para combatir las infecciones resistentes a los antibióticos
La resistencia a los antibióticos es uno de los problemas de salud pública más críticos a nivel mundial, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). La presencia de bacterias resistentes en el agua de riego es especialmente alarmante, ya que puede dificultar el tratamiento de infecciones. La resistencia bacteriana causa anualmente 700.000 muertes y se proyecta que para 2050 esta cifra alcance los 10 millones.
El estudio e implicaciones
Los investigadores tomaron muestras de agua en 24 puntos de los distritos de Lurigancho, Chaclacayo, Pachacámac, La Molina y Lurín, donde el agua del río se utiliza para regar cultivos de hortalizas. Los análisis microbiológicos mostraron que el 79.2% de las muestras contenían E. coli, superando los límites permitidos por las Normas de Calidad Ambiental para el riego de cultivos.
Uno de los resultados más preocupantes fue que el 72.3% de las cepas de ‘E. coli’ eran resistentes a al menos un antibiótico, mientras que el 24.5% presentaba multirresistencia (MDR), lo que significa que son inmunes a tres o más antibióticos. Entre los antibióticos con mayores niveles de resistencia destacan la ampicilina-sulbactam (57.1%) y el ácido nalidíxico (50%).
Además, se identificaron enzimas como las betalactamasas de espectro extendido (BLEE), que confieren a las bacterias la capacidad de resistir antibióticos avanzados. También se detectaron genes de resistencia a las quinolonas, como qnrB (20.4%) y qnrS (2.04%).
“Si son las bacterias extremadamente resistentes las que te causan la infección, con solo una o dos opciones de tratamiento, tu condición se complica gravemente. Esta es una situación que se encuentra desgraciadamente en la gran mayoría de hospitales del Perú y del mundo, en donde cada vez tenemos menos opciones terapéuticas para más infecciones”, comenta la investigadora.
El estudio revela que las bacterias resistentes presentes en el agua del río Rímac podrían diseminarse a través de los alimentos regados con esta agua, representando un grave riesgo para la salud de los consumidores. La doctora Pons subrayó la importancia de tomar medidas urgentes para garantizar que el agua de riego no sea una fuente de propagación de bacterias resistentes, protegiendo tanto la salud pública como la seguridad alimentaria en Perú.