LEE TAMBIÉN: Parqueadores de aviones: la vital tarea de los señaleros Marshall en el Jorge Chávez
Sin duda, la automatización, la inteligencia artificial y la digitalización son algunos de los factores más importantes que conllevarían a este escenario. Sin embargo, también existen otros, como el cambio climático, por ejemplo, que podría propiciar la necesidad de más profesionales con nuevas habilidades para el cuidado del medio ambiente.
En ese sentido, esta situación trae consigo un impacto de las políticas educativas vinculadas a la promoción o reducción de ciertas carreras y la formación de profesionales preparados para los nuevos retos que se afronten a nivel mundial, es decir, resultaría necesaria la adaptación de las universidades y los centros educativos a estas tendencias.
Dicho todo esto, El Comercio dialogó con varios expertos para conocer, bajo su punto de vista, cuáles son esas carreras que desaparecerán en los próximos 10 años en el Perú, así como cuáles serán las habilidades más requeridas y aquellas tareas cuya demanda originaría el surgimiento de nuevas profesiones.
Programas con mayor o menor demanda
Juan Carlos García, vicerrector de la Universidad de Lima, detalló a El Comercio que en un escenario donde el panorama laboral se encuentra en constante transformación, impulsado por el avance tecnológico y las cambiantes necesidades del mercado, modificando profesiones y generando nuevas oportunidades, las universidades se ven en la necesidad de adaptar sus programas a fin de preparar a los estudiantes para un futuro laboral donde la adaptabilidad y el aprendizaje continuo serán cruciales.
“La IA está transformando el panorama laboral, redefiniendo carreras. Si bien la automatización crece en áreas como la manufactura, la contabilidad y las tareas administrativas, surgen nuevas oportunidades para profesionales que desarrollen habilidades complementarias a la IA. Este cambio impulsa la evolución de las profesiones, con una mayor especialización y nuevas competencias. A la vez, nacen áreas emergentes como la gestión de sistemas automatizados, la ética en IA y las narrativas digitales”, dijo.
Bajo esta realidad, García precisó que la Universidad de Lima viene adaptando sus planes de estudio para incorporar contenidos sobre IA y tecnologías emergentes, desarrollando habilidades esenciales como el pensamiento crítico, la creatividad y el trabajo en equipo. En los últimos años, han transformado significativamente sus programas académicos, tomando en cuenta las competencias demandadas por el mercado.
“Por ejemplo, los avances en inteligencia artificial, automatización, robótica y análisis de datos han impulsado la creación de la carrera de Ingeniería Mecatrónica, enfocada en la transformación digital, que se incorporará a nuestra oferta académica a partir del ciclo 2025-1. En paralelo, la creciente preocupación global por la sostenibilidad ha potenciado la creación de la carrera de Ingeniería Ambiental, con el objetivo de formar líderes alineados con las necesidades de conservación y desarrollo sostenible en el mundo”, indicó.
En cuanto a la formación avanzada, anunció que el próximo año la universidad presentará nuevas maestrías, como la de Liderazgo Positivo y Gestión del Talento, en colaboración con la Universidad Tecmilenio de México; la de Investigación aplicada a la Psicología Forense, la de Ingeniería del Diseño, la de Analítica de Negocios, la de Ciencia de Datos y la de Docencia Universitaria e Investigación Empresarial. Asimismo, lanzaremos un doctorado en Ingeniería, diseñado para formar líderes capaces de enfrentar los desafíos tecnológicos y científicos del futuro.
Por su parte, Daniel Díaz, ingeniero electrónico y exjefe de Inictel-UNI, señaló que la inteligencia artificial viene a ser la punta del iceberg de todo un conjunto de tecnologías modernas. En ese contexto, sostuvo que la inteligencia artificial es una actividad multidisciplinaria. En ese sentido también, precisó que la UNI ya empezó a realizar todos los estudios correspondientes para la formulación de una carrera de Ingeniería en el área de inteligencia artificial, en la Facultad de Ingeniería industrial y de Sistemas.
“En estos momentos se encuentra en una fase prácticamente final para los trámites internos y externos y empezar la formulación muy pronto de esta carrera. Eso es un indicador de la preocupación de la UNI en empezar a ofrecer a la sociedad peruana especialidades que son temas de vanguardia a nivel mundial. Esto va de la mano, por ejemplo, con otra carrera que hace poco se creó y está en plena ejecución que es Ingeniería de Ciberseguridad, así como otras carreras como Ingeniería de Software, Ingeniería Aeroespacial, que está en pleno proceso de implementación en la UNI”, detalló.
Díaz agregó que la Universidad Nacional de Ingeniería cuenta con un Instituto Nacional de Investigación y Capacitación en Telecomunicaciones (Inictel), mediante el cual se vienen realizando actividades de aplicación de la inteligencia artificial en el campo de la agricultura, por ejemplo. Además, a nivel de posgrado, mencionó que se está trabajando internamente en la elaboración de programas de maestrías y de alta especialización a fin de que se ofrezcan muy pronto. No solo vinculados a la inteligencia artificial, sino a otros campos también.
“Esa es una demostración que nuestra universidad tiene que sintonizarse con los avances tecnológicos que hay en el mundo, no nos podemos quedar a la espera de qué suceda, tenemos que ser los actores principales. Muy pronto ya se ofrecerán cursos que interrelacionan tecnologías como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, el campo agrícola, el campo de las telecomunicaciones”, dijo.
Rubros con tareas repetitivas desaparecerán
Paul Neira, experto en políticas públicas y director de The Learning Factor, comentó que actualmente en el Perú hay una fuerte concentración de decisión de los estudiantes en carreras que tomando en cuenta el cambio tecnológico apuntan a que disminuya considerablemente su demanda. Se trata de Administración, Ingeniería y Derecho. Indicó que estas tres carreras acumulan el 60% de la matricula de todos los estudiantes de educación superior universitaria del país.
“Ya hay algunos estudios de abogados en los Estados Unidos que tienen como asistentes a abogados robóticos, ya que mediante la inteligencia artificial tienen mayor capacitad de poder revisar los casos. Curiosamente, en el Perú está pasando lo contrario, es una paradoja. Creo que tiene que ver con el modelo actual de IA o transformación digital, pues está reemplazando ciertas tareas, pero no completamente la labor del profesional. Se espera es que en los siguientes años surja lo que se conoce como la IA generativa, parecido a lo visto en las películas. Ahí será diferente”, detalló.
Lo que sí queda claro, dijo Neira, es que lo que no puede suceder en una formación profesional es no incorporar la tecnología en el proceso. En las mallas curriculares o los programas de estudio de universidades deberíamos comenzar a exigir una mayor presencia de la tecnología en el proceso de la toma de decisiones y del análisis de información que lleve a que el profesional pueda ejercer. En ese sentido, sostuvo que el Perú está teniendo un vacío importante, pues la velocidad con la cual se está adaptando a este tipo de tecnologías aun es muy lenta.
“Eso puede ser un peligro muy grande de cara a lo que necesite el país para enfrentar un cada vez mas exigente mercado laboral que requiere una capacidad de adecuación, adopción, uso permanente de la tecnología para que pueda operar la profesión. Es una agenda pendiente”, consideró.
En cuanto a las carreras con una próxima menor demanda, Neira precisó que una de esas sería la de ingeniería de sistemas. Explicó que a diferencia de la carrera de Ciencias de la Computación, la primera se limita a formar profesionales para que hagan uso de tecnología que otros producen. En cambio, al profesional de la segunda carrera se le enseña a desarrollar tecnología.
“En ingeniería me parece que la que está más expuesta es la de software o sistemas, porque el ejercicio de crear lenguaje de programación hoy en día lo puede hacer la IA. Lo que antes tomada días hoy toma una hora. La IA tiene un procesamiento de información que el ser humano no la tiene, además de un porcentaje mucho menor de error”, indicó.
Otra profesión que se verá afectada es administración. Señaló que ella implica un conjunto de tareas, como por ejemplo la contabilidad, que puede ser fácilmente reemplazable a partir de la gestión de un software de inteligencia artificial. Ahora no hay un peligro, pero hacia eso va la transformación.
Por otro lado, Neira resaltó que las carreras del rubro de humanidades van a tener en parte un rumbo diferente. Algunas de ellas como filosofía, historia, ética van a tener un resurgimiento, ya que se necesitará darle énfasis al tratamiento ético de la tecnología, así como a la capacidad de pensamiento crítico y creativo que ayude a poder discernir un uso más humano de la misma.
“Pero claro, todas aquellas otras de carreras humanidades donde haya un porcentaje alto tareas rutinarias van a tener una suerte de hibridación. Se apoyarán en la tecnología ya que obviamente esta tiene mayor capacidad para llevara cabo dichos procesos”, agregó.
Actividades operativas sin demanda
Para José Machicao, docente de la Maestría en Ciencia de Datos en Continental University of Florida, la división o los cambios no van a estar tan clasificados por profesiones, sino más bien por tipo de actividad. Por ejemplo, y aquí coincide con Neira, asegura que las actividades operativas en cualquiera de las profesiones van a disminuir tremendamente, por ende, la demanda de personas que desempeñen dichos roles también
“Eso es lo primero que va a cambiar: hacer resúmenes, detectar detalles de un texto, revisar botellas o cualquier tipo de actividad que sea muy repetitiva y que no implique actualizaciones muy rápidas. Ese es el primer impacto, las actividades dentro de cualquier dedicación o profesión que sean más automatizables son las que más rápido van a decrecer en su demanda. Todas las profesiones van a experimentar lo mismo”, afirmó.
Machicao sostuvo que teniendo en cuenta esta situación primero deberíamos ver cómo garantizar los procesos de aprendizaje para que como país sigamos creciendo en capacidad productiva y capacidad cognitiva. Al mismo tiempo, opinó que se tendría que reflexionar tratando de rescatar la esencia de la educación, las inspiraciones pasadas, qué es lo que llevó a innovar nuestra sociedad, a poder este actualizar las reglas sociales, a fin de rescatarlo pero ya con herramientas más actualizadas.
“Es difícil que todos los profesionales la procesen o comprendan, pero creo que eso lo que va a ayudarnos a establecer otro nivel que permita a todos adaptarnos a la presencia permanente de la tecnología”, dijo.
En tanto, en el caso de las corporaciones, Machicao comentó que para su adaptación el principal incentivo es la competencia. “Eso creo que va a ayudar a que los líderes corporativos primero tengan que entender qué está ocurriendo y cuáles son los nuevos factores que les da ventaja a su competencia y que pueden dársela a ellos, y ahí creo que el factor clave el nivel cognitivo de su fuerza laboral”, añadió.
Adaptarse a un entorno más automatizado
Jazmin Zarzar, jefe de Gestión Humana en Hunter Peru (empresa Great Place to Work), dijo que más que carreras, algunos empleos ya están disminuyendo y comenzarán a desaparecer. Entre ellos se encuentran los cajeros de bancos, operadores de call center y agentes de viajes. Además, destacó que en un futuro no muy lejano, la llegada de los vehículos autónomos promete revolucionar el sector, amenazando el empleo de conductores.
“Por el contrario, algunas carreras que podrían surgir son las relacionadas a Inteligencia Artificial y Machine Learning. Con el crecimiento continuo de la tecnología digital el desarrollo de software especializado será una de las carreras más demandadas, al igual que los riesgos en las empresas serán más altos debido al acceso de la información por lo que surgirán carreras relacionadas con la ciberseguridad y el análisis de datos”, detalló.
En tanto, Zarzar comentó que el futuro laboral exigirá un equilibrio entre habilidades técnicas avanzadas y competencias humanas (habilidades blandas) que permitan a las personas adaptarse y sobresalir en un entorno cada vez más automatizado y globalizado. Tenemos entre las habilidades técnicas la alfabetización digital, manejo de inteligencia artificial, ciberseguridad, ingeniería robótica, metodologías ágiles y SCRUM, competencias en energías renovables, etc.
“No menos importante, se desarrollarán habilidades blandas como el pensamiento crítico y la resolución de problemas complejos, creatividad e innovación, inteligencia emocional, liderazgo y gestión del cambio, vistas como habilidades del futuro. También podemos hablar de mentalidad emprendedora y gestión del tiempo y productividad”, sostuvo.
La experta precisó que dentro de las principales necesidades futuras que demandarán las industrias están la automatización y digitalización, ciberseguridad y protección de datos, sostenibilidad y eficiencia energética, capacidades humanas en gestión de IA y trabajo con tecnologías emergentes, así como análisis de datos y toma de decisiones basadas en ellos.
“El impacto de la tecnología en los distintos sectores laborales ha sido profundo y transformador. La automatización, digitalización, inteligencia artificial (IA) y otras innovaciones tecnológicas están redefiniendo no solo los procesos productivos y de servicio, sino también la búsqueda de mano de obra y las habilidades que las empresas valoran”, agregó Zarzar.
Carreras que creen tecnología
Por su parte, el docente de la PUCP César Beltrán, experto en ingeniería informática e inteligencia artificial, precisó que hay que diferenciar entre profesionales que usan herramientas tecnológicas de aquellos que las desarrollan. Para este último se necesita de un conocimiento de desarrollo de algoritmos, entendimiento del fundamento de estas herramientas para poder desarrollar alguna aplicación destinada a resolver alguna tarea específica en ayuda a algún profesional. En el caso del Perú, dijo, se trata de un país básicamente usuario de tecnología, no la desarrolla.
“Entonces la mayor demanda que hay ahora es justamente de profesionales que usan y gestionan la tecnología, porque las empresas compran tecnologías de inteligencia artificial y necesitan gente que las utilice. Como país, si es que nosotros quisiéramos desarrollar tecnología requerimos de personal más especializado, que es algo que no tenemos, no tenemos formación en profesionales en estas líneas, que entiendan el fundamento de estas tecnologías. Todas las carreras en el ámbito tecnológico están orientadas justamente a formar profesionales en el uso y gestión de las tecnologías, salvo un par excepciones”, comentó.
Beltrán añadió que la educación peruana está pensada para que los egresados de universidades sean empleados, pero no es una formación para generar personas que creen tecnología, desarrollo y que generen cambios.
“Si queremos dejar de ser un país que solo vive de su materia prima, pues nosotros no la transformamos, tenemos que también generar la fortaleza de tener profesionales y formar gente que transforme las cosas, y es algo que no estamos haciendo. La educación peruana no es transformadora, es decir, no forma profesionales para que hagan transformación, sino que tenemos profesionales para que busquen empleo nada más. Ese es el paradigma que tenemos que romper”, precisó.
Capacidad de identificar límites de la IA
Edgar Huaranga, director de Tecnología de Hiperderecho, comentó que los empleos y las actividades que se van a ver más impactados en los próximos años son aquellos que son más repetitivas. Dijo que justamente esta característica permite que se busquen formas de automatizar el proceso. Podrían ser tareas de digitación o de transcripción, por ejemplo. “Esto no necesariamente significa el reemplazo de la persona a cargo sino que el rol dentro del proceso será distinto, tal vez no como operario sino como un controlador de los resultados”, explicó.
LEE TAMBIÉN: Pesca ilegal: el impacto de la flota china en la pota peruana y el llamado de alertas
En cuanto a las habilidades que se requerirán estas se encuentran vinculadas a tener la capacidad de identificar oportunidades donde se pueda aplicar Ia A o dónde es todavía necesario dar un paso atrás y recoger información. Pero también es importante, indicó, que se conozcan los límites de las nuevas tecnologías, hasta dónde realmente se pueden proponer ideas y hasta dónde tenemos que seguir pensando en prototipos. Por ejemplo, es necesario identificar el límite de conocimiento de estas nuevas IAs y cuáles podrían ser sus falencias.
“El impacto de las nuevas tecnologías en los distintos sectores dependerá mucho sobre el terreno que se encuentre para la adecuada adaptación de estas en cada sector. Si bien entusiasma “estar a la moda” no necesariamente los procesos y flujos se adaptan a los requerimientos de esta nueva tecnología”, puntualizó.