
Paul Flores tenía 17 años cuando subió por primera vez al escenario con Armonía 10. Delgado y con una timidez que apenas lograba disimular, vestía una camisa azul y pantalón negro. Sostenía el micrófono con ambas manos, como si en ese gesto encontrara seguridad. Frente a él, el público esperaba. No había pantallas LED ni efectos de luces, solo un toldo blanco y azul como fondo. Cuando sonaron los primeros acordes de “La última carta”, bajó la mirada, respiró hondo y susurró el nombre de la orquesta antes de empezar a cantar.
Al principio, el público se mostró expectante. Acostumbrados a las voces de los veteranos de la agrupación, muchos no sabían qué esperar del joven. Pero bastó un par de versos para que algo cambiara. Su voz era intensa y estaba cargada de sentimiento. No era un showman todavía, no saltaba ni agitaba los brazos, pero su entrega era absoluta. Aquella noche de 2001 en Chiclayo, un nuevo rostro se sumaba a la historia de la cumbia peruana.
Después de 24 años desde su primera presentación, en la madrugada del domingo, el bullicio habitual de San Juan de Lurigancho se vio interrumpido por un acto de violencia. Tras un exitoso concierto en el estadio El Palomar de Jicamarca, la orquesta Armonía 10 se dirigía en su bus particular —donde horas antes habían grabado un mensaje previo al show— hacia una discoteca en Santa Clara, Ate. Al aproximarse a la estación San Carlos del Metro de Lima, el vehículo fue interceptado por sicarios a bordo de motocicletas, quienes, tras unos instantes, abrieron fuego contra la unidad.
En diciembre del año pasado, la agrupación sufrió un ataque similar; sin embargo, esta vez fue diferente. En medio de la balacera, Paul Flores recibió dos impactos de bala. El conductor, en un intento desesperado por salvarlo, desvió el trayecto hacia el Hospital Nacional Hipólito Unanue en El Agustino. A pesar de la premura, el cantante perdió la vida antes de llegar al centro médico.

Una vida de canto
Paul Hambert Flores García -conocido artísticamente como Russo- nació el 21 de septiembre de 1984 en el distrito 26 de Octubre, en Piura. Creció entre calles de tierra y sonidos de cumbia, afinando la voz en el coro de la parroquia del barrio. Cantaba por gusto, sin imaginar que aquella afición lo llevaría, años después, a escenarios multitudinarios. Su gran oportunidad llegó en 2003, cuando ingresó a Armonía 10.
Como suele ocurrir con quienes empiezan temprano, su camino tuvo pausas y regresos. A los 21 años dejó los escenarios por un tiempo, pero la cumbia es un vicio difícil de abandonar. Volvió con más aplomo, recorriendo el país con su voz y reencontrándose con un público que nunca dejó de corear sus canciones. Antes de la pandemia, se alejó de nuevo, pero tras la crisis sanitaria regresó con más fuerza, consolidándose como una de las voces centrales de la orquesta.

En los últimos años, además de seguir con la agrupación, exploró otros estilos. Su reciente colaboración con Leslie Shaw en “Pendejerete” mostró su versatilidad y fue bien recibida por sus seguidores. Tras su muerte, Shaw escribió en redes: “Con el corazón destrozado solo puedo pensar que eras demasiado bueno para vivir en este mundo lleno de odio y envidia. Te quiero hasta el cielo, amigo. Cantarás allá por la eternidad.”
La noticia de su asesinato a los 40 años sacudió a la escena musical. Agrupaciones como Papillón, Agua Marina, Corazón Serrano, Armonia 10 de Walter Lozada y Grupo 5, así como artistas como Daniela Darcourt, expresaron su pesar y condenaron la violencia que le costó la vida. María Pía Copello y Ernesto Pimentel también se sumaron con mensajes en redes. “Hoy, el mundo de la música y el corazón de muchos están de luto. Hemos perdido a un gran ser humano: padre, hijo, esposo y cantante, Paul Flores”, escribió Pimentel.

Tras su partida, el artista deja un hijo menor y a su esposa, quien también le dedicó unas palabras a través de sus redes sociales: “Dios me regaló tu amor, tu sonrisa y tus besos para que yo nunca olvide lo que es ser feliz. Gracias por dejarme un pedacito de ti”. Por su parte, Estanis Mogollón, presidente de la Asociación Peruana de Autores y Compositores (APDAYC), anunció que se otorgará una pensión al hijo de Paul Flores. Asimismo, reveló que aproximadamente 15 orquestas —tanto consolidadas como emergentes— siguen siendo objeto de amenazas por parte de grupos criminales.
En medio del dolor y de una situación inédita para los artistas nacionales, varios músicos han mostrado su solidaridad tras el trágico incidente, cancelando conciertos o rindiendo homenajes con minutos de silencio. Todos a la espera de los resultados de las investigaciones que den un cierre a este trágico acontecimiento en la historia de la cumbia peruana.