El APEC CEO Summit representa una gran oportunidad para las empresas peruanas de mostrarse al mundo y, al mismo tiempo, reflexionar sobre la percepción que proyectamos hacia el exterior. Este evento, que reúne a líderes empresariales y autoridades de las economías más dinámicas del planeta, nos brinda una plataforma para destacar nuestras fortalezas, pero también para identificar aquellas áreas en las que necesitamos mejorar y adaptarnos a las expectativas internacionales.
Para las empresas peruanas, participar en el APEC CEO Summit significa tener la oportunidad de conectar con empresarios de otras economías que representan una diversidad de sectores y realidades. Esta interacción no solo permite explorar nuevas oportunidades comerciales y alianzas estratégicas, sino también nos brinda la posibilidad de enriquecer nuestra forma de hacer negocios con el conocimiento que otros líderes han acumulado en sus mercados. El potencial de encontrar socios comerciales, inversores o incluso proveedores que permitan a nuestras empresas dar un salto cualitativo en su desarrollo no debe ser subestimado.
Una de las similitudes que presenta la economía peruana con las de muchos de los países que componen el bloque APEC es la predominancia de la informalidad. Este año, la transición hacia una economía formal es uno de los temas clave en las discusiones. En el Perú, la informalidad laboral sigue siendo un obstáculo significativo para el desarrollo económico, con un 71,.6% de la población económicamente activa laborando en condiciones informales, según la OIT. Esto nos posiciona como el tercer país más informal del bloque, solo por detrás de Indonesia y Vietnam.
Es fundamental analizar las experiencias de otras economías y aprender de las estrategias que han implementado para reducir la informalidad. Las recomendaciones internacionales apuntan a la necesidad de estrategias diferenciadas para empresas formales e informales, además de una revisión de los costos laborales no salariales. Para las empresas peruanas, comprender estas discusiones y tener acceso a estas redes políticas es clave para anticiparse a los cambios regulatorios y sacar provecho de un entorno en constante evolución.
Ser anfitriones de APEC no solo nos pone en una posición privilegiada para ponernos en vitrina hacia el mundo, sino que también nos ofrece la oportunidad de alzar un espejo y reflexionar sobre nuestro propio potencial y desafíos. Debemos aprovechar este momento para estrechar lazos con actores internacionales, aprender de sus experiencias y contribuir al desarrollo de una región más conectada y próspera. Para el Perú, es un momento clave para impulsar la internacionalización de nuestro tejido empresarial y abrirnos a nuevas oportunidades que contribuyan al crecimiento económico y al bienestar de nuestros ciudadanos.