-Usted ha referido que Chiclayo vive una pesadilla desde hace 15 años, donde ha tenido alcaldes presos. ¿Por qué se llegó a este contexto?
Porque las organizaciones, entre comillas políticas, que designaron a estas personas priorizaron los intereses particulares y económicos que el desarrollo no solamente de la provincia de Chiclayo, sino de la región. Mira, el alcalde Beto Torres, del movimiento Manos Limpias, está preso; el alcalde Cornejo, de APP, preso por corrupción y luego viene esta señora [Janet Cubas Carranza] que es de Juntos por el Perú, es de izquierda. Y, además, el gobernador regional de Lambayeque estuvo detenido.
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Después que nosotros [el Partido Aprista] dejó el gobierno en Lambayeque, no se ha construido un hospital, ni un solo en 15 años. Parece que Lambayeque se hubiera adormecido. Si usted va a Chiclayo, lo primero que ve son calles con huecos y bolsas de basura en las esquinas. Lamentablemente, toda la energía positiva que tiene el pueblo chiclayano, se ve opacada por estas malas autoridades.
-Usted postula al senado por Lambayeque. ¿Desde su escaño puede cambiar la situación de una ciudad, una región? ¿No es tarea del gobernador regional y del alcalde?
No, ese es un engaño. Hay fiscales políticos que han criminalizado la gestión que hacen los parlamentarios, que es la de representación. ¿Usted cree que un ministro va a recibir al alcalde de Incahuasi (provincia de Ferreñafe, Lambayeque)? No. Nosotros podemos intermediar. Por ejemplo, como parlamentario yo he promovido dos leyes de expropiación del Mercado Modelo y por cuestiones ideológicas y políticas, esta alcaldesa no ha querido poner en marcha el proceso de expropiación de 30.000 metros cuadrados en el corazón de Chiclayo para la construcción de un nuevo mercado que puede beneficiar a 5.000 comerciantes.
[…] Si soy honrado para ser senador, a mí la Constitución no me limita en mi función de representación política, y me voy a dedicar a articular con las autoridades, a articular proyectos de obras para que se hagan a través de licitaciones públicas e internacionales, pero con total transparencia.
-Rafael López Aliaga, Keiko Fujimori y César Acuña lanzaron sus candidaturas presidenciales en La Libertad. ¿Por qué el norte, a su juicio, es importante en esta elección?
Los tres partidos mencionados han sido el soporte del gobierno de Dina Boluarte. Ellos han sido los partidos de la señora y ellos saben que al sur no van a poder entrar. Por ello, todos se han reclinado en el norte, pero en el norte también van a ser castigados, y hablo especialmente de Lambayeque.
En Lambayeque no pasa nada con ninguna de esas tres candidaturas. Es más, estoy en condiciones de decirle que a los que más duramente les va a pasar la factura del país es a los Acuña. Ellos han destruido todo el servicio de salud, han destruido el Ministerio de Salud, lo han pervertido y a Essalud lo han constituido en una agencia de empleo de sus militantes. En los últimos 20 años, los ciudadanos nunca han votado por la continuidad. Entonces, ¿por qué tendrían que premiar a APP, Fuerza Popular y Renovación Popular? Ellos son culpables del desastre que han dejado Pedro Castillo y Dina Boluarte. Especialmente, César Acuña que ha sido la dama de compañía de los gobiernos en los últimos 15 años.
-El norte del país también vive el azote de las redes criminales, principalmente en Pataz. El sicariato, la extorsión y la minería ilegal. ¿De quién o quiénes es la responsabilidad de esta situación?
De Alianza para el Progreso, especialmente. Para mí, no es casualidad que justamente donde se ha recrudecido e intensificado el crimen organizado haya sido donde el señor Acuña era gobernador. [El desborde en Pataz] es la carta de presentación del señor Acuña en estas elecciones. Es un señor con plata que abandona el cargo para el cual fue elegido. Cree que con dinero se pueden modificar los criterios que tienen los peruanos. No hay forma que el señor Acuña pueda desvincularse de los graves sucesos en Pataz.

-Durante las elecciones primarias, usted dijo que gane quién gane la candidatura presidencial del APRA habría unidad en su partido. ¿Se ha dado este escenario en torno a la postulación de Enrique Valderrama?
Por su puesto que sí. A nosotros no nos llama la atención haber hecho una elección “un militante, un voto” para consultar la fórmula presidencial y las otras postulaciones. Pero al país le sorprendió, porque otros “partidos” no pueden hacer eso. Mire lo que acaba de pasar en Acción Popular, que acaba de implosionar por haber sido contaminado por Los Niños y algunos aventureros de la política. Esa agrupación de casi 70 años merece respeto. Pero los demás, no son partidos, han elegido a través de delegados y ellos nos quieren poner la forma en la que debemos de actuar nosotros. Nadie en el Partido Aprista ha cuestionado los resultados y todos ya están trabajando.
-¿Se ha reunido o comunicado con Valderrama, tras las internas en el Partido Aprista?
No, pero por una sencilla razón. Cuando acepté los resultados dejé de ser precandidato a la Presidencia y como dije, si no ganaba, postulaba al Senado [por Lambayeque]. Yo estoy instalado en Chiclayo, soy un soldado del aprismo aquí, ese es mi rol. Lo único que le he garantizado al partido es que en Lambayeque la fórmula presidencial del APRA va a ganar. Entonces, si yo soy un candidato al que democráticamente le han ganado una elección, yo no le voy a hacer la plana ni la agenda al que ha ganado. Hay que dejarlo que él [Enrique Valderrama] despliegue su estrategia, que convoque a los equipos que requiera. Nos quieren llevar a un tema banal y superficial, si le llamo o no.
-A fines de octubre, el abogado penalista Humberto Abanto, quien fue su asesor en su precampaña, dijo que “el primer empleo” de Valderrama “no debe ser el de presidente de la República”. Usted estaba a su lado cuando afirmó esto. ¿Comparte esta postura?
Mire, yo respeto la opinión de Humberto Abanto. Él es un aprista de corazón. Yo respeto su opinión, pero muchas de las posiciones que él tiene, yo no las comparto. Él es uno de los mejores penalistas que tiene el Perú y él tiene esta posición que como político no podría estar de acuerdo, pero es un profesional íntegro. Yo respeto la votación de los militantes y la elección de un compañero [Valderrama] que tiene trayectoria partidaria muy importante.
Lee también: Enrique Valderrama: ¿Quién es el aprista que derrotó a la dirigencia histórica de su partido? ¿cómo se desarrollaron las internas?
-Hace unos días Valderrama presentó su plan de gobierno, pero no estuvo acompaño ni por usted, ni por Carla García, tampoco por Jorge del Castillo y Hernán Garrido Lecca. ¿No es una falta de respaldo? ¿No hay una huelga de brazos caídos en el Partido Aprista?
No, no hay ninguna huelga de brazos caídos. Usted tiene que ver el trabajo intenso que estoy haciendo en Lambayeque, ya estamos en otra etapa. Y aquellos que hacen estos señalamientos no van a entender nunca la vida y mecánica de un partido. Es el candidato presidencial el que diseña la estrategia de su campaña, el que convoca a los cuadros y hace unos días, [Valderrama] ha presentado a su equipo y planteado un shock de seguridad, él es el único competente para ello.
-Y si Valderrama lo convoca, le pide ser parte de su equipo de plan de gobierno. ¿Usted aceptaría?
El plan de gobierno lo ha hecho el Comité Ejecutivo Nacional del partido, el compañero Renán Núñez lo ha presentado hace 60 días. Ninguno de los precandidatos tenía un plan de gobierno propio. Todos se someten a los lineamientos del plan del partido, obviamente el candidato le dará un matiz y pondrá el signo distintivo de su personalidad. Entonces, ¿cómo puedo formar parte de un equipo de gobierno? Yo ya estoy instalado en Lambayeque y con mis cinco sentidos puestos en el Senado y en que gane la fórmula presidencial del APRA en mi región.
-¿Por qué cree que su fórmula “popular y provinciana” perdió en las primarias apristas? ¿Hubo una división del voto entre usted, Del Castillo y Garrido Lecca?
Cualquier comentario después del partido siempre puede resultar como una piconería. Me siento orgulloso de que le hemos dado una muestra al país de que somos responsables y de que aceptamos los resultados, aquí no hubo ningún cuestionamiento, ninguna impugnación. El resto es piconería. Entonces, que yo diga si me juntaba con tal o cual candidato ganaba son especulaciones. Y también le diré que en política no necesariamente uno más uno es dos.
-Usted pierde a la elección primaria del APRA por menos de 200 votos. ¿Hay alguna autocrítica?
A mí me faltó tiempo para visitar el país porque, como repito, me sacaron dentro de los 13 mil militantes que desafiliaron por casi 40 días. Y gracias a Humberto Abanto pude lograr que me restablecieran plenamente mis derechos partidarios. Pero tampoco podría decir que fue por culpa de eso. El resultado ya está, ya no soy precandidato presidencial, ahora soy candidato al Senado y me apresto a dar batalla en Lambayeque.
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-¿Cree que el Partido Aprista vaya a pasar la valla electoral [del 5%] con Valderrama?
Por supuesto que sí. El APRA no es una individualidad, el APRA es una institución que tiene equipo. Yo no peco de triunfalista, sino que soy optimista. Por mi cabeza no pasa la idea de que no vamos a superar la valla electoral. Si hacemos un buen trabajo en estos tres meses, vamos a pasar a la segunda vuelta. Yo veo que mi partido va a estar en la segunda vuelta.
-Diferentes analistas han advertido que si las dos corrientes que tuvieron mayor votación en las internas apristas, la renovación y el alanismo, representados por Valderrama, candidato presidencial, y Carla García, cabeza de lista al Senado nacional, no se unen, puede ser el fin del Partido Aprista. ¿Cuál es su postura?
Ojalá que esta entrevista no la lea y no la escuche aquel que dice eso, porque todos los que han anunciado el fin del APRA han terminado, más bien ellos, desaparecidos de la faz. Nosotros estamos muy fuertes. Yo veo que hay mucho aprecio en la ciudadanía, quieren que vuelva un partido serio, responsable, con un proyecto y con historia. No somos una aventura política.
-¿Y se pueden unir las dos corrientes del APRA, la renovación y el alanismo?
No entiendo, por qué dices unir, si nosotros somos apristas. A mí me enseñaron que en el APRA no hay la corriente tal o cual, el APRA no es un partido que se secciona. A mí me enseñaron a ser aprista. Y no creo que los líderes del partido sean solo los que están en Lima, yo he logrado construir un liderazgo desde Lambayeque, pero uno popular […] Y sobre la visión apocalíptica, de desaparecer, solo es propia de nuestros enemigos, que a veces se les pasa un poquito el odio, porque nos tienen rencor. Pero de eso no hay ninguna posibilidad de que el APRA pueda perder su inscripción.
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-Un sector de los gremios de transportistas, que sufren extorsión, han señalado que un conjunto de leyes dadas por el Congreso “son procrimen”. Una de ellas solo le da a la Policía Nacional cuatro meses para realizar escuchas legales. ¿Este paquete de leyes debe ser derogado, revisado o…?
Yo las he revisado, pero además he escuchado un profundo análisis de César Nakazaki y no creo que sean leyes procrimen. Un sector que controla la administración de justicia ha utilizado sus funciones para hacer política. De tal manera que muchas de estas normas son más bien pro derechos humanos. Y yo me allanó a un debate con alguno de aquellos que dicen que son leyes procrimen para demostrar que no son tienen esta naturaleza. Además, me parece un absurdo que un policía que defiende al ciudadano, que usa su arma en rigor dentro del marco de su reglamento tenga que ser procesado.
-El Reinfo fue ampliado por un año por el Congreso. ¿En el próximo quinquenio se le debe poner fin a este mecanismo que utiliza la minería ilegal para operar?
Sí, estoy de acuerdo. Aquí hay 500 mil familiares que están esperando que el Estado les consolide legalmente su destino […] La minería informal, la artesanal hay que mirarla como una cadena de valor. Ojo, no estoy hablando de ese reducido grupo de mineros ilegales, que están en parques naturales o en zonas prohibidas. Yo me refiero al gran universo de mineros informales y artesanales. No entiendo por qué el Perú, que es un país con una gran minería formal, no hace el esfuerzo como Estado para que la pequeña minería y la minería artesanal también se incorporen a la formalidad.
-Hace unos días, el presidente José Jerí cumplió dos meses en el poder. ¿Cómo evalúa el gobierno de transición?
Este señor ha encontrado que el desprestigio de la señora Boluarte era tan profundo que cualquier podía tener cierto nivel de respaldo en las encuestas. Pero a Jerí, a quien se le vio entusiasmado en resolver los problemas urgentes del país, como la inseguridad, le ha terminando reventando [el desborde criminal] en la cara. ¿Por qué? Porque a pesar de que se ha puesto un uniforme con camisa remangada y ha visitado algunos penales, él ha tenido que reconocer que el tema de la seguridad lo ha derrotado.
-En los siete meses que le restan a este gobierno de transición, ¿qué puede dejar Jerí concretamente?
En seguridad, desde mi modesta experiencia [como ex primer ministro], para luchar contra el sicariato, la extorsión y el crimen organizado se deben realizar una reforma de tres variantes. En primer lugar, reformar a toda la cabeza del Ministerio Público, que está tomada por agentes políticos que actúan como fiscales. Y en la Policía Nacional generar un cuerpo de élite autónomo e impenetrable a la política. No como ahora que el Ministerio del Interior está tomado por APP. También hay que reformar el sistema penitenciario. Las declaraciones de emergencia aisladas no sirven para nada, son puros fuegos artificiales.













