
A dos meses de asumir su mandato, la retórica arancelaria del mandatario estadounidense Donald Trump ha pasado a la acción y ha motivado contramedidas por parte de economías globales.
Ya el mandatario estadounidense oficializó la aplicación de aranceles del orden del 25% al acero y al aluminio. Inmediatamente y en respuesta a dicha medida, Úrsula Von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, oficializó la aplicación de tarifas a bienes estadounidenses por hasta 26.000 millones de euros (cerca de US$ 28.165 millones).
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Es esta contramedida de Bruselas la que ha motivado un nuevo mensaje hoy jueves desde La Casa Blanca. Donald Trump amenazó con imponer aranceles de hasta 200% al vino y al resto de bebidas alcohólicas procedentes de la Unión Europea.
“Si este arancel no se elimina de inmediato, Estados Unidos impondrá próximamente un arancel del 200 % a todos los vinos, champanes y productos alcohólicos procedentes de Francia y otros países de la UE”, escribió Trump en su red social Truth Social.
Según recoge la agencia EFE, Trump dijo que la medida que amenaza con imponer “beneficiará enormemente al sector del vino y el champán en Estados Unidos” y volvió a cargar contra la UE a la que acusó de haber sido fundada “con el solo propósito de aprovecharse de EE.UU”.
Un arancel del 200 % como el que amenaza con aplicar Trump dañaría de manera destacada al sector vitivinícola europeo, ya que el vino es la principal bebida alcohólica que la UE vende a EE.UU. Según datos de la Comisión Europea, casi un 10% de todo el vino producido en la UE -el 80 % del cual es elaborado en España, Francia e Italia- es exportado a EE.UU.
Impactos
La imposición de aranceles y las contramedidas han abierto hoy un escenario de incertidumbre en el mercado sobre la magnitud de los impactos en la economía global. Así lo detalla Carlos Prieto, Gerente del Área de Estudios Económicos del BCP.
“El nivel de incertidumbre es elevada y, prácticamente, eso es lo único cierto. Es bastante difícil jugarse con un número puntual de impacto de lo que puede acarrear los múltiples aranceles. En lo que sí hay consenso es que los aranceles tendrían un impacto negativo en el crecimiento propio de Estados Unidos y más bien llevaría a mayor inflación”, detalló Prieto.
La reacción del mercado ha sido negativa. El fin de semana que pasó, en entrevista, Trump no descartó una recesión y habló de que la economía estaba en recesión. Aunque este martes el mandatario revisó sus declaraciones y dijo que la economía estadounidense “experimentará un gran auge”, la respuesta del mercado ha sido de incertidumbre. “Ante ello, JP Morgan elevó el riesgo de recesión (para la economía estadounidense) de 30% a 40%. Goldman Sachs lo elevó de 15% a 20% y Morgan Stanley recortó su proyección de crecimiento de Estados Unidos a 1,5% cuando el año pasado creció 2,8%. Es decir, crecería alrededor de la mitad, algo que no es menor”, refirió.
Los temores de recesión también han llevado a una caída en la plaza bursátil estadounidense, la cual ha borrado todas las ganancias que se registraron inicialmente ante la victoria de Trump. Prueba de ello es que este jueves, tras los anuncios sobre los aranceles a la Unión Europea, el índice industrial Dow Jones cayó 1,30%, mientras el tecnológico Nasdaq bajó 1,96%.
En la misma línea, el índice ampliado S&P 500 -referencia principal de los inversionistas- cayó 1,39% cotizado en 5.521,52 puntos para entrar en zona de corrección, lo que significa que perdió 10% desde su máximo anual alcanzado el pasado 19 de febrero.
Los temores de recesión también han debilitado el dólar. “El mercado ha reaccionado a los temores de recesión y la volatilidad no ha sido menor. Con un mercado estadounidense preocupado por la recesión, las previsiones para la revisión de la tasa de interés de la FED también ha cambiado”, indicó.
El mercado de futuros esperaba que la tasa de la FED cierre el 2025 en niveles de 3%. Con los temores de recesión, según refiere Prieto, algunos agentes esperan que no haya más recortes. “Algunos esperan uno o dos recortes, pero hay una amplia dispersión. Incluso hay agentes que no esperan recortes en el año. Nuevamente, producto de la incertidumbre y alta volatilidad de los mercados”, señaló.
En resumen, se espera una reducción de la tasa de Estados Unidos, pero la reducción no permitiría que la tasa llegue a niveles de 3%.
Efectos para Perú
Prieto remarcó que, ante la escalada de la guerra arancelaria, la posibilidad que tiene Perú de aislarse de los impactos es difícil. “No solo para Perú, sino para cualquier economía pequeña y abierta. Chile también. La estadística nos dice que más del 50% de la variabilidad del crecimiento del Perú puede ser explicado por factores externos”, indicó.
En esa línea, el impacto sobre la economía peruana está estrechamente ligado al desempeño económico de sus principales socios comerciales. Siendo así, las estimaciones vigentes detallan que si el PBI de China se desacelera en alrededor de 1 punto, el PBI de Perú podría retroceder hasta 0,82 puntos porcentuales. Si el crecimiento de EE.UU. se desacelera en un punto, Perú podría retorcer 0,24%.
“Son escenarios aislados, no acumulativos. Si el crecimiento de todos nuestros socios comerciales se desacelera en alrededor de un punto, la economía peruana podría desacelerarse hasta en medio punto. Son simulaciones a la magnitud del impacto que se han hecho en años anteriores”, dijo.
El BCP actualizó su proyección de crecimiento para la economía de 2,8% a 3,2%. No obstante, remarca Prieto, “hay que monitorear los riesgos y este es uno de ellos”.
“Debemos esperar un poco más para determinar el impacto puntual de estas medidas, pero reconociendo que la incertidumbre ya golpea y el riesgo es a la baja”, agregó.