De acuerdo con cifras brindadas a El Comercio por la psiquiatra Paula Vizcarra Flores, médica asistente del Servicio de Farmacodependencia, subespecialista en adicciones del Hospital Rebagliati y vocera de Essalud, entre enero y octubre del 2025 se atendió a 177 personas con adicciones vinculadas a apuestas virtuales y a casinos. Lo más preocupante es que, dentro de este grupo, 52 son menores de edad que están inmersos en apuestas virtuales.
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Estos datos corresponden a los casos que cubre las redes asistenciales de Rebagliati, Almenara, Arequipa, Ayacucho y La Libertad.
“Las personas atendidas recurren a consultas cada dos o tres meses. Dentro del grupo de menores adictos a las apuestas en línea, 39 son adolescentes de 12 a 17 años y 13 son niños menores de 11 años. Como tratamiento, lo que hacemos es enseñarles métodos para manejar las situaciones en las que sienten deseos de apostar, además de orientarlos en cómo administrar su dinero de manera responsable. Algo que también realizamos en el área de Psiquiatría Infantojuvenil es brindar sesiones psicoeducativas para que los familiares sepan cómo manejar la situación de su menor”, explicó la experta.
Casos de los últimos cuatro años.
| Rango de edad | 2022 | 2023 | 2024 | 2025 (hasta octubre) |
|---|---|---|---|---|
| Adolescentes de 12 a 17 años | 59 | 45 | 42 | 39 |
| Niños menores de 11 años | 8 | 5 | 4 | 13 |
| Total | 67 | 50 | 46 | 52 |
¿Por qué les ocurre esto a los niños y adolescentes?
La psiquiatra Paula Vizcarra Flores explica que este grupo etario todavía no desarrolla plenamente el autocontrol, ya que la madurez del cerebro humano se completa alrededor de los 21 años. “Los niños y adolescentes son muy vulnerables. Por otro lado, el hecho de vivir en un hogar poco saludable y con constante violencia hace que busquen placer y validación en otros lugares, como internet. Puede convertirse en una vía de escape para quienes atraviesan situaciones difíciles en casa”, comentó.
Además, la psicóloga Sheyla Sanez, licenciada especialista en salud mental infantil, señaló que los niños y adolescentes suelen buscar experiencias intensas y descargas rápidas de dopamina. “Se sienten estresados, aburridos o incluso solos, por lo que estas apuestas se convierten en una forma de sentirse exitosos”, explicó.

Acceso difícil de controlar en la era digital
El problema es profundo, pues el acceso es mucho menos controlado que en las casas de apuestas o casinos físicos. Ante ello, el abogado especialista en derecho digital, Erick Iriarte, explicó que los menores no tienen un buen discernimiento ni entrenamiento en tecnología, debido a que aún se encuentran en plena formación. “Si no les das las herramientas para saber cómo actuar frente a dicha tecnología, van a terminar exponiéndose”, expresó.
Comentó que dentro de las apuestas virtuales se encuentran las deportivas, en las que se debe jugar en línea y aquellas que funcionan como una especie de casinos digitales o juegos de azar. “Estas plataformas no tienen una sede, lo que hace casi imposible ubicarlas. Ahora bien, es importante tener en cuenta que, respecto a los fraudes tecnológicos a los que los menores pueden verse expuestos cuando ingresan a estas plataformas, el estafado no será el menor, ya que el dinero no es suyo, sino que los estafados serán los padres”, mencionó.
“El Estado tiene que brindar capacidades en temas de ciberseguridad desde los primeros años de colegio, para que así los niños y adolescentes sepan cómo funciona la red. Ya existe cierta regulación en el tema de las apuestas, como la obligación de colocar avisos de ludopatía, pero eso ocurre en espacios controlados; la red es un espacio de largo alcance. Por ello, deben implementarse más políticas activas en las escuelas en temas digitales”, concluyó.
Signos de alarma: ¿Cómo identifico si mi hijo tiene una adicción a las apuestas?
El Dr. Alfredo Saavedra, director general del Instituto Nacional de Salud Mental “HD-HN”, sostuvo que, en primera instancia, la identificación tiene que ver con las horas dedicadas a apostar. “Si el menor pasa de tres a cuatro horas, ya podría presentarse un problema; y si supera las seis horas, estamos hablando de una potencial adicción”, explicó.

“Los padres deben supervisar a sus hijos. El factor de riesgo más grande aquí es la gran exposición a internet, de manera ilimitada y sin control. Aparentemente, uno puede ver a un niño tranquilo y ‘que no da problemas’, pero es porque se la pasa todo el día encerrado en su cuarto apostando”, mencionó.
El experto también indicó que esta situación está relacionada con una casi nula interacción con los padres, problemas de alimentación, muchas horas frente al celular o la computadora, disminución del rendimiento académico, menor actividad física e irritabilidad cuando se intenta controlar el tiempo frente a las pantallas.
“Otro aspecto que puede ocurrir es que tomen las tarjetas de sus padres sin permiso y se vuelvan prácticamente expertos en sacar dinero de sus cuentas para seguir apostando, muchas veces sin que los padres se den cuenta o diciéndoles que usarán el dinero para otras cosas”, agregó.
La psicóloga Sheyla Sanez también señaló que pueden presentarse cambios en el comportamiento y estado emocional de niños y adolescentes. “Surgen sentimientos de ansiedad, depresión y frustración si no les va bien en una apuesta. Además, hay alteraciones en la rutina de sueño, ya que muchos se desvelan para seguir apostando”, expresó.

“Existe una preocupación excesiva por la siguiente apuesta, lo que provoca cambios bruscos en el humor; además de culpa y vergüenza. Los menores sienten que fallan a sus familias y a sí mismos, lo que repercute en una baja autoestima y una sensación de fracaso”, advirtió.
Recomendaciones para proteger mejor a los menores
La experta Paula Vizcarra Flores indicó que los padres no deben otorgar libertad absoluta a sus hijos en internet, sino que deben mantenerse atentos a las páginas y contenidos que consumen. “Deben hacerles entender que existen otras actividades, además de apostar, donde pueden encontrar satisfacción, como los deportes, las artes y, sobre todo, pasar tiempo en familia”, expresó.
Respecto a los números de apoyo, Alfredo Saavedra mencionó la línea 113 (opción 5) del Minsa. “Hay que controlar el acceso indiscriminado de los adolescentes a las nuevas tecnologías, especialmente a estas aplicaciones o páginas de apuestas. Mientras mayor sea la exposición, mayor será el riesgo. Además, se debe realizar un diagnóstico integral, no solo de adicción, sino también de depresión, ansiedad, déficit de atención, entre otros. El seguimiento para lograr que un menor salga de esta enfermedad puede durar entre uno y cinco años de tratamiento”, informó
















