La policía turca disparó gases lacrimógenos y balas de goma, y detuvo a más de 200 personas este miércoles después de que las autoridades prohibieran la manifestación del 1º de mayo en la emblemática plaza Taksim.
El gobierno desplegó cerca de 42.000 agentes en Estambul para intentar impedir que los manifestantes se congreguen en la plaza donde tradicionalmente se celebra el Día de los Trabajadores.
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La policía disparó gases lacrimógenos y balas de plástico contra los manifestantes en el barrio de Sarachane, cerca de la municipalidad, para impedir que la multitud se saltara las barreras de seguridad, reportaron periodistas de AFP.
“210 personas fueron detenidas en Estambul tras desobedecer a nuestras advertencias e intentar dirigirse a la plaza Taksim y atacar a nuestros policías”, informó el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, en la red social X.
Los accesos a la plaza de Taskim fueron bloqueados con barreras metálicas, ya que desde 2013 están prohibidas las manifestaciones en este lugar que concentró las protestas de ese año contra el presidente Recep Tayyip Erdogan.
En 2023, el Tribunal Constitucional determinó que la prohibición de las protestas en la plaza de Taksim constituye una violación de los derechos de los ciudadanos.
“Taksim es un símbolo importante para nosotros. Taksim representa el 1º de mayo, Taksim representa a los trabajadores”, declaró Arzu Cerkezoglu, secretaria general de la Confederación de Sindicatos Progresistas de Turquía (DISK).
Las fuerzas de seguridad establecieron cercos en toda la ciudad para impedir el acceso a la plaza.
Desde las orillas del Bósforo hasta la península histórica de Sultanhamet y el palacio de Topkapi, las barreras metálicas bloquearon el paso y los transportes públicos, incluidos los ferris y el metro quedaron interrumpidos.
El ministro del Interior denunció el lunes la existencia de “organizaciones terroristas que quieren hacer del 1º de mayo un campo de acción y de propaganda”.
El principal partido de oposición turco, la formación socialdemócrata CHP, y los sindicatos presionaron al gobierno para permitir la marcha en la plaza, pero Erdogan advirtió el martes contra cualquier provocación.